La vida y nada más

Para unos, después de “Nixon” (Merge, 2000), un disco lleno de detalles y melodías soul cargado de arreglos e instrumentación, la llegada de “Is A Woman” (Merge/Virgin, 2002) es una sorpresa, al dotar de gran importancia a una voz y un piano, concediéndole al resto de la instrumentación un papel más secundario, mientras que para otros es la previsible respuesta de un grupo que firmó una obra cumbre, y que busca asentarse con una obra madura en su concepto, pero no tan grandiosa en sus logros.

Probablemente “Is A Woman” tenga un poco de ambas cosas: se trata de una sorpresa relativa, pero sorpresa sobre todo por el nivel de las composiciones entregadas en ésta última entrega. Y desde luego hay muchas circunstancias que ayudan a su comprensión, no simplemente el capricho de un compositor, Kurt Wagner. “Hace un par de años deje mi trabajo puliendo suelos para dedicarme enteramente a la música y escribir mejores canciones. Ese ha sido un factor para mí importantísimo: he podido caminar mejor, respirar mejor y en general sentirme mejor. Por supuesto esto ha supuesto poder dedicarle más tiempo a Lambchop, poder levantarme por las mañanas y trabajar tranquilamente en las canciones del nuevo disco”. Puede que la consecuencia principal de este cambio de vida, más centrado en una tranquilidad existencial, se haya visto reflejada en las composiciones, y en la posibilidad de poder afrontar un nuevo proyecto con más garantías.

“Estoy más enfocado hacia sentimientos negativos, pero nunca sé por qué escribo acerca de algo”

“Hace tiempo que tenía la idea de hacer un disco que comenzase y acabase con un piano, desarrollando una sensación que se mantuviese a lo largo de todo el disco. Me sentaba en una terraza, debajo de un árbol, destilando información y sensaciones que más tarde se convertirían en canciones”. Las que, finalmente, han dado lugar al nuevo disco, decididamente más pausado y minimalista que el anterior, arropado en cálidas imágenes y tempos pausados. Pero llevar a cabo ese propósito no es nada fácil, y para ello han sido elementales una serie de factores, uno de ellos el “control” de la instrumentación del disco. “Ha sido algo fundamental. Asumimos lo que queríamos que fuese el disco y poco a poco descubrimos gracias a ello nuevos caminos, nuevas posibilidades, íbamos viendo a dónde nos iban llevando los arreglos que concebíamos. Esto ha sido una parte importante del crecimiento del grupo”. Y, por supuesto, la increíble colaboración de Tony Crow, al piano. “Su labor ha sido realmente importante. Es otra de las cosas que tenía en mente: nunca he sido capaz de tocar bien el piano y cantar a la vez, pero quería que las canciones se basasen en el sonido de un piano, y entonces encontré a Tony, y me di cuenta que enseguida captó lo que estaba tratando hacer”. De todas maneras, a pesar de que las formas sean diferentes, reemplazando el piano por una steel-guitar, las sensaciones y sentimientos transmitidos por este disco, con tempos lentos y ritmos pausados, son muy similares a los ya desarrollados en sus discos de mediados de los noventa. “En el momento en que escribí las nuevas canciones lo cierto es que no pensaba en recrear las emociones de discos y canciones antiguas, pero ahora me paro y pienso y me doy cuenta que me evocan sensaciones muy similares a la de discos como ´How I Quit Smoking´ (Merge, 1995) y toda esa época. Estoy más enfocado hacia sentimientos más negativos, el porqué, no lo sé, nunca sé porque estoy escribiendo acerca de algo”. Según él mismo apunta, “Is A Woman” trata de historias personales, como el intento de suicidio de un amigo, la muerte de personas cercanas... Pero, a pesar de que este tipo de canciones más lentas, menos arregladas, no son nuevas en el repertorio de Lambchop, ¿por qué esa vuelta atrás, después de haber firmado “Nixon”? “Con ´Is A Woman´ tratamos de madurar bastante y, en este caso, el paso que dimos para avanzar fue más obvio que con ´Nixon´: hacer un disco tranquilo, y tener la confianza suficiente para dar un giro de ese calibre”.

La única obviedad cometida esconde detrás una trampa, la verdadera capacidad para llevar a cabo un cambio semejante. Pero, puede que de una manera prematura para los que desde fuera observan, el resultado no ha sido un experimento, una transición, sino un disco excepcional que alcanza probablemente algo que muchos músicos siempre han deseado y nunca han conseguido: crear esas melodías que anidan en la memoria y no la abandonan más. “Cuando estás escribiendo una canción no sabes si aguantará los años y sobrepasará la barrera del tiempo, pero era ese tipo de sonido el que buscábamos, esas canciones totalmente atemporales, probablemente muy cerca del sonido de los años sesenta”. Por ello mismo, “Is A Woman” habla sobre la vida misma, sus contrastes, sus miserias... “Creo que ese es el tema principal de ´Is A Woman´. La mujer puede ser una metáfora interesante a la hora de hablar de la vida, pero en un sentido más amplio estamos hablando de la vida en sí mismo”. El álbum acaba con la frase “Más de lo que es/nada más de lo que es”, congelando la piel del más incrédulo y culminando una obra prácticamente irrepetible, tras la que, bajo ese vestido minimalista, hemos visto desfilar folk, pop, soul, reggae... “Existe ese contraste dentro del albúm, pero creo que es lo que hace interesante al disco en sí y a cada una de las canciones en particular. Es complicado estar escuchando un disco que se repita en las formas, porque distrae fácilmente al oyente, o lo que sea... Era arriesgado pero para mí era importante marcarme una idea que seguir”. La confirmación de la versatilidad y de la capacidad compositiva de un talento que alcanza la madurez musical y quizás personal no debe estar muy lejos, tras hacer un disco así.