“En estas canciones me he permitido el lujo de decir todo aquello que quería. Para mí la honestidad lo es todo".
Que Kendrick Lamar te elogie públicamente o que Damon Albarn te invite a que seas la telonera y colaboradora de Gorillaz en varias fechas europeas, aunque a algunos les cueste creer, no lo es todo. La rapera y actriz Simbi Ajikawo, artísticamente conocida como Little Simz, no olvidará fácilmente lo que le ocurrió en 2017. En noviembre de ese año, durante las fechas en las que participó en el "Humanz Tour" de Gorillaz, una fuerte depresión empezó a apoderarse de ella a miles de kilómetros de su Londres natal. “Por entonces tenía veintitrés años y se juntaron muchísimas cosas. He estado trabajando muy duro durante años para conseguir el éxito siendo una artista independiente y, por entonces, empecé a preguntarme a mí misma si en realidad todo ese esfuerzo valía o no la pena. Pero más allá de eso también se juntó una fallida relación amorosa, el estar lejos de mi familia y mis amigos cuando más les necesitaba y el preguntarme qué soy realmente a mi edad. Lidiar con todo ello, en estos momentos en los que estoy creciendo como artista y como persona, me pasó factura”, confiesa desde el otro lado del teléfono. Este es precisamente el punto de partida de "Grey Area", un tercer álbum en el que escupe verdades que duelen y en el que, pese a la fuerza de sus rimas, también exhibe su vulnerabilidad. ¿Estos diez temas han sido una terapia para ella? “Sin duda, eso es lo que exactamente ha sido. Hay personas que se refugian en el alcohol y en las drogas, pero yo tengo la enorme suerte de tener la música como mayor aliada. Para mí eso es y será siempre lo más importante”.
“En estas canciones me he permitido el lujo de decir todo aquello que quería. Para mí la honestidad lo es todo. Pese a la complicada situación en la que me encontraba, la verdad es que he disfrutado mucho todo el proceso de elaboración de este disco. Además, he intentado probar cosas nuevas porque era el momento para hacerlo”, afirma. Sin ir más lejos, ahí está esa "Offence" en la que se deja acompañar de cinéticos arreglos de cuerda y hasta de un flautista que se trajo desde Suecia, o "Flowers", en la que reflexiona junto a Michael Kiwanuka sobre los peligros de la fama mencionando a Amy Winehouse, Kurt Cobain o Jimi Hendrix. Sobre esta canción en concreto dice que “a pesar de la música tan mágica y poderosa que todos ellos hicieron, lo cual no hay palabras para agradecerles, tristemente fueron artistas que sufrieron muchísimo. Es algo que nunca se puede obviar y, por ello, he querido reflexionar sobre esa dicotomía que hubo entre sus carreras y su vida personal”.
Todo esto no hubiera sido posible sin la inestimable ayuda de Inflo (The Kooks, Michael Kiwanuka, Portugal The Man, etcétera), quien se ha encargado de producir el álbum. “Nos conocemos desde hace muchísimos años, prácticamente de toda la vida. Anteriormente hemos trabajado juntos, pero todas esas canciones siguen estando en mi ordenador y no han visto la luz. De cara a 'Grey Area' tenía muy claro que él, y sólo él, era la persona adecuada para hacer realidad mi visión. En eso no tuve ninguna duda. Más allá de ser el productor de estas canciones también podría decir que ha sido mi confidente, alguien con quien me he podido abrir en el estudio. Aparte de ser muy talentoso, Inflo es una buenísima persona. Siempre es importante rodearte de buena gente y tenerles cerca. Hay muchísimas emociones en el disco y obviamente no ha sido fácil, pero ha sido todo un placer haber podido trabajar mano a mano con él”, dice. ¿Y ahora qué? “Espero crecer aún más, aunque no tengo expectativas de nada. No quiero pensar en nada concreto porque, en el caso de no conseguirlo, el batacazo siempre puede ser doloroso. Estoy muy orgullosa de este disco y pasará lo que tenga que pasar. Espero que estas canciones inspiren a alguien”. De todo, por difícil que parezca, se puede salir.
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