¿Qué tal el concierto de ayer?
Fue muy bien, mejor de lo que me esperaba. Al final, soy una persona un poco neurótica [risas]. Pienso de más y tal… Pero no, fue muy bien. Vino más gente de la que pensaba. Fue muy bonito, porque ha sido la primera vez en la que he visto a la gente cantar las canciones. Y eso me emocionó un poco. En mi primer concierto solista, en Sevilla, fue todo un poco más distante. Era un festival y la gente no venía a verme a mí, pero ayer todo era muy acogedor. La gente venía al concierto de Leia Destruye y estuve muy a gusto.
"Siempre digo que viví algo muy guay en la época equivocada"
Teniendo en cuenta todo el tiempo que llevas tocando, ¿cómo ha sido el proceso hasta llegar a este disco en solitario?
La música es algo que me ha acompañado desde pequeña, ya con el grupo que tenía mi padre [Ramón Rodríguez, conocido por The New Raemon y Madee] o actuando con mi hermana [Mourn]. Pero nunca ha sido nada impuesto. Mi padre ha sido músico toda su vida y eso hizo que tuviéramos mucho contacto con discos que la gente de nuestro entorno no escuchaba. Al final, tenía que pasar, supongo… Hicimos Mourn, con mi hermana. Yo siempre he tocado el bajo y ella empezó con la batería, pero en Mourn se puso con la guitarra. Entonces, sucedió lo que sucedió con Mourn, que nos ficharon en Captured Tracks, que es el sello de Estados Unidos en el que estamos. A partir de ahí fue vivir una especie de realidad alternativa en la que íbamos de gira por el mundo cada fin de semana. Lo viví un poco con distancia, ya que al tener quince años no lo disfruté como hubiera sido normal. Siempre digo que viví algo muy guay en la época equivocada. Al final, estar un mes entero en Estados Unidos en julio era muy guay, y me encantó, pero en esa época también quería estar con mis amigos y amigas en el pueblo... Y todo el rollo. Con Mourn la cosa fue avanzando y al final empecé con Leia Destruye como algo para nada planteado. Sucedió de golpe porqué quise musicalizar los poemas de Marc [Menéndez], a quien admiro mucho. Un día, por hacer algo, me decidí a ponerle música a uno de sus escritos. A partir de ahí hice una maqueta supercutre grabada con estos mismos auriculares [risas]. Se la envié, literalmente, a cuatro personas y una de ellas era mi padre. Me dijo que le parecía precioso y que teníamos que hacer algo con eso. Yo desde hacía años quería hacer un proyecto con el bajo, así que fue la excusa perfecta para lanzarme a lo que sería Leia Destruye.
De hecho, esa canción está en el álbum...
Correcto, sí. Fue el primer single que saqué, “Camino de vuelta”. Me siento muy cercana a la poesía de Marc.
¿Cómo os conocisteis?
Pues nos conocimos estudiando interpretación, en un grado superior en 2018. Además tenemos una compañía de teatro. Congeniamos muy bien y empezamos a compartir nuestro arte entre nosotros. Pronto nos dimos cuenta de que funcionábamos muy parecido, en el sentido de que jugamos con la oscuridad y la belleza de una forma muy similar y complementaria. Vimos que trabajar juntos nos salía de forma muy natural.
¿Cómo te vas viendo en el mundo de la música? ¿Es tan difícil como parece?
Lo veo muy diferente. En Mourn, al ser tan pequeña, nunca he estado en la parte de gestión externa del grupo. Iba a los conciertos, grababa las canciones, componía… pero el tema de entrevistas, cerrar “promos” y bolos… ahí yo estaba en segundo plano. Ahora me ocupo de todo. Al principio cargaba con mucha responsabilidad encima, porque soy una persona muy perfeccionista, pero ahora estoy mejor y contenta de aprender muchísimo. Aunque todavía me queda mucho por aprender. Veo que detrás hay muchísimo más trabajo del que pensaba y eso me gusta. Supone más responsabilidad de la que tenía antes, porque me ocupo de todo. Si pasa cualquier cosa, la culpa es mía [risas].
¿Y cómo ha sido iniciar este proyecto con Subterfuge?
Con Mourn ya hemos trabajado con Subterfuge, así que ir con ellos fue lo más lógico. Tenía el proyecto y no sabía por donde tirarlo, así que confié en ellos y en Carlos, el director de Subterfuge, porque son unos currantes y currantas.
Lo que haces musicalmente te viene de familia. Comenzó tu padre con Madee y The New Raemon, después Germana con tu hermana y contigo, y la cosa siguió con Mourn. ¿Cómo ha influido todo el proceso en la música que haces en general y en este álbum en particular?
