“Dummy” ha llegado tras “Flors mentre visqui” (19) y “Viatge en espiral” (21). Quién le iba a decir a aquel adolescente que llegaría este momento y que, doce años más tarde, uno de los integrantes de Matador Rockers, Puto Chen o Sr Chen, produciría y cantaría con él canciones de este tercer disco. “Dummy”, una palabra de procedencia inglesa, puede significar desde “tonto” hasta “réplica de un ser humano”. Lildami no se decanta por uno de los significados, sino que intencionadamente juega con la combinación de todos ellos, junto con la homofonía de “Dummy” con su propio nombre Dami. De esta forma, explica el origen de la idea del título. “En el mundo de la automoción, están los 'crash test dummies', que son los muñecos que van dentro de los coches cuando los están probando para ver si el coche es seguro”. En este sentido, el rapero catalán traza una cierta identificación que siente hacia estos muñecos. “Con toda la humildad y salvando todas las distancias, dentro de la escena urbana en catalán por equis motivos –porque pasaba por allí o por lo que fuera– me ha tocado hacer de ‘crash test dummy’ en algunos momentos”. Así lo describe, y menciona el shock que fue oír una canción suya de rap en catalán en la radio en 2018 o que "un rapero en catalán estuviera en un programa de prime time de TV3 era difícil de imaginar". Se siente agradecido de poder haber sido, de alguna manera, un precursor en un género que todavía se estaba desarrollando en catalán. “Tiene la parte guay porque sirve de precedente un poco de la gente que ahora está apretando fuerte”. Sin embargo, no niega que, como con todo, este hecho ha tenido su parte negativa: “lo malo es que como ‘crash test dummie’ te llevas algún golpe”. A menudo, a Lildami se le describe como el rapero que lidera la escena urbana catalana popera, pero el propio artista reitera que esta sentencia se debe matizar y recuerda a raperos como por ejemplo P.A.W.N Gang o At Versaris que llevaban una larga trayectoría antes de que él apareciera en escena. Sin embargo, remarca una diferenciación que le distingue de sus antecesores: “At Versaris eran la polla hace doce años cuando salieron y tenían mucha gente que se lo escuchaba, pero quizá no llegaron a ese punto mediático de sonar en radios o en según qué festivales”.
“Vivimos en una sociedad donde hay tantas diversidades y tantas formas de entender la vida y de vivirla como personas hay”
En este sentido, es inevitable reconocer que el rapero de Terrassa ha alcanzado un público vasto y mainstream, tal como lo define él mismo. El hecho de que la música de Lildami se escuche en algunas de las cadenas radiofónicas referentes del país o tenga acceso a ambientes en los que la música rap en catalán no se había visto antes se debe, según explica, a “las temáticas que toco y la forma en que lo hago”. Unas temáticas y una forma que no son producto de una estrategia, sino que “obligadamente por el tipo de persona que soy y el entorno en el que he nacido, no hablo ni de drogarme ni de pasar droga. No hablo de según qué cosas que sí se hablan en el género porque no me representan y no forman parte de mi vida y yo creo que esto, al final, lo que hace es acercar”. En este sentido, este acercamiento subraya el papel de las letras y la importancia que tiene que el público conecte con ellas. “La música va de conectar con la peña y es más fácil que la gente conecte conmigo si estoy diciendo la verdad”. ¿Cuál es esta verdad? Pues que, tal como él mismo enumera, Lildami es un chico que ha ido a la universidad, que ha trabajado y que tiene sus problemas como cualquier otra persona. Por esta razón, argumenta, es más fácil que “la gente conecte conmigo así que si digo que tengo un kilo de farlopa en el fregadero de casa. En cambio, la gente empatizará más porque es una realidad social compartida con mucha más gente”. Hablar de los temas de los que habla y hacerlo de la forma en la que lo hace le surge de manera natural. “Hablo de lo que sé o de lo que vivo, y cómo tengo una vida average…”. Debatimos un poco sobre el significado de “average”, ya que no es muy común aparecer, por ejemplo, en un programa de televisión que ha batido récords de audiencia, y se ríe. Lildami comenta con una sonrisa el sentimiento de ver entre su público un padre de treinta y cinco años con su hija de diez y, en la fila del lado, a un chaval de diecisiete años bebiendo su primer cubata. Dice diecisiete años con precaución, mirando a su alrededor, a la espera de una reacción de su mánager que tiene un hijo de esa edad. Ríen y asumen que el primer cubata probablemente se bebe a los quince años, y el rapero prosigue: “Te das cuenta de que realmente la música es transversal, que sirve para comunicar y es intergeneracional, y eso me parece guapísimo”.
