“La vida solo es una, y se pasa volando”
Entrevistas / Lila Downs

“La vida solo es una, y se pasa volando”

Carlos Pérez de Ziriza — 24-06-2024
Fotografía — Archivo

Torbellino escénico como es, fuerza de la naturaleza, Lila Downs nos visita en unos días y eso siempre es una excelente noticia.

Son más de dos décadas las que lleva la vocalista, compositora, antropóloga, productora y actriz mixteca renovando la música mexicana, y aún está exprimiendo los notables argumentos de "La Sánchez" (2023), su último álbum.

En breve estás en España, y siempre que hablo con músicos anglosajones me dicen que el público español es muy apasionado, pero cuando hablo con músicos españoles, me dicen que el más apasionado es el mexicano. ¿Con cuál te quedas?
Son de distinta manera, ambos muy apasionados. Quizá la expresión apasionada es más en España, y eso nos sorprende a nosotros. Pero el respeto y el cariño a todo tipo de arte es muy especial en México también. Y es hermoso. En la radio o en Spotify siempre estamos oyendo las cosas más grandes, más comerciales, pero también hay espacio para otras alternativas, y eso es bien lindo.

¿Esta gira es aún de presentación de La Sánchez (2023), tu último álbum, o no tiene nada que ver?
Sí, es todavía, porque acabo de hacer un proyecto con Niña Pastori y con Sole Pastorutti (el EP Raíz, Nunca Me Fui, de cinco canciones, publicado el 30 de mayo de 2024), y hablábamos de los ciclos de los discos, y yo les decía que sí, que ni siquiera ha cumplido un año el disco, claro que sí que lo seguimos presentando. Parece que el ritmo de todo es como que tenemos que apurarnos, y creo que no hay que prestarse a eso. El arte es el arte, y si te toma cinco años, te toma cinco años. Y si quieres girar con esa música, tienes todo el derecho a hacerlo.

"Me gusta probar cosas nuevas. Y descontrolar un poco a la gente, porque asumen algo de mí, y me gusta sorprender"

Va todo muy rápido, ¿no?
Sí, pero estoy feliz, porque estoy más inspirada, componiendo ahora mismo, y quizá salga algo antes de que empiece la gira.

He visto en tus RRSS que has estado con The Roots hace unos días en Filadelfia. ¿Trabajando en algo?
Fui para un concierto hermoso, producido por un sindicato de allí, y fue lindo porque fue para todos los trabajadores de los hoteles, de los restaurantes, de los servicios públicos… me votaron a mí como artista latina, a Joan Jett and The Blackhearts como artista anglo y a The Roots como artista afro, ya que en Filadelfia predomina la raíz afroamericana. Fue un honor. Ojalá podamos hacer algo juntos, claro.

¿Cómo ha sido el trabajo con Niña Pastori y Sole Pastorutti, que me comentabas antes?
Felices de poder volver a reencontrarnos. Musicalmente, nos unen muchas cosas. Y personalmente nos separan diez años que ya pasaron, nuestros hijos ya están más grandes, ojalá hubiéramos tenido más tiempo para vernos e ir a cenar juntas, para compartir la vida y estar más felices. Porque la vida es una: se pasa volando.

Vives en Oaxaca, y siempre has sido como una embajadora cultural de tu tierra, una de las más desfavorecidas de México. ¿En qué medida crees que tu notoriedad contribuye a que la gente conozca su problemática?
Es una responsabilidad que yo asumí en el momento en que traté de comunicar un poco de la belleza de mi pueblo. Y de los diversos pueblos del país del que provengo. Son 69 etnias diferentes, con sus idiomas y tradiciones muy vivos. Y cada etnia tiene su expresión cultural, importante dentro de nuestro país. Y te ofrece también ese conducto a su belleza y a su respeto de comunidad, de autonomía y de conocimiento. Por lo tanto, con la música he tratado de encontrar ejemplos de sonidos originarios, folclóricos, también más nacional, que respeten y hablen de estos temas, que son importantes para nosotros. Desde esa visión empezó todo esto, también desde la migración, porque vengo de un pueblo muy migrante, los mixtecos, y eso sigue permeando en la música y en las letras de mis canciones.

Una gran diversidad y complejidad, de lenguas y de culturas. Pero parece que los mensajes que triunfan, desde el ámbito de la política, son los que tienden a uniformizar. Los más simples y sencillos. Populistas, por lo general. Quizá la música con mensaje como la tuya sea más necesaria aún.
Es una polarización que está ocurriendo en todas partes, y estos discursos que critican al populismo: hay que plantarse qué significa el populismo, porque eso está cambiando. Para mí el populismo significa algo noble, y de fuerza de protección a los que no han sido protegidos durante cientos y miles de años. Pero algunos políticos se aprovechan de la palabra “populismo” para utilizarla de una manera con la que nos hieren, nos lastiman, nos hacen daño. En México también estamos en esa polarización, creo que los gobiernos que están trabajando con programas sociales, interesa que aún estén en efecto. Creo que vamos a seguir por ese camino en mi país. Todo depende de cómo se está realizando el trabajo que planea nuestro gobierno, que creo que lo está logrando, en este caso. Se verá en las elecciones. Yo pienso que sí va a seguir, aunque podemos caer en la extrema derecha, cosa que no es extraña ni en el resto de Latinoamérica ni en tu país (N. del R.: la charla tiene lugar días antes de que sea elegida Claudia Sheinbaum – Pardo Morena, candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia).