Es cierto que el rock que hago es parecido al de The New Raemon. Ha influido en mi música y en el álbum, pero no de una forma consciente. Desde muy pequeñita componía canciones chorras con el piano Yamaha de mi padre, y le dedicaba muchas horas cuando tenía unos nueve años. Todas las canciones y cositas que me salían eran ya muy melancólicas, viscerales y muy oscuras. Cuando empecé con Leia Destruye me di cuenta de que esta oscuridad ya venía conmigo desde pequeña. Siempre lo digo de coña pero, realmente, creo que es algo hereditario. Al final he escuchado mucho a mi padre y tal, pero él nunca ha sido una persona que nos impusiera su música o sus gustos. A veces nuestro rock tira hacia los ochenta, pero esos son puntos en común que tenemos a veces. Y lo veo muy bonito. Tengo a los míos muy presentes en todo lo que hago y eso se personifica en mi música también. A mí padre le admiro mucho porque es un gran currante, tiene un talento abismal y un extenso recorrido en el mundo de la música. Por eso, en el proyecto, las baterías y las guitarras son de mi padre. Eso es muy bonito. Al final este álbum ha acabado siendo una cosita muy familiar, con lo que siempre guardaré el recuerdo de haberlo hecho y grabado juntos. En mi primer álbum he estado muy bien acompañada. Hay una canción del disco en el que sale una pista de voz de cuando yo era pequeña, que me colé en una grabación suya y empecé a hablar por el micro. Él la guardó y, gracias a eso, la hemos incorporado en el álbum. Siendo sincera al final he hecho una gran fusión. El álbum es mío, pero tiene influencias de mi alrededor.
Y si vamos a lo musical, ¿cuáles serían tus referentes?
No te sabría decir muy bien… Yo vengo de esto, de lo que hemos hablado. Pero a la vez soy una persona que ha escuchado y escucha música muy diferente a la que compongo. Por eso, como te decía, creo que mi música es un poco hereditaria. Me salen cosas desde dentro que en la música que escucho no se ve reflejado. Escucho a Berri Txarrak por un tubo, que sonaban mucho más punk y más “dirty” que Leia Destruye, más Mourn, pero es que allí la que compone es Jazz. Disfruto más de la música cañera, pero la que yo hago es más ligera.
"La temática principal es el amor, pero al final creo que se habla mucho de la muerte. No están equiparados, pero ambas son importantes"
Eso sí, en el disco no hay ningún invitado externo. ¿Hay algún motivo concreto? ¿Con quién te gustaría colaborar?
La verdad es que no me lo había planteado. Es una cosa que he pensado bastante después, al hacer directos. Veo que me ha salido un álbum bastante cortito, pues dura unos treinta minutos, y para un directo, en un concierto, me queda muy corto. Al final he optado por añadir algunas covers. Cuando empecé a hacerlas pensé que sería muy guay haber tenido alguna colaboración. Estuve hablando con un miembro de la banda, nuestro bajista que se llama Víctor (que también está trabajando en su propio proyecto) para mirar de hacer algo juntos de cara al siguiente álbum. Soñando mucho, y de hecho en los conciertos estoy tocando música suya, me gustaría hacer una colaboración con McEnroe y creo que la vamos a hacer.
Desde tu punto de vista, ¿cuál es la temática de fondo del disco?
Qué difícil. Yo creo que la principal es el amor por encima de todo, tanto sus partes más bonitas como las más oscuras. No necesariamente es un amor romántico. También hay un trasfondo bastante duro… Sí, la temática principal es el amor, pero al final creo que se habla mucho de la muerte. No están equiparados, pero ambas son importantes.
Utilizas muchas metáforas con el agua, ya sea en “Madera mojada” o “El oleaje”. Incluso diría que hay bastante sonidos que, para mí, suenan como debajo del agua. ¿Tiene algún significado para ti?
Para mí, “casa” es el agua. Soy de un pueblecito del Maresme en la costa, cerca de Barcelona, llamado Cabrils. Toda mi adolescencia, etapa jodida, he estado en el tren. La vía desde allí hasta Barcelona está tocando al mar, casi va por encima. Y yo visualizo esta época. Es un álbum muy familiar, el mío, y esta es una traducción de esto.
De los singles elegidos, ¿cuál es tu favorito?
Otra pregunta difícil. Creo que es “Madera mojada”. Para mí, como ya te he ido diciendo, es una situación de autoexigencia extrema. Hay momentos en los que crees que no puedes hacerlo sola. Y pides ayuda, aunque realmente puedes salir de eso sin nadie. Pero te sientes tan insegura y vulnerable que pides ayuda.
¿Este es un tema que tocas en “Tan flojo”?
Sí. Validar mi trabajo y opiniones a través de los demás.
En este sentido, ¿cuál de las canciones crees que representa mejor lo que es este álbum?
Creo que es “Hormiguita”. Es una manera muy natural de la forma en la que trabajo. Lo he relacionado mucho con el símbolo del proyecto. De hecho, Paula, que me ha hecho el arte del proyecto, siempre me envía una hormiga. Me he personificado en esta figura.
Precisamente Paula [Bonet] te ha hecho la portada, que es una auténtica obra de arte. ¿Cómo surgió?
Trabajamos juntas para hacer las portadas de “Tan flojo”, “Madera mojada” y “Zarzas”. Ella hizo las fotografías. Me iba mandando propuestas para las portadas de los singles y, de golpe, un día me envió un retrato, muy simple, blanco sobre negro, inspirado en las fotos. Me dijo que, para un diseño de camisetas, totebags y tal estaría super guay. Cuando me envió la versión final, me quedé sorprendida. Una barbaridad de dos por dos que pintó en su estudio. Y no hubo dudas. Con Leia Destruye ha ido todo muy rodado. Vamos sobre la marcha.
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