La mezcla de “Dummy” ha corrido a cargo de Genís Trani, un productor musical y técnico de sonido con el que Lildami lleva trabajando desde hace ya un tiempo y en el que ha vuelto a confiar ciegamente. Y lo ha hecho buscando una buena depuración del sonido y una cierta cohesión general en el álbum, que sucede cuando un producto está mezclado por una misma persona. “Quería que todo el disco estuviera barnizado con el mismo toque”. Aunque, Trani no se ha encargado únicamente de la mezcla de “Dummy” sino que también ha producido dos temas del disco. Y como decíamos al principio, entre los productores del nuevo proyecto de Dami, no podía faltar su fiel compañero, el Sr. Chen. Sonríe y mira hacia el fondo del Bar Calders del barrio de Sant Antoni en el que nos encontramos, cuando rememora su historia con Chen. Recuerda cuando, alrededor de 2010, Sr. Chen pertenecía a Matador Rockers y Lildami fue a verle en concierto. “Yo debía tener dieciséis y él veinte. Son esas cosas de la vida que nunca sabes dónde acabarás ni con quién”. Ocho años después, Lildami y Chen se conocerían a través de un amigo en común. “Quedamos un día para hacer música, súper buena onda, muchas cosas en común y ese verano ya fue como: ‘hagamos un disco’”. “Pussy Song”, que pertenece a “Flors mentre visqui”, fue el primer tema del dúo e inicialmente tenía que sacarlo Chen. Sin embargo, “hubo tan buena onda que dijimos de hacer más cosas, nos liamos e hicimos un disco en una semana”. Dami acabó sacando este tema que ya recoge más de 150.000 visitas en YouTube y que fue el propulsor de un dúo que, en la actualidad, cuesta concebir por separado. “A partir de ahí, hemos vivido muchas cosas y hemos hecho muchas canciones, muchos conciertos juntos”.
“La música es transversal e intergeneracional, y me parece guapísimo esto”
Han pasado cuatro años desde “Flors mentre visqui” y dos desde “Viatge en espiral”. De ellos habla como fotografías que captan su momento vital cuando los creó. “Ahora miro los dos discos anteriores y sé dónde estaba perfectamente, qué estaba pasando… En este estoy muy feliz, todo va súper bien y estoy muy centrado”. De ahí que sea un disco que transmita motivación que también se refleja en la diversidad de géneros que se tocan en él: desde una bachata hasta un country moderno. “A mi me encanta el riesgo de jugármela en este sentido”.
“Dummy” se estrenó a finales de febrero pero “Supermercat”, el tema más escuchado del álbum, se publicó el pasado mes de junio. Inmediatamente, la canción se convirtió en un himno veraniego. En ella, el rapero canta que se ha enamorado en un supermercado. Sin embargo, se sincera y confiesa que realmente nunca se ha enamorado en ningún sitio extraño. “Estaba en el supermercado con mi pareja y tuve un flash: ¿por qué no hago una canción de enamorarse en el super? Y así fue”. Pese a que la idea detrás de la letra de la canción surgió por pura inspiración repentina y no está basado en su experiencia personal, explica que después de sacar “Supermercat”, hablando con sus padres, “me contaron que ellos sí se habían conocido en un supermercado, tócate los huevos”.
En cuanto al momento actual del artista, el color rosa añade la marca de la casa. Difícilmente vemos al cantante de Terrassa sin un toque de rosa, o algún otro color llamativo. “Al final la apariencia, la ropa, las gafas, las uñas… sirven para mostrar por fuera cómo eres por dentro. Entonces, creo que dentro soy un tío muy alegre, de muchos colores, como el arcoíris”. El cantante manifiesta que no es una cosa que escoge intencionadamente: “si quiero llevar trenzas y ponerme figuritas en las trenzas como hace años, lo hago, porque me parece divertido. No le doy más vueltas”. Una estética que se ha convertido en un imaginario de camisetas de colores, uñas pintadas y gafas en forma de corazón que definen a Lildami. Se trata de una estética que deconstruye ciertos estereotipos anticuados que asocian una paleta cromática o ciertos complementos a lo femenino. Lildami define que no le preocupa lo que piense aquella gente conservadora que vaya en contra de cómo se viste. “Si lo único que puede decir alguien de mí es que visto mucho de rosa, de locos”. Lildami reivindica el que nos la sude todo y que cada uno haga lo que le haga feliz. “Vivimos en una sociedad en la que hay tantas diversidades y tantas formas de entender la vida y de vivirla como personas hay”.
Transparencia, confianza, tranquilidad y color definen a Lildami, y también a su último proyecto “Dummy”, que ya está disponible en todas las plataformas. Para este último disco, sin embargo, Lildami propone una nueva concepción: la idea del no-disco. Con dos discos ya publicados, el cantante se daba cuenta de que no tenía una disquetera donde escucharlos: “muy poca gente escucha el disco físico, teniendo Spotify o Apple Music no tiene mucho sentido”. Por esta razón, el artista ha confeccionado un disco que se recoge en una maqueta de madera: “quería hacer un producto que tuviera el mismo contenido, pero sin ser un disco en físico como tal… Empecé a investigar el tema de las maquetas y decidí hacerlo”. Se trata de una actividad interactiva: una maqueta de madera automontable para crear tu propio Dami y que, una vez montada, dando la vuelta a la nariz del Dami, se descubre un QR a través del cual se puede acceder al disco. Por si faltara poco, la maqueta incluye dos llaves inglesas de madera que pueden utilizarse de pendientes, para todos aquellos que quieran aprender a “sudar de todo”.
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