Lluvia de estrellas
EntrevistasRufus Wainwright

Lluvia de estrellas

Xavi Sánchez Pons — 14-06-2007
Fotografía — Archivo

Disparado es poco. El estado de gracia de Rufus Wainwright es tal que con “Release The Stars” (Universal) sigue manteniendo el listón altísimo. El cantante neoyorquino regresa con un disco que muestra su lado más pop. Y es que hasta alguna canción se puede bailar. Contento y optimista, Rufus puede con todo y más. El norteamericano estará este año en el FIB Heineken.

Después del enorme díptico formado por “Want One” y “Want Two” (dos obras imprescindibles para entender el pop de hoy), Rufus Wainwright necesitaba descansar un poco y tomarse las cosas con más calma. El resultado es “Release The Stars”, un disco que muestra la cara más soleada del norteamericano (ojo a canciones como “Tiergarten”, “Between My Legs”, “Rules And Regulations” o “Sanssoucci”), que juguetea con el pop de querencia clásica (el de Brian Wilson, Burt Bacharach…) y que sigue sonando cien por cien Wainwright. ¿Continuista? Sí, pero casi igual de genial que sus anteriores compactos.

"Mantengo ‘los majestuosos sonidos Rufus’. Ahora quiero trabajar duro, así podré retirarme antes"

“Quería más canciones pop porque adoro a las estrellas del pop, y quiero ser una de ellas. De aquí cinco años, cuando empiece a llevar gafas y me quede poco pelo, puedo volver a todo el rollo de la ópera. Con este nuevo disco estoy muy concentrado en hacer todo lo que toca. Entrevistas con la prensa, giras… Tienes que alimentar a la maquinaria. Y sí, tienes razón, hay más pop, pero también sigue siendo muy yo. Mantengo ‘los majestuosos sonidos Rufus’. Ahora quiero trabajar duro, así podré retirarme antes”. A Rufus se le nota contento al otro lado de la línea telefónica. El autor de “Poses” se muestra cercano durante toda la charla, parece esbozar una sonrisa de felicidad infinita, y está con unas ganas locas de contar todo lo que ha rodeado la grabación de “Release The Stars”, el primer disco en el que prescinde de productor, una tarea que esta vez ha ejercido el propio Wainwright.

"Soy el primer artista abiertamente gay dentro del mainstream que ha empezado su carrera reconociéndolo"

