-'La mujer de Lot' hace clara alusión a mirar atrás ¿Se trata de un disco nostálgico?
Las cinco canciones del disco son cinco formas diferentes de mirar atrás pero no para quedarnos en el pasado sino como guía necesaria para seguir hacia delante. De no ser así corremos el riesgo de convertirnos en estatuas. En definitiva, un ojo en el retrovisor y otro en la carretera. Estas canciones hablan de música, de medio ambiente, de relaciones personales, despedidas o incluso de Bob Dylan. En cuanto a ese punto nostálgico que comentas creo que no es cuestión de la edad porque si echo la vista atrás creo que es algo innato que lleva conmigo desde muy niño.
-Las letras siguen siendo muy intimistas y las canciones muy desnudas ¿No te cuesta enseñar tanto?
En absoluto. Si no te la juegas haciendo canciones, ¿cuándo lo vas a hacer? Entiendo la música como un acto completo de sinceridad y honestidad. Si termino una canción y no me la creo de principio a fin, va a la papelera. Si después de terminarla consigue remover algo en alguien, estupendo, pero todo comienza como un acto de lo más íntimo. Ello no quita para que sea un tipo tímido, aunque supongo que eso depende de quién esté delante y de la situación.
"Seguiremos jugando con el factor sorpresa y modificaremos formatos y arreglos en función de cada concierto; nunca hemos hecho dos iguales"
-Háblame, por favor, de la producción. Juan Marigorta y Fabián D. Cuesta desde Estudios Tripolares. Supongo que lo difícil es que respete un productor esa desnudez a la hora de producir.
Soy muy fan de los trabajos de Juan Marigorta y Fabián. ¡¡Mis ángeles de la guarda!! Después de la experiencia del anterior disco, ‘Gente corriente’, estaba claro que teníamos que repetir. Ellos además de producir, escriben y tocan sus propias canciones y creo que esa doble faceta es fundamental en este caso porque tratan las canciones desde el máximo respeto añadiendo únicamente lo necesario dando total protagonismo a la esencia de la canción. Me alegra mucho que consideres que la producción es muy desnuda porque en gran parte de las canciones hay bastante instrumentación -varias guitarras acústicas y eléctricas, bajo, batería, percusiones, teclas, varios coros e incluso violines y acordeón-. Si después de todo eso el resultado final está en el punto justo de lo imprescindible sin que sobre nada significa que hemos logrado el objetivo.
-'La violencia en las nubes' es caso aparte. Canción 100% zaragozana. Grabada en la ciudad del cierzo con Carlos Gracia en la producción y la colaboración de Cuti Vericad ¿Qué tiene de especial ese tema para haber sido grabado de otro modo?
La idea surge del propio Carlos, que es nuestro batería. La pieza la teníamos armada porque la habíamos tocado varias veces en directo pero no estaba grabada. Carlos me dijo que le apetecía mucho producirla y se encerró en el estudio con ella. Me hace especial ilusión el hecho de que en la grabación hayamos participado todos los componentes de la banda además de la colaboración de Cuti a las teclas. La mezcla y retoques finales los hicimos con Juan y Fabián en León. Todos estamos en el ajo. El resultado me encanta y se ha convertido en mi canción favorita del disco.
-Cada corte está acompañado de un vídeo ¿Cómo están realizados?
En estos tiempos de prisa y velocidad me apetecía mucho disfrutar lentamente de cada una de las canciones de este disco. Por ello he optado por estrenar cada una de ellas como singles con un margen de 3 o 4 semanas entre ellas. Además, como dices, cada estreno viene acompañado de un sencillo videoclip. Respondiendo a tu pregunta, los audiovisuales de ‘La mujer de Lot’ los he grabado y montado yo mismo con la colaboración de Factory du Cardelin. Me gusta y me siento cómodo en el mundo audiovisual en general, ya sea diseñando carteles o montando vídeos además de escribiendo canciones. Buscar las imágenes que acompañen adecuadamente a la música significa ir un paso más allá y resulta realmente complejo. Canción y videoclip son lenguajes complementarios pero muy distintos.
-Hay colaboraciones muy especiales como las de Cuti, Alfredo González y Nadia Álvarez.
Soy afortunado de poder contar con estas colaboraciones tan generosas. Cuti tiene un talento descomunal, Alfredo es brillantísimo escribiendo y Nadia tiene esa magia especial que pocos alcanzan. Cada uno ha aportado un trocito de su personalidad y donde ellos intervienen las canciones crecen. Además de esta grabación, con los tres he tenido la suerte de poder compartir canciones en directo en diferentes conciertos y esos momentos son oro puro para mí. Es un lujazo que formen parte de “La mujer de Lot”.
-Eres nacido en Reinosa ¿Qué diferencia ves entre aquel panorama musical y el de Zaragoza?
Reinosa es pequeña en tamaño, unos 10.000 habitantes, pero siempre ha habido una actividad musical tremenda y allí han nacido muchos grupos en su mayoría de rock en castellano. En cambio, Zaragoza es una gran ciudad con mucha y variada programación. En ambos lugares me siento en casa.
-Por aquí veo que has hecho buenas migas con gente como Cuti, Jorge Martínez, Alejandro Castro o quienes te acompañan como banda. Supongo que ahí donde cae uno acaba imperando la ley de la atracción.
Inevitablemente podemos hablar de atracción gravitacional. Amamos la música y hablamos lenguajes muy similares. Disfruto y aprendo mucho de todos ellos tomando un café, compartiendo un concierto, un ensayo o escribiendo una canción.
"Estas canciones hablan de música, de medio ambiente, de relaciones personales, despedidas o incluso de Bob Dylan"
-¿Cómo reúnes a semejante plantel para acompañarte?
La verdad es que todo surgió con mucha naturalidad. Podría estar hablando una hora de cómo empezó todo con Elvira López, Jaime Lapeña, Yerai Rubio, Carlos Gracia y Alberto Solobera. De hecho en algún concierto lo he ido explicando entre canción y canción. Por resumir, estas cosas ocurren como la vida misma: hablando al final de un concierto cualquiera, en la barra de tu bar favorito, o retomando por casualidad una vieja amistad. Vas juntando las piezas del puzzle y casi sin darte cuenta miras alrededor y ves que formas parte de un estupendo grupo de gente que además sabe tocar rock and roll. O folk. O rancheras… o lo que surja (risas). Estoy muy feliz con mi gente poco corriente.
-¿Vas a repetir gira? La de 'Gente corriente' fue de las grandes. Acabando como parte del festival Sonorama.
Fue un poco locura. Como bien dices con ‘Gente corriente’ dimos más de treinta conciertos en poco más de un año, haciendo muchos kilómetros por gran parte de España. Somos seis amigos que hacen lo que les apasiona, pero también tenemos nuestros trabajos, familias y proyectos paralelos. Con ‘La mujer de Lot’ no me apetece repetirlo y bajaremos el ritmo respecto al año pasado. Eso sí, seguiremos jugando con el factor sorpresa y modificaremos formatos y arreglos en función de cada concierto. Nunca hemos hecho dos iguales.
-Cómo va a ser esa presentación del 31 de octubre en el Rock & Blues?
Nos apetece mucho tocar ahí. Esa sala suena genial. Será un concierto eléctrico en su mayoría donde repasaremos canciones de ‘Gente corriente’, presentaremos ‘La mujer de Lot’ y habrá varias sorpresas. Esperamos que los que nos acompañéis os llevéis un buen sabor de boca. Después será turno de Madrid y Valencia. Tras ello, con el nuevo año y tras un breve descanso, seguiremos echando la vista hacia delante con más fechas aún por confirmar.
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