Han pasado cuatro años desde Jauría (Nooirax Producciones, 2014). No ha sido un parón propiamente dicho porque habéis estado con los proyectos de Jardin De La Croix y con Sonnov (Caballo Perdedor y Hasta su separación). ¿Es Le Temps Du Loup como la parábola del hijo pródigo?
No sabemos si se nos daba por muertos y hemos vuelto a la vida, pero este tiempo sí que ha sido un camino de encuentros y de búsqueda. Ha sido un tiempo de “primeras veces”, en cierto modo. De sintonizarnos los tres con nuestra forma de tocar, de hacer temas, de entendernos, etc.
Supongo que el título de este Cardinal va referido al significado de “lo fundamental”. Como un giro en vosotros mismos hacia ciertos aspectos que, en la musicalidad, han virado hacia lo más contundente y orgánico del rock y metal instrumental.
El título se refiere más bien a la idea del camino y de una búsqueda de tu lugar, tu dirección y tu espacio. Por eso creemos que el símbolo, la metáfora de los puntos cardinales encaja a la perfección con lo que deseábamos transmitir con este trabajo.
Lo primero que llama la atención tras acercarnos al vinilazo de Carnidal es esa portada, que roza el surrealismo. A mí me recuerda a las pinturas de René Magritte (Los amantes encapuchados). ¿Hay algún sentido latente en este misterioso artwork?
Nos gusta mucho esa referencia que das. Pero, más que un enfoque surrealista, surgió en un proceso de juego con el concepto de lucha interna, de pelea por zafarse de un sudario que te oprime.... o para escapar de una muerte. Una muerte que pueda ser creativa, vital o de cualquier otro tipo. También hay una referencia al título, muy sutil quizá, en la textura “geográfica” que tiene el manto del personaje.
Como recordará Nacho, nos ocurre aquí lo mismo que la pasada entrevista con Jardín de la Croix, grupo en el que también ejerce de bajista. En aquella, nos pusimos un poco trascendentes con el asunto de los ritmos circadianos, entre otros. Resulta casi inevitable hacerlo. Llama la atención el aspecto conceptual en este tipo de música, cómo nacen los temas en vuestra mente y cómo dais significado final y coherencia interna a las composiciones. No hay más que ver los nueve títulos tan atractivos que nos habéis traído, y que parecen como “liberadores de tropos”. Como por ejemplo, el concepto de WeulerianoW (Eulerian), en honor al matemático alemán Leonhard Euler, famoso por el problema de los puentes de Königsberg. Me fascina que lo hayáis empleado, quizá inspirados en cierta sinestesia figurativa y en cómo se emplea la música y la geometría con fines creativos.
Tienes que ir a mirarte eso, Rubén… (risas). Es broma, vas muy encaminado, realmente. El problema que resolvió Euler representa muy bien la idea de que tienes que trazar un camino sin poder dar media vuelta. En cierto sentido, componer conlleva un poco ese estado mental, tienes que ir avanzando en la narración, y si quieres dar un paso atrás y retomar un riff o un pasaje anterior, debería tener un sentido diferente.
La verdad, no vemos que por ser una banda instrumental este aspecto de la composición se acentúe... Seguramente, las bandas con vocalista que no se ciñan a los patrones clásicos de intro-verso-precoro-estribillo-etc. y también tengan que recorrer el mismo proceso que nosotros. Pero el resultado siempre es un viaje muy estimulante.
Más en profundidad en el tracklist de este trabajo, encontramos numerosas referencias para la reflexión. Zilch: concepto anglosajón para expresar el cero. Agartha: con su elegante anticlimax, nos sugiere ese legendario reino ubicado bajo el desierto Gobi, probablemente iniciado por la célebre teósofa y ocultista rusa, Helena Blavatsky. La cultura india también lo asocia al Infierno. Karellen, que no sé si podrá ser una referencia al personaje de El fin de la infancia de Arthur C. Clarke. O su continuación Karellen II, aún más explosiva. Y por último, Plague Fort: ésta he tenido que googlearla y he encontrado un lugar muy extraño; una isla-fortaleza abandonada tras la I Guerra Mundial en Rusia, y que sirvió para la medicina experimental. ¿Son estas referencias acertadas?. Y sobre todo, ¿son una especie de ejercicio de liberación creativa?
