La que conceden a Mondo Sonoro es la última entrevista tras cinco intensos días de promoción, que –según Adela Peraíta (voz)- han intentado llevar con “resignación y buen rollo”. Un hueco en la tarde de un viernes en el que horas después Oasis fracasarían a su paso por Madrid. A la mañana siguiente, Adela y sus compañeros en Sunflowers (Angelo Borrás –guitarra y teclados-, Chicho Andreu –guitarra-, Rafael Rigo –bajo- y Manel Capilla –batería-) cogerán un avión que les ponga de nuevo en su Mallorca natal; vuelven con un disco –“Homework”- recién salido de talleres. Autoproducido, como su debut “Inside Out”, y ello porque “la verdad es que no hay un productor que realmente hubiera cambiado nuestro trabajo. Tenemos una idea bastante clara de cómo tienen que ser las canciones dentro de nuestras posibilidades. Lo que sí que nos gustaría es pasar a alguien las pistas de grabación, y ver lo que hubiera hecho con ello; ponerle a prueba, y a lo mejor en el siguiente... Si hay un siguiente”. Y Angelo termina la frase de manera casi imperceptible, bajando el tono de voz, como si no estuviera muy seguro de lo que había dicho, como si ese condicional fuese fruto del inconsciente. Por si acaso, Adela completa a su compañero. “Hombre, habrá un siguiente seguro, pero a lo mejor nos lo tenemos que pagar nosotros y llega a menos gente”. “Sabemos que estamos en un punto en el que si no hay unos resultados, pues ya sabes como es la industria, te mandan a la mierda” (Angelo). Ahora sí, alto y claro; sinceridad que se agradece en un mundo muchas veces dominado por la doble moral, y más si consideramos que el promocionero de Chrysalis está apenas a tres metros de nosotros, una mesa más allá. Y eso que “Inside Out” obtuvo ciertos resultados, sobre todo tratándose del debut de un grupo que insistía en cantar en inglés, a pesar de las repetidas insinuaciones –y más que eso- de que haciéndolo en español llegarían a más público. “Es que es un tema casi de incultura; si tocáramos flamenco, todavía podrían decirnos algo, pero mira que haciendo pop-rock... Björk canta en inglés y es islandesa, y nadie se plantea si es o no su idioma. En España todavía somos un poco cerrados para eso” (Manel). “De todas formas, ‘Inside Out’ funcionó bien en un sentido bastante reducido: a nivel de ventas, y por una sola canción... La gente nos conoce por el “Happy Birthday” y nada más; es un lastre para nosotros, e incluso pensamos que ese disco está tremendamente desaprovechado. Hoy mismo un tío nos ha dicho que éramos un grupo de una canción, y eso es bastante duro” (Adela).
Ahora “Love?” es el primer single y, por lo pronto, es una canción bastante distinta a “Happy Birthday”. “Es un tema sin estribillo. Y hay una diferencia esencial. “Love?” no se puede cantar, que es lo que pasaba con “Happy Birthday”, que en los conciertos nos la piden de cualquier manera: “when the rain”, “Gwendoline”, “Indurain”... Aquella canción se nos escapó un poco de las manos” (Angelo). Bueno, es lo mismo que pasa –y es un simple ejemplo ilustrativo- cuando en las actuaciones de Rage Against The Machine en nuestro país, una panda de quinceañeros –el mismo público potencial de Sunflowers, no nos engañemos- pide el “Killing In The Name” al grito de “¡que me chupes la polla!”. “Además –continua Angelo- es una canción que nos gusta, pero nos duele que haya eclipsado a otras que son más representativas de lo que hacemos”. Sin duda, “Sunflowers” o “Fly Away” se ajustan más a lo que es “Inside Out”, y también a “Homework”. De hecho han repescado tres canciones de la época de su primer disco. “Desechadas”, según Adela, pero como el término no parece demasiado adecuado para la promoción, Angelo matiza: “No es que fuesen peores o mejores, sino que entonces no entraban, y ahora las hemos rehecho”. Los mismos esquemas, pero mejorados. Aunque también en “Homework” encontramos carnaza para radiofórmulas en “Givin’ Emotions” y sobre todo en “Vamp”, con ese trilladísimo estribillo. Y algunos que abren nuevas vías, como “That’s For You”, la canción que cierra el álbum, y en “la que sólo hay una guitarra acústica y todo lo demás son cuerdas” (Adela). Sí, continúan los arreglos de cuerda como una parte importante en las composiciones del grupo (también en el single “Love?”). “Buscamos ubicar la canción, meterla en un sitio concreto, y a partir de ahí ver lo que necesita” (Angelo). “De todas maneras, aquí hemos pensado más en el directo; hemos utilizado el mínimo de recursos ajenos a nosotros con el fin de poder traducir bien las canciones sobre el escenario” (Manel). Y harán bien, porque muchos de sus temas se venían abajo en la tarima, al menos en las dos ocasiones que les he visto en directo, incluyendo su actuación en Madrid con motivo de la gira organizada por esta casa el pasado año.Por el momento, cogen carretera y manta (es un decir), y se marchan inmediatamente (cuatro días después de este encuentro) a Estados Unidos. “Es una gira que se hubiera hecho igual sin este disco. Tenía que haber sido en febrero, pero entonces estábamos grabando, y se ha ido aplazando hasta ahora. Vamos a hacer un total de diecinueve conciertos en un mes y medio, empezando en Los Angeles y terminando en la Costa Este” (Adela). “El ‘Inside Out’ ya se ha estado moviendo un poco a nivel editorial, se trata de que la gente nos conozca un poco; porque si nos presentamos en Los Angeles de buenas a primeras no viene a vernos nadie. La intención es que por lo menos aparezca gente de discográficas, con el fin de que el disco se pueda licenciar allí” (Angelo). Aventura americana sin mayores pretensiones (vanas, por otra parte) de conquistar el nuevo continente. Y a la vuelta, a ver que pasa con un “Homework” que ya suscita variopintas comparaciones al margen de las más razonables de Cardigans (un poquito menos) y Catatonia (un poquito más). “Bueno, es que nos han hecho tantas comparaciones... Que si Björk, Cranberries, Pretenders. Yo creo que sería más fácil buscar un concepto global y no quedarse sólo en la voz de Adela. No sé, estamos más cerca de los Beatles, salvando las distancias” (Angelo). Por cierto que en la letra de “Givin’ Emotions” hay una mención expresa al “Fool On The Hill” de los de Liverpool, igual que “Sunflowers” empezaba con un mellotron (para ser más exactos un sintetizador que imitaba su sonido) calcado al de “Strawberry Fields Forever”. “Además -sigue Angelo-, si Adela se parece a alguien en el timbre de voz es a Eddie Brickell y a la cantante de los Sundays, pero nada más”. Y si una canción les bastó para salir del anonimato, ahora en “Homework” hay más motivos (más canciones) que les permitan mantenerse fuera de esa situación de la que nunca consiguieron salir tantos y tantos grupos de la independencia balear: Henteligens, The Frankebooties, Honey Langstrumpf, etc. También Manel Padilla -el de mayor pasado musical del grupo- vivió de cerca esos momentos con Furnish Time, Nasti, El Primer Tercio (aunque estos llegaron a figurar en el catálogo de Dro a finales de los ochenta) o Wonkhaï Palma (“un grupo africano con el que sacamos un disco con Radio Nacional de España; fue realmente divertido”). “Tampoco ahora somos tan reconocidos. En Mallorca el circu
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