Las calles de San Francisco
EntrevistasWooden Shjips

Las calles de San Francisco

Cristina V. Miranda — 23-12-2010
Fotografía — Archivo

Acaban de dejar su huella sonora en los escenarios de nuestro país, demostrando que su neo-psicodelia va más allá de ser un bucle casi ‘ad infinitum, un convincente sonido caleidoscópico.

Bautizados a partir de una sutil vuelta de tuerca a un tema de Jefferson Airplane, Wooden Shjips afirmaban, con su primer disco, sentirse como una banda de no músicos haciendo música. En “Vol. 2”, las influencias siguen siendo las mismas, como las constantes y, suponemos que cansinas, alusiones a The Velvet Underground y Spacemen 3 cada vez que se habla de ellos. “Nos sorprende que siempre aparezcan referencias a la psicodelia cuando se habla de nosotros. A mí personalmente me interesa toda la música de ese estilo que se lleva haciendo desde los sesenta, pero si vamos a hablar de influencias nosotros lo estamos, tanto o más, por la electrónica o el pop”. Puede que su relación con este género se entienda mejor si tenemos en cuenta que su hogar se encuentra en San Francisco, una ciudad “de la que nos alimentamos a la hora de concebir nuestra música. Es una de las ciudades más caras de Estados Unidos y no es fácil vivir allí, pero es ese sentimiento de comunidad tan fuerte que existe el que hace que puedan suceder cosas realmente excitantes, tanto el la música como en otros ámbitos”. En su caso, podría decirse que lo que hacen es garage rock, desde una mentalidad minimalista que aplican a todas las áreas del grupo y con un mensaje que no ha cambiado desde que compusieron su primera canción: “hacemos música para bailar”. Así, “Vol. 2” es una recopilación de pistas, singles y temas en directo que ya habían sido lanzados anteriormente de forma desordenada. Una colección que mantiene la filosofía de la banda: distorsión, audacia, exigencia y menos improvisación de lo que cabría suponer. “Llegamos al estudio con las ideas muy claras respecto a la estructura de la canción. Tener la base muy controlada nos permite esa capacidad de improvisación en directo, que es donde realmente nos dejamos llevar”.

Un comentario
  1. These pieces really set a standard in the inrdytus.

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