“El disco lo decidí producir yo por dos razones. La primera porque he trabajado con algunos de los mejores productores que hay sobre la tierra, como Lenny Waronker o Marius de Vries, y he aprendido mucho de ellos. Siempre me he metido mucho en el proceso y ahora tengo una gran bolsa de trucos por los que ya he pagado suficiente estos años… La segunda razón es que así no me cuesta ni un dólar (risas). La verdad es que no ha estado totalmente solo. El estadounidense ha contado con un ayudante de lujo; Neil Tennant, vocalista de Pet Shop Boys, se ha encargado de la producción ejecutiva. “Fue como mi consejero. Yo era el ‘rey’ y el me ayudaba en la guerra con la gente (risas), en la música … Vino un par de veces a los estudios en Alemania (parte del disco fue grabado en Berlín), y me daba su opinión sobre lo que estaba haciendo. Si era muy misterioso, si tenía que poner un toque operístico o no a las canciones… Siempre he tenido en cuenta las opiniones de Neil, principalmente porque es capaz de apreciar tanto la alta como la baja cultura, no tiene prejuicios en ese aspecto. Le conozco desde hace años. Además, es un gran fan de ‘Poses’, entendió perfectamente ese disco cuando salió, y me ayudó en los años más duros de mi vida”. Si bien decíamos al principio de esta entrevista que “Release The Stars” es un disco eminentemente optimista, el single elegido para presentarlo despista. “Going To A Town” es un oscurísimo corte que detrás de su estructura a lo “Across The Universe” (canción The Beatles versionada por el propio Wainwright para la banda sonora de “Yo soy Sam”), esconde una durísima crítica a los Estados Unidos. Otra más, dirán algunos. “Con esta canción estoy haciendo una declaración firme, diciendo la cosas como son. Es curioso porque nunca me decidí a escribirla, pasó de forma espontánea, estaba allí, yo sólo fui el mensajero. Sabes una cosa, América, después de todo lo que ha pasado en los años en que ha estado Bush, ha perdido mucho de su poder y de sus objetivos reales. Y ya es hora que los americanos digamos lo que queremos decir, hagamos lo que queremos hacer cada vez que el gobierno nos dice: ‘no hagáis eso porque es antiamericano’. Eso es totalmente hipócrita por su parte, porque todo lo que ha hecho el gobierno estos años si que ha sido antiamericano. Así que ya no necesito preocuparme más por los americanos, porque ya han tenido su oportunidad…”. Dejando a un lado este contundente apunte político, el quinto álbum de estudio del neoyorquino está plagado de canciones de temática más relajada. La conmovedora “Nobody’s Off The Hook” (una de las mejores canciones de su carrera) está dedicada a Teddy Thompson (hijo de Richard Thompson y también cantante), “Sanssoucci” habla del famoso palacio real alemán, “Between My Legs” es un canto petardo a la lujuria, “Release The Stars” es un defensa de la mitomanía hollywoodiense, y “Tulsa” un corte dedicado a Brandon Flowers. Sí, sí, el cantante de The Killers. Wainwright conoció a Flowers una noche de fiesta en la ciudad que da nombre a la canción. Una noche en la que, según cierta rumorología esparcida por Internet, pudo pasar de todo. “Todo menos la primera frase de esa canción es cierto. Lo conocí una noche. Salimos de fiesta y luego hemos hablado alguna vez por teléfono. Somos un poco amigos. Me gustan The Killers, tengo una especie de romance adolescente femenino con ellos”. Bueno, a estas alturas pocos desconocen que uno de los “hecho diferenciales” de Wainwright es su declarada homosexualidad. Un factor que en algunas partes del mundo aún puede resultar complicado “cuando vas al medio este de los Estados Unidos, a Asia, Rusia o África, es todavía muy duro”, pero que le ha convertido en todo un símbolo. ¿El hecho de ser gay ha marcado de forma especial su carrera? “Por un lado creo que no importa, pero, por otro, soy el primer artista abiertamente gay dentro del mainstream y en un gran sello que ha empezado su carrera reconociéndolo. Antes que Scissor Sisters, antes que Antony. Y estoy orgulloso de ello”. Tras “Release The Stars” el firmante de “Want One” tiene algunos proyectos en mente. Primero editar en compacto el concierto donde versionó entero el “Judy At Carnegie Hall”, legendario disco en directo que Judy Garland grabó en 1961 en el conocido recinto neoyorquino. “La idea vino de escuchar el disco una y otra vez sin parar. Me di cuenta de que la única forma que tenía para dejar de escucharlo, era interpretándolo entero encima de un escenario. Estaba muy obsesionado con ese álbum. Fue como hacer ejercicio para quitármelo del cuerpo”. Y segundo, completar su primera ópera. “Es verdad. Estoy escribiendo una opera llamada ‘Prima Donna’, acerca de una cantante de ópera. Es una historia muy simple, pero estoy muy ilusionado…”. Cuando Wainwright debutó allá por 1998, apenas había otros artistas que utilizaran recetas similares a las suyas. Ahora, no solo los hay, sino que la gran mayoría son amigos y familiares. Antony, Teddy Thompson, Joan Wasser (Joan As Police Woman) y su hermana Martha Wainwright (los tres últimos participan en “Release The Stars”), forman una más que sólida generación de cantautores con la vista puesta en los años setenta, al recuperar figuras como las de Leonard Cohen, Van Dyke Parks, Randy Newman, Judie Sill y Scott Walker. “Estoy muy ilusionado con esta generación, porque cuando empecé estaba muy solo, no conocía a nadie. A los únicos que conocía era a Marilyn Manson y Courtney Love… Y ahora pasa lo contrario. Es muy excitante”.

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