Si Tucson o Tijuana nos sugieren esa música fronteriza que abanderó Calexico y después abrazaron Amparo Sánchez o Depedro en nuestro país, este dúo extremeño reivindica ese sonido pero en una concepción ibérica cuyo epicentro se sitúa en la localidad pacense de Olivenza. De esta villa, que un tiempo fue portuguesa y otro española toman Cira Fernández (Badajoz) y Raúl Marques (Oporto) el nombre para un proyecto que cruza a un lado y a otro de la marca alentejana para cambiar el sonido a válvulas de su referente americano por esa tímbrica exuberante de la guitarra portuguesa. “El concepto del disco es muy acústico, ha sido una opción. Aun así, hemos grabado guitarras eléctricas, algunas al estilo surf y hemos recurrido a menudo a la guitarra eléctrica con slide, sobre todo para crear atmósferas. De todas formas, es verdad que las guitarras acústica y portuguesa juegan un papel más protagonista, también por ello el resultado nos parece más original”.
Sobre este mantel de encaje que ha tejido Raúl Marqués se disponen doce cortes impulsados por el deseo anímico de exteriorizar reflexiones. “Las letras van cargadas de símbolos y metáforas. Sinestesia a tope. En realidad es una necesidad de comunicar que tenemos los autores y compositores, a veces incluso comparable a las funciones más básicas del ser humano”.
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