¡Pleno! Todo aciertos. Muchos aspectos del proceso creativo que hemos vivido estos tres años están representados aquí. El comienzo: que es un vacío. El contacto con cosas nuevas. Las prisiones en las que tú mismo te metes… El descubrimiento…
Todos los títulos son ideas cercanas a nosotros (como el libro de Clarke); tienen un carácter muy memorable y nos ayudan a encajar estos conceptos en una imagen. Pero muchas veces, simplemente un título mola todo y quieres usarlo. Raining Blood, tío. Da igual de qué vaya el tema, el título lo peta.
"Euler representa muy bien la idea de que tienes que trazar un camino sin poder dar media vuelta. En cierto sentido, componer conlleva un poco ese estado mental"
Quizá la mayor sorpresa de este trabajo es su sonido tan “engordado”. Una buena grabación es fundamental, pero me imagino que aquí el mastering, por parte de Brad Boatright de Audiosiege (Portland) ha sido fundamental. Con trabajos a sus espaldas para Nails, Beastmilk, Noisem, Vallenfyre, Iron Reagan, Baptistas, High On Fire, Oathbreaker… ¿Cómo ha sido la experiencia y el proceso de grabación del disco?
El proceso de grabación ha sido buenísimo, pero con unos tiempos bastante ajustados. Si no nos falla la memoria, dedicamos siete días entre grabación y mezclas. Eso ha supuesto un gran esfuerzo no sólo para nosotros sino también para Carlos Santos e Irene Génova de Sadman Estudios.
Ambas partes teníamos claro lo que buscábamos y eso ayuda. Carlos sabe darle el rollo a cada grupo y creemos que con nosotros ha acertado. Sobre el mastering, la referencia más cercana que teníamos era de Böira. Aleix nos dio buenas referencias y Santos también había trabajado con ellos en otras ocasiones. Todo muy rodado, así que contentos con el resultado. Creemos que hay un salto respecto a lo anterior y eso es bueno.
Mario de Khmer, liante nato, os hizo el artwork del trabajo anterior, pero también puso voz a un tema vuestro: Por la mitad, pieza que abría, para mayor gloria, el triple CD recopilatorio de Nooirax 7 Infiernos, por su séptimo aniversario. ¿La voz en vuestras composiciones es algo que llegará en algún momento?
Es un poco la eterna pregunta que nos hacen siempre a los grupos instrumentales y aunque es comprensible porque la mayoría de la gente está acostumbrada a escuchar estilos con voz, para nosotros, sinceramente, es algo que ni descartamos ni nos planteamos. Por la mitad surgió de manera natural y si vuelve a darse será de la misma manera.
¿Creéis que este disco, o en general, esta música, es “difícil de escuchar”?
Pues depende de para quién, para un oyente de radio fórmula puede que sí. Pero sinceramente, si nos limitamos a bandas del estilo en el que se supone que nos enmarcamos, para nada. En nuestro caso tenemos un componente ambiental y denso pero abundan melodías y grooves que no tienen que ser difíciles de digerir para alguien que tenga un poco de curiosidad y el oído mínimamente acostumbrado a escuchar cosas poco generalistas.
"Introducir voz en nuestras canciones es algo que ni descartamos ni nos planteamos"
¿Se encuentra la banda con ganas para plantearse alguna actuación por Europa? Y en este sentido, ¿qué os ha animado a apostar por Aloud Music? Me consta además que la frontera idiomática no sería un gran problema.
Claro, siempre es bienvenido. Vamos poco a poco y a ver qué sucede. Procuramos no mirar más allá de donde nos alcance la vista, porque luego resultan más satisfactorias todas esas pequeñas “victorias” que vas consiguiendo.
Respecto a los sellos, haríamos la pregunta inversa ¿Qué ha animado a Aloud, Dunk, Pundonor y The Braves a apostar por nosotros? Por el feedback que hemos recibido, están encantados con la personalidad y la vibración que tiene el disco.
Por suerte, en la música instrumental el lenguaje no es problema. Un reflejo es la buena aceptación que está teniendo el disco en Francia, Holanda, Austria, Bélgica y otros sitios a donde están llegando copias de Cardinal y también, a raíz del lanzamiento, están saliendo fuera las últimas copias de Jauría. Nos parece una muestra de esa idea del lenguaje universal de la música, aunque sea un poco manido.
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