Lluvia de estribillos
EntrevistasLos Sencillos

Lluvia de estribillos

Redacción — 01-10-1999
Fotografía — Archivo

Hablar de Los Sencillos es evocar las los kilos y kilos de estribillos que envuelven a Miqui Puig. No nos engañemos, el artista catalán les parió y será él quien decida desconectar las máquinas que mantienen con vida a la formación catalana. Si ha sido él quien ha desempeñado las funciones de sparring para encajar los crochés de la prensa, bien merece tener la última palabra en la disciplina del veterano grupo.

«Siempre he sido yo quien ha encarnado la imagen de Los Sencillos, para lo bueno y para lo malo, así que decidí seguir utilizando el mismo nombre. Hubo momentos en que me planteé dejarlo todo e irme a Hawai a vivir, pero lo que más me gusta hacer es escribir canciones y comencé a vomitarlo todo. El resultado es Colección de Favoritas». Su nuevo trabajo. Un disco completo, sin fisuras y salpicado de buenas canciones que le da un cachete a todos aquellos a quienes les hubiera gustado escribir un artículo sobre Los Sencillos con la sangre de Miqui Puig. «Fue duro, porque de repente la prensa se ensañó con nosotros. De todos modos yo soy muy tozudo y cuando vi a Jarvis Cocker triunfar a los catorce años de carrera no me desanimé. Además esto sólo ocurría en Barcelona, pero en el resto de España seguíamos teniendo actuaciones, con lo que decidinos ir a nuestra bola para abstraernos de todo y decidimos seguir». Resulta difícil comprender por qué la prensa afiló los cuchillos con el ánimo de desollar al orondo vocalista y su banda, pero lo cierto es que la campaña de derribo estuvo a punto de terminar con la andadura de una formación que se las había arreglado muy bien hasta entonces. «No se sabe, es realmente curioso. Yo creo que nos empezaron a criticar porque me di a conocer en la órbita extra-musical, en programas de televisión. La gente no entendía mis apariciones televisivas y lo cierto es que se trataba de una simple cuestión de supervivencia. Se trataba de ganar dinero; un dinero que me permitió encerrarme durante dos años en un estudio y escribir canciones. Supongo tambiénque esto es una curva y ahora tenemos buenas canciones, así que parece que nos toca ya recibir buenas críticas».

Y tras superar un coma mediático, Miqui Puig se lame las heridas en la soledad del estudio y recluta a nuevos mercenarios para la causa pop. Los Sencillos hacen añicos el ataúd y emergen una vez más a la superfície del panorama musical ibérico con las venas del cuello en tensión. «Durante casi dos años entró toda la gente nueva, toda la banda reformada con el violinista, teclista nuevo, bajista nuevo... Estuvimos tocando mucho y ensayando hasta que encontramos el sonido que ha quedado reflejado en el álbum. Desde el primer momento tuvimos claro que queríamos hacer pop, puro pop. Sabíamos que cada canción nos pediría algo distinto y a cada una le hemos dado lo que quería. Tenemos las cosas muy claras a la hora de buscar un sonido y de escribir canciones. Toda la gente nueva ha entrado con mucha ilusión y ganas y en gran parte gracias a ellos esto ha podido volver a funcionar». Y llega «Colección De Favoritas» (Dro, 99), un álbum cuyo título no debe llevarnos al error. No estamos ante un disco de versiones petardas, ni un grandes éxitos. «Lo de Favoritas es una frase que acuñaba la banda cuando empezamos y que utilizábamos para describir cualquier cosa que nos gustase, una bebida, una chica, lo que fuera... Al ser un disco que tiene unas letras muy a lo buscando en el baúl de los recuerdos decidimos darle este nombre». Y Los Sencillos apuestan sus última monedas al pop. Después de teñir con electrónica sus pentagramas, Miqui Puig decide apartar la mirada de la pista de baile para volver al candor de una banda que tiene muchas ganas de hablar por sí misma. «La gente que escuchó el disco y oyó el bombo del principio dijo ‘¿otra vez?´ Hice un reflexión y llegué a la conclusión después de escuchar mucha música de que uno tiene que hacer lo que mejor sabe hacer, y nosotros donde nos movemos con más comodidad es en la música pop. En los días más electrónicos hice lo que hice porque realmente me apetecía, pero sin duda el pop es lo que mejor te resuelve la papeleta. Hemos querido hacer canciones puras y duras y este es el cambio de sonido al que se refiere todo el mundo. Además, a pesar de que yo hacía tiempo que estaba implicado en la movida electrónica, muchos nos enterraron porque nos tomaron por unos epabilado más que se apuntaban al boom del tecno». Y con cancionero de más hondura y repleto de influencias, Los Sencillos dejan los bleeps por los kerrangs en pos de un estribillo, un acorde que vuelva a ganarse la confianza de un público demasiado injusto con un tipo, Miqui Puig, cuyo único mal ha sido divertirse.

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