“Ya no trabajo las canciones para que lleguen al máximo de gente posible”
EntrevistasLeo Rizzi

“Ya no trabajo las canciones para que lleguen al máximo de gente posible”

Mara Gómez — 11-08-2024
Fotografía — Archivo

Si hay un artista que ha pasado por los auriculares de prácticamente todos los jóvenes del país, ese es Leo Rizzi. "Pájaro Azul" (WARNER, 24) llegará en septiembre, aunque varios singles ya nos han ido adelantando lo que esperar de este disco debut. Hablamos con él para que nos cuente los secretos de su universo indie pop.

Con una sonrisa que durará hasta el punto final y una ilusión que atraviesa cualquier pantalla, Leo Rizzi nos cuenta vía telemática que no hay ni un miligramo de nervios en su cuerpo, “solo un sentimiento de realización y felicidad” ante esta nueva etapa. Lleva cocinando este elepé desde hace más de dos años, cuando sus singles comenzaban a echar humo en redes – como “Amapolas”, con más de 200 millones de escuchas –, pero su mente ya andaba tramando “una obra con un concepto y una continuidad”. Fue entonces cuando se topó con el texto del Pájaro Azul de Rubén Darío y sintió un flechazo directo.

“Al principio me dejaba guiar mucho por las opiniones de los productores”

Rizzi explica que este animal es un símbolo de la necesidad de liberarnos de aquello que nos atormenta. La vida, expresa, “es aprender a conversar con él hasta que algún día sea libre”. Una tarea complicada y muchas veces incómoda, pero que es necesario trabajar cada día: “cada vez más me puedo sentar a hablar con él y salir ileso de esas conversaciones”, explica.

La composición ha tenido mucho de revolotear por los recovecos de su mente, pero ¿cómo suena la cabeza de uno? Ese ha sido, según Leo, el mayor reto. “La suerte que he tenido en este viaje ha sido conocer a muchos productores con los que poder encontrar ese sonido”. Compañeros como Chill Chicos, con quienes comparte la producción en “REVOLUCIÓN AZUL”, le han ayudado a conseguir lo más difícil: la confianza.

Para él, “hacer un disco es confiar”, y es ahora, cuatro años después de sus primeros singles, que por fin siente que ha tomado las riendas de su proyecto. “Al principio me dejaba guiar mucho por las opiniones de los productores, pero ahora puedo decir que en cada canción que he compuesto he puesto mi visión”. Admite que antes, envuelto en la dinámica de la inmediatez, solo pensaba en componer singles. “Ya no trabajo las canciones como si fueran sencillos para que lleguen al máximo de gente posible”. Como tocado por ese "Pájaro Azul", el elepé le ha dado la libertad de experimentar.

“Colaborar con Raphael fue un sueño febril”

Hablábamos antes de productores, pero ellos no son los únicos con los que ha compartido estudio. "Pájaro Azul" incluye colaboraciones con Paty Cantú, Gus, Clara Peya, DannyLux y Zahara. El tema con la de “Con Las Ganas” se titula “MOVIMIENTO NATURAL”. “Es una de mis favoritas del álbum”, reconoce. Trajo la letra escrita desde México y sintió que la andaluza sería el fichaje ideal para este manjar indie con trazas de hyperpop. Y es que si de algo puede presumir Leo Rizzi es de colaboraciones variopintas en su carrera. Desde Pablo Alborán hasta Recycled J, Rojuu, Danny Ocean e incluso Raphael. Sí, Raphael. “Fue una experiencia muy random, un sueño febril”, cuenta entre risas, “pero se aprende muchísimo de estas sesiones”. Aun así, siempre hay espacio para featurings soñados: Thom Yorke, Chris Martin o Billie Eilish rondan la cabeza del español-urugayo.

Nacido en España, pero crecido en Uruguay, Leo Rizzi termina ahora la carrera de Bellas Artes (cuenta que está a punto de entregar el TFG) entre Madrid y Valencia – de ahí la estética cuidadísima que sigue cada paso que da –. Ya desde los 13 años tocaba la guitarra y a los 16, alentado por su hermana, quien cantaba y participaba en algún que otro grupo, empezó a tomárselo más en serio y decidió “meterse en el estudio”. Desde entonces no hay quien le saque de ahí. “El motor siempre fue el mismo: disfrutar haciendo música; ya sea tocando la guitarra, el piano, produciendo…”.

El Leo de 16 años ya tenía esa pasión ciega, aunque quizá no se imaginaba el estrellato al que escalaría tan rápidamente. Y, aunque pudiera parecer que alguien tan joven podría sentir vértigo de un éxito apresurado, en el último de los 13 temas del elepé, “ZEPPELIN”, relata una versión muy diferente. “Amanecí sentado en un Zeppelin // Siento en mis pies cosquillas del éxtasis // … // Y si me sueltan juro que me pongo a volar”. Comenta que la relación con el éxito es complicada, pues de ese hilo depende su carrera, pero la clave está en “tenerlo muy claro y distanciarse de la percepción de ‘hay que posicionar un producto, pero ese producto eres tú”.

Un desafío complicado teniendo en cuenta que, si uno busca su nombre, internet responde con “El músico más viral de TikTok”. “Ese título no tiene mucho sentido ahora mismo. Me gustaría que se me conociera por lo que soy: artista, compositor, que aparecieran un par de canciones…”. Escaparse, como la criatura de su disco, de jaulas absurdas. Que sus creaciones “tengan un valor que se mantenga en el tiempo, no porque hoy esté de moda, sino porque realmente tenga un valor profundo en la sociedad”. Si no es esa fama, concluye, tampoco quiere otra.

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