¿Cómo ha sido la confección de vuestro último disco con respecto a los anteriores?
(Jaime) Sin mucha diferencia con respecto a los anteriores. A la hora de hacer las canciones no sabíamos que sería el último disco de estudio, así que esto no influyó.
(Edu) En este ha habido gran variedad, de metal a pop y hasta algunas líneas de jazz, con presencia de riffs y ritmos muy marcados. Casi en todos los discos ha habido este collage, pero tal vez en este es más marcado.
“Ya lo decía la letra de “Underground” de nuestro primer disco: “Solo cuando hayamos muerto, seremos comprendidos”.
Da la impresión de que habéis perfeccionado tanto vuestra fórmula que podríais seguir a funcionando a granel durante muchos años más.
(Jaime) La verdad es que no sé si tenemos una fórmula más allá de lo que nos representa como grupo, desde fuera igual se ve de una manera, pero desde dentro no creo que sea algo consciente.
(Edu) El “estilo” se ha ido aderezando con diversos experimentos a través de nuestra historia, y de alguna manera hemos visto lo que nos funcionaba y lo que no, para saber hasta dónde llegar sin dejar de sonar a nosotros.
Creo que uno de vuestros grandes valores es maridar mundos aparentemente contrapuestos, como los de Black Sabbath y The Go-Betweens, y salir con un sonido bipolar que suena natural, no como algo forzado o de laboratorio. ¿Cómo surge esta comunión de extremos en vuestra música?
(Jaime) Siempre hemos descartado todo lo que nos suene forzado y casi siempre hemos intentado mezclar sin miedo.
(Edu) Y también se debe a los gustos diversos que tenemos, incluso dentro de cada uno de nosotros, así que salen mezclas de cosas supuestamente opuestas pero que nos agradan.
Más que nunca, vuestras canciones están trufadas de un fuerte poso tragicómico. ¿De dónde proviene este gusto por la tragicomedia?
(Jaime) De la vida.
(Edu) Es una visión cotidiana de las cosas, alegrías y penas. Como una gran película.
Una vez más, ofrecéis un fresco urgente de himnos generacionales, ¿o deberíamos decir anti-generacionales?
(Jaime) O anti-himnos, no sé realmente qué es un himno generacional.
(Edu) O himnos personales. No sé si serán himnos, lo que sí suelen ser son canciones directas que no se andan por las ramas.
“Toni Bravo” y “Siesta mayor” fueron discos preñados de una fuerte desilusión. Sin embargo, en “Alucinaje” habéis diluido este sentimiento en un enfado casi vitalista.
(Jaime) Por mi parte podría decir que estoy más desilusionado que enfadado, aunque es cierto que la desilusión viene de un enfado previo, como cuando tomo el metro por las mañanas. Me enfado con la gente por ser tan egoísta y luego ese enfado se transforma en desilusión.
(Edu) Esos dos discos creo que fueron bastante pop, pero sí es cierto que tenían letras tristes. “100% Maximum Heavy Pop” fue un disco mas rabioso, recuperó un poco el espíritu de “Groarrr!”. Pero hubo un cambio de sentido en “Latidos Cósmicos”, porque en las letras tuve la intención de hablar de cosas positivas y alejarme de la negatividad, que ya me tenía cansado. En este último creo que ha continuado este nuevo estado, pero ya casi viéndolo desde fuera, como el extraterrestre que ve como funciona el mundo pero que ya no está metido en él. Se ha elevado.
¿Cuáles son los ingredientes para la confección ideal del heavy pop?
(Jaime) Un buen riff, mucha energía y una melodía pop o Edu, Toni y yo (risas).
A lo largo de los años, habéis sido el grupo estandarte de El Genio Equivocado,. ¿Qué importancia han tenido Rafa y Joan en vuestra trayectoria?
(Jaime) Sin su aporte no podríamos haber hecho siete discos en siete años, sin contar el directo, que no lo hemos hecho aún, y los dos primeros.
(Edu) No se entiende la historia de Las Ruinas sin ellos. Nos hicieron conocidos, nos sacaron todos los discos que quisimos y, sobre todo, nos aguantaron.
A mi entender, lo teníais todo para haber llegado a ser un grupo con más proyección nacional de la cosechada finalmente...
(Jaime) Yo estoy y estaré muy agradecido con todo lo que he podido hacer junto a Toni y Edu. Hemos ido a un montón de sitios, hemos grabado un montón de canciones, hemos conocido a un montón de gente. Todo muy inconsciente. Nunca esperé todo lo que Las Ruinas me dio y nunca exigí que me diera más.
(Edu) Cuando empezamos yo solo quería tocar y grabar algún disco, porque eso es lo que había hecho con bandas anteriores y ya me parecía genial. Cuando nos fichó El Genio Equivocado, era mi primera experiencia con un sello, y fue genial. Con ellos pudimos crecer muchísimo, tocar en festivales, salir en revistas y grabar cada año. Nunca dejamos de hacer canciones y algunas les gustaban bastante a la gente; nos hicimos conocidos en el circuito independiente. Hubo un momento después de “Toni Bravo” y “Siesta Mayor” en que realmente pensé que todo este crecimiento nos podía llevar al siguiente nivel, pero no fue así. Tal vez mis expectativas en ese momento fueron altas o es que simplemente no éramos un grupo para las masas. Los siguientes discos mantuvieron nuestro nombre, pero el crecimiento ya fue poco.
¿En qué estado se encuentra la escena underground barcelonesa. ¿No creéis que resulta un obstáculo para los grupos la endogamia del público que los rodea en dicha escena?
(Jaime) Siempre ha gozado de buena salud, al menos desde que vivo en Barcelona. No creo que haya endogamia, quizá fragmentación. Dentro de la escena hay varias escenas y cada una tiene su público, tampoco creo que esto sea un obstáculo. Las canciones son las que tiene la capacidad de ir mas allá y unir en un lugar a un montón de gente de diferentes escenas.
Sorprende mucho que, a tenor de la progresión ascendente de vuestros discos, sea ahora cuando decís adiós. ¿Por qué el final ahora?
(Jaime) Cito a el rey de la impuntualidad: “todo tiene su final”, supongo que para terminar algo no hay un tiempo justo.
(Edu) Creo que era el momento adecuado, para no caer en la rutina o en la inercia hay que mantener viva la llama en los corazones.
Por otro lado, creo que tenéis pensado un décimo disco que será en directo. ¿Esta idea viene a cuento de cumplir vuestra promesa de dejarlo al llegar a la decena de álbumes o a otras razones?
(Jaime) De las ideas que hablamos para el décimo esta fue la que más nos gustó, mucho mejor que un Greatest Hits, o no.
(Edu) Dicho y hecho, serán diez discos al final. Se cierra el círculo con una celebración del heavy pop.
¿Hay vida después de Las Ruinas?
(Jaime) Por supuesto. Hacer canciones es una necesidad.
(Edu) Sí, la música y las ideas no paran.
¿Sois conscientes de que, en cualquier momento de los próximos años, vuestra obra podría ser reevaluada por nuevas generaciones, hasta el punto de traspasar el culto hacia cierto grado de nostalgia masiva (masiva a nivel indie, claro)?
(Jaime) Siempre dije, en broma, que nuestra generación no había nacido aún.
(Edu) Ya lo decía la letra de “Underground” de nuestro primer disco: “Solo cuando hayamos muerto, seremos comprendidos. Solo cuando hayamos vuelto, seremos recibidos”. Parecía que estaba ya todo escrito de antemano.
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