Tras su imagen excéntrica, Antony es un personaje tierno, una especie de osito de peluche suave al que abrazar con cariño, una persona culta y educada que esconde grandes enigmas en su interior. Su vida le ha llevado a vivir experiencias dulces, pero también tormentosas, y eso es algo que se refleja en sus canciones. "A pesar de que nací en Londres, me trasladé a la que pude a San Francisco, aunque lo que yo quería era acercarme hasta Nueva York. Quería travestirme y recorrer los bares y cabarets más decadentes de la ciudad, conocer lo que sucede cada noche en un lugar como ése. Traté con yonquis, borrachos y travestidos, con todo lo relacionado con el mundo sórdido y underground de la ciudad. Me quería sentir como Isabella Rosellini en ´Blue Velvet´". Aunque Antony no sólo actuó en los más arrabaleros clubes nocturnos, sino que también lo hizo en festivales de jazz y en museos hasta que David Tibet (Current 93) apreció sus cualidades y le fichó para su sello.
"Este disco es más íntimo e introspectivo, mucho más personal. Me he sincerado más en los textos y he dejado que el oyente se pueda identificar con lo que estoy cantando" |
A partir de ese momento, este crooner barroco aceleró la marcha. Colaboró en la película de Steve Buscemi "Animal Factory" (en la que hacía el papel de un convicto andrógino), en "Wild Side", de Sebastien Lifshitz (cantaba "I Fell In Love With A Dead Boy" e interpretaba a un transexual parisino) y en "Turning" (proyecto audiovisual dirigido por Charles Atlas, afamado director de clips), mientras que, en lo musical, debutó con un primer disco homónimo (que acaba de reeditar Secretly Canadian en todo el mundo), al que ha seguido "I´m A Bird Now", esperada segunda parte de su prometedor legado musical. "Este disco es más íntimo e introspectivo, mucho más personal. Me he sincerado más en los textos y he dejado que el oyente se pueda identificar con lo que estoy cantando, a pesar de que me gusta que mis letras se puedan interpretar libremente. He querido hacer un disco más sencillo, con menos arreglos y con el piano como principal protagonista". Este hombre con alma de mujer y que aparece tanto en publicaciones góticas como en el Vogue italiano, adora a Otis Redding, Jimmy Scott o Billie Holiday (considera "At Carnegie Hall" el primer documento punk de la historia), pero cuando realmente vibra es al hablar de Boy George, que, como Lou Reed, Devendra Banhart y Rufus Wainwright, participa en su nueva obra. "Para mí, es como un padre, un espejo en el que mirarme, una especie de Dios muy particular. Con él siento un instinto de protección ya que él, en un momento dado, también supo cuidar de mí". También trabaja junto a Cocorosie, con las que además de actuar en directo comparte ideas, quienes dijeron de él que sería tan legendario como Nina Simone. Aunque a Antony, lo que más le preocupa no es su popularidad, sino la afirmación de su identidad sexual. "Quiero abandonar esa imagen tan excéntrica que se tiene de mí, quiero parecer más normal. Ahora no le doy tantas vueltas a mi identidad sexual, sino que procuro aceptar mi condición, disfrutar de mi sexualidad y no padecerla. Quiero vivir con la libertad de movimientos que merece todo ser humano".
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