Has introducido un matiz importante: la perversión del lenguaje, en la que los partidos de extrema derecha son expertos. Términos como “populismo” o “libertad” cobran en sus manos un significado distinto.
Claro. Hay una canción muy conocida en Latinoamérica, escrita por León Gieco, que dice “solo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente”, que predica temas muy pertinentes ahora, aunque quizá el Dios al que se refiere no es muy aceptable en este momento porque carga a la derecha. Quizás en otro momento sí que ese Dios significase algo cotidiano, y así vamos cambiando de perspectiva. Ahorita noté que en este disco con Niña Pastori y Sole Pastorutti hicimos una canción que se llama “Todo cambia”, que es un mensaje también muy profundo y muy interesante sobre el momento que estamos viviendo, creo. Son canciones que pueden hacerse grandes con el tiempo, a través de los ciclos vuelven a revivir. Hay que seguir cantando y componiendo cosas, creo que estamos en una etapa muy interesante, en la que en el songwriting, tanto en español como en inglés, hay grandes cambios. De lenguaje y de manera de decir las cosas. Más directo. Me encanta.

¿Te gusta algo especialmente?
Me gusta mucho Sílvia Pérez Cruz, por ejemplo.

Una de las señas de identidad de tu música es que siempre has mezclado muchos géneros distintos. ¿Hay algún estilo en el que te sientas más cómoda?
Me gusta probar cosas nuevas. Y descontrolar un poco a la gente, porque asumen algo de mí, y me gusta sorprender. Y sorprenderme a mí misma. Si no, me aburro. Con lo único que creo que nunca me aburriré es con la canción ranchera, mexicana, básica, con la guitarra y la voz, la que viene del campo y tiene las metáforas rurales, que es un canto que es como mi primera influencia musical, y soy de ahí. Creo que si hubiera crecido en los cincuenta, solo sería una cantante de eso, pero como crecí en otra época, me corresponde hacer otros tipos de música también.

Es tu música más genuina, más de raíz, ¿no?
Es la esencia, la más básica, como para ustedes el flamenco, creo.

Bueno, no en toda España, el flamenco es muy del sur. En el norte, no tanto.
Es verdad. Esta semana hago una colaboración con Rodrigo Cuevas, que es del norte. Asturiano, ¿no? Viene a Oaxaca. Me enseñó un tema tradicional de allá, que quiere que hagamos. Tiene un fragmento bien machista en su letra, me dijo que a ver si lo cambiamos (risas).

Siempre me ha llamado la atención el concepto que la cultura mexicana tiene de la muerte, y que aquí nos ha llegado incluso a través de películas tan comerciales como Coco (Adrián Molina, Lee Unkrich, 2017). Tan distinto al nuestro. No sé si a ti te ha ayudado en cierto modo a sobrellevar el fallecimiento de tu marido, Paul Cohen, hace un año y medio. No me puedo poner en tu lugar, obviamente, pero no me puedo resistir a preguntártelo.
Sí. Definitivamente sirve porque sientes que hay una comunicación con el ser querido, después de que se ha ido, y creo que eso es muy importante para quienes nos quedamos sin esa persona. Es importante pensar en él, recordarlo, pero sin pensar “ay, se nos fue”. Quizá le quite lo drástico a la pérdida. No sé si le quita la realidad, que es muy cruda. Pero lo veo con mis hijos: poder hablar de su papá como si él estuviera aún con nosotros es muy útil. He hablado con algunas psicólogas sobre eso, porque quizás hay que cuidar que no se exagere, que una chiquita de siete años no caiga en una imaginación que la lleve a creer que su papá está aquí todavía. Pero ella es muy madura para su edad, así que no hay peligro de eso. Creo que los mexicanos tenemos una sensibilidad con esa niñez: es como jugar con el más allá, como estar en un lugar donde es aceptable… incluso mi marido, que no creía para nada en todo esto, cuando hacíamos la ofrenda a los muertos le cantaba, con el olor a copal y las flores y el mole y el chocolate… él, feliz (risas). Pero un poco antes de morir, que sabíamos que el día iba a llegar, le decíamos “oye, Paul, ¿nos vas a venir a visitar a la ofrenda y vas a venir a vernos?”, y él decía “ay, ¿cómo crees? Esas cosas no son reales”. Y entonces le dije “tienes que prometerme que vienes”. Y enfrente de los niños, le hice prometerlo (risas). Y esto hace que haya un pacto entre nosotros, como familia, y también como sociedad. Esa película que mencionas tiene puntos muy importantes sobre cómo respetar al difunto en la imagen. Tengo un retrato de él aquí, junto a mí, en mi estudio, tocando el saxofón, porque me inspira y me hace sentirme acompañada por su recuerdo.

Entiendo que eso ocurre independientemente de tu creencia religiosa, va más allá.
Yo creo que en México todos tenemos una imaginación y un contacto con el más allá. Definitivamente. Hay personas que luego se alejan de ello, estudian medicina o química, y pierden un poco de eso, pero luego siempre vuelven a ese lugar. Como me decía alguien acerca de la Virgen de Guadalupe, acá en México puedes ser judío o hasta musulmán, que todos somos guadalupanos (risas). Y así pasa con la tradición de la ofrenda a los muertos.

Agenda de conciertos: 

Jueves 4 jul - Sábado 6 jul 07.46h Abono 50€ / día 20€
Miércoles 10 jul 22.00h Desde 45€ + Ara Malikian
Viernes 12 jul 20.00h Desde 64€ + Ara Malikian
Domingo 14 jul 21.00h 36€ + Mulatu Astatke + Dj Pendejo (Pirineos Sur)
Lunes 15 jul 20.00h Desde 41,80€ + Muchachito (ALMA Festiva)

 

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