Los discos de mi vida por James Vincent McMorrow
EntrevistasJames Vincent Mcmorrow

Los discos de mi vida por James Vincent McMorrow

Redacción — 03-02-2015
Fotografía — Archivo

Con su segundo álbum, “Post-Tropical” (Believe/Music As Usual, 14), James Vincent McMorrow ha dado un paso adelante en cuanto a popularidad. Si a eso le sumamos el anuncio de la loteria española de Navidad al que dota de banda sonora, entenderemos que vuelva de gira. Podrás verle el 17 de febrero en Madrid (Teatro Nuevo Apolo) y el 18 de febrero en Barcelona (Barts, Guitar Festival BCN).

D’Angelo “Voodoo” (2000)

Este disco es la razón por la que empecé a hacer música. Quería hacer discos y he estudiado este álbum más que cualquier otro. Han pasado catorce años y todavía me sigo preguntando cómo es posible que cada vez que lo escucho encuentre cosas nuevas. Es realmente un disco increíble.


N*E*R*D*
“In Search Of...” (2002)

Cuando estaba en la escuela fui un gran fan de The Neptunes. Sus producciones eran únicas y sonaban como llegadas de un espacio exterior. Me encanta porque lo hicieron en directo con únicamente teclados y samplers, como las canciones que producían para otra gente, y los arreglos eran realmente progresivos en algunos momentos, algo así como Steely Dan capitaneados por un grupo de productores hip hop. Regrabé todas estas canciones en un pequeño ocho pistas. Fue mi primera incursión en la producción.

Fiona Apple “When The Pawn Hits The Conflicts He Thinks Like A King...” (1999)

Es la mejor escritora de letras que jamás haya escuchado y este disco es preciosamente poético y al mismo tiempo afilado. Y lo curioso es que nunca sacrifica la letra por una melodía, con lo que el balance es perfecto. Este álbum está producido por Jon Brion, con quien consiguió una preciosa paleta de sonidos, muy rica y agresiva por momentos. No existe nadie como Fiona Apple porque nadie puede crear música tan preciosamente agresiva.



Neil Young “After The Goldrush” (1970)

Mi disco adora este disco, pero nunca le presté demasiada atención cuando era un chiquillo. No entendía el valor de sus letras. No puedo recordar qué fue lo que cambió, pero empecé a meterme en su música después de escuchar “Harvest” y me llevé la copia de este disco que mi padre tenía en el coche. Fue algo muy genuino, como escuchar algo sorprendente por primera vez. Canciones pop con preciosos coros que me parecen provocadoramente emocionales, con una producción pristina y un sonido profundo. Puedo asegurar que este disco me cambió la vida.


Missy Elliott
“Supa Dupa Fly” (1997)

Este álbum es la mejor combinación que se me ocurre de productor y cantante: Timbaland anunciándose a si mismo como ese ridículo genio del hip hop y Missy como la más dinámica y única performer y compositora. Ella convirtió el hip hop en algo divertido, más que nada porque no había nadie que hiciese hip hop que fuese divertido y al mismo tiempo interesante. Este álbum continúa sonando increíble pese al tiempo. De hecho, no dejo de escuchar continuamente canciones nuevas que no son más que una pobre imitación de las que había en este disco.


Drake
“Take Care” (2011)

Considero este disco un clásico moderno y estoy convencido de que el tiempo no hará más que confirmarlo. Es muy emocional, pero al mismo tiempo mantiene su espíritu rap y duro intancto. Incluye un tema llamado “Marvins Room” que es una de mis canciones favoritas de los últimos diez años. Y es un título que encaja porque, en mi cabeza, siempre comparo este disco con “Here, My Dear” de Marvin Gaye que, a su vez, es un disco fantástico y complejo sobre la realidad de las rupturas amorosas y de las relaciones.

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