Agenda
Fecha | Ciudad | Recinto | Hora | Precio |
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viernes 20/09/19 | Barcelona | Bikini | 21:00 | 28,20€ |
sábado 21/09/19 | Madrid | Cool Stage | 21:00 | 28,20€ |
¿Mariana o Lali?
Lali, por favor. ¡Ni mis padres me llaman Mariana!
Te pillamos actualmente en Miami. ¿La ciudad se ha convertido en tu centro de operaciones?
Centro de operaciones es una buena definición porque desde Argentina todo queda un poco lejos y Miami es el lugar en el que ya estoy preparando el que será mi cuarto disco. Las reuniones, las sesiones de estudio y demás pasan aquí, aunque no puedes imaginarte lo que extraño el asado de mi viejo…
Tu último largo, “Brava”, ya ha cumplido un año. ¿Consideras ese un punto de inflexión en tu carrera o en realidad lo fue “Soy” en 2016?
A medida que un artista va creciendo, desde mi perspectiva, se plantean dos preguntas: ¿Cuál es el disco más representativo de cómo soy en realidad y cuál me aporta un mayor público? Ambos álbumes me han dado esas mismas cosas por separado. “Soy” lo llevo literalmente tatuado porque entendí gracias a él qué era componer y me enseñó mucho tanto de producción como de sentimiento, mientras que en “Brava” me animé a colaborar con otros artistas, probé nuevos sonidos y allanó el camino de donde estoy ahora mismo.
¿España está en tu punto de mira? ¿Es un mercado complicado para ti?
Por supuesto. Está en el punto de mira porque es una gran plataforma musical y actoral. En los últimos años se han hecho grandes series y es básico para cualquier artista latina que quiere crecer. Creo que en realidad aún no os he dado todo lo que tengo para que me abracéis. Es más un problema mío porque el público español siempre me ha acompañado desde “A bailar”, mi primer y humilde disco. El hecho de poder actuar ahora en dos ciudades, Madrid y Barcelona, es un gran paso para mí. Con los proyectos correctos espero meterme aún más en las casas y los oídos del público español.
Desde muy pequeña no has parado de trabajar. Sin ir más lejos, empezaste participando en telenovelas infantiles como “Rincón de Luz” o “Floricienta”.
¡Y no tengo problemas psicológicos!
Hay que saber rodearse de las personas idóneas.
Más que la fama a una edad tan pequeña, lo que te confunde en mayor medida es el concepto de amistad, quién está a tu lado de verdad. Por ello es tan y tan importante la familia.
¿El secreto es la disciplina?
Sin duda, el trabajo constante, el no quedarte con un único logro. Siempre he tenido esa ambición sana de representar a mi país allá donde voy; ser quien abra la puerta a un montón de mujeres talentosas de Argentina que, quizás por nuestra tonalidad o nuestra forma de hablar, no conseguimos hacer ese crossover. Por suerte ahora hay más artistas rondando por ahí, pero cuando empecé no había una artista joven pop que cruzara fronteras. No es fácil crecer en la industria musical. No queda otra que la disciplina y el trabajo para seguir adelante, así como intentar evolucionar en el sonido y la estética para que el público te siga acompañando.
¿Quiénes son aquellos que hacen que Lali mantenga siempre los pies en el suelo?
Como dirían ustedes tengo una familia muy guay que siempre ha sido mi muro de contención. La gente puede ver solamente sonrisas, pero esta industria no es nada fácil. El abrazo de mi mamá, tomarme un mate con mi hermano o charlar con una amiga son situaciones que, incluso sin necesidad de hablar, ya te ayudan. ¡Y hablando ya ni te cuento! Mi trabajo es mi trabajo, nada más. La familia y los amigos de verdad son los que me sostienen.
¿Con qué nos vamos a encontrar en el #BravaTour que está a punto de pasar por Barcelona y Madrid?
Conceptualmente es un espectáculo en el que hemos trabajado en mashups divididos en bloques: hay uno electrónico, otro de baladas, uno muy pop con los toques funk de mis inicios, otro más sensual y latino… Las coreografías y mi banda tienen un gran protagonismo, y también hemos dedicado mucho tiempo de trabajo a los visuales. Los argentinos somos una mezcla de influencias españolas, italianas y francesas. Siempre nos defino como unos bichos raros porque somos latinos, pero también tenemos unas raíces europeas muy marcadas. Todo ello está en el show que veréis. Es igual de divertido que dinámico.
Desde fuera parece que Argentina está cambiando a mejor. Aunque el Senado rechazó hace unos meses el aborto libre, sí es cierto que cada vez son más poderosas las voces a favor de la comunidad LGTBI y en contra de la violencia machista.
Estoy orgullosa de formar parte de ese grupo de artistas que, desde la exposición y trabajando duro, está intentando cambiar cosas tan arraigadas desde el minuto cero. La sociedad nació de forma machista, así que es una problemática que requiere mucho tiempo para cambiar. Cuando se anuló la ley del aborto me mostré positiva porque esos políticos retrógrados que nos mal representan no simbolizan para nada lo que es realmente la sociedad argentina. Si nos enojamos perdemos, así que hay que ser positivo. Pasó una cosa muy fuerte en el momento en que las mujeres se animaron a denunciar más los casos de abusos y violencia machista: según las estadísticas, los datos de femicidios aumentaron. Eso es horroroso, pero si lo analizamos existe un gran miedo de empezar a destapar lo que realmente pasa en la calle y, en este caso, a las mujeres. Aunque nos intenten asustar nadie puede hacernos callar ya. Muchas fans jóvenes me escriben y, por ello, tengo la responsabilidad de no decir boludeces al respecto. Con trabajo y responsabilidad se derriban barreras.
Tirando de hemeroteca me encontré con una entrevista en la que afirmabas que no fue hasta hace cinco años aproximadamente que empezaste a entender el movimiento feminista. ¿Qué te hizo abrir los ojos?
Antes era una adolescente ignorante acerca de esas cuestiones. Por suerte, en mi casa siempre he tenido voz y voto. No obstante, al estar tan centrada en el trabajo desconocía lo que les ocurría a otras mujeres en la calle, en las oficinas, en todos lados. Pasó que crecí, entendí bien lo que era el feminismo y empecé a saber realmente lo que le pasa a la gente. El mundo no era lo que yo creía. Escuché a las más experimentadas, a mujeres súper fuertes que me contaron qué es realmente el feminismo. Anteriormente era una ignorante total del concepto y la vida porque vivía en una burbuja.
Echando la vista atrás, ¿qué consejo le darías a tú yo aún más joven?
Más que un consejo, porque siempre los he seguido desde pequeña, a esa niña le diría que confíe en sí misma. Me crié en un barrio del sur de Buenos Aires y mis padres sólo podían darnos a mí y mis hermanos su amor y su esfuerzo. Eso es lo que he mamado. Cuando empecé a tener éxito a los doce o trece años ayudaba económicamente a mis padres. Todo eso me hizo saber que nada es imposible. Las redes sociales y todos esos espejos de cuerpos perfectos que en realidad no lo son confunden a la gente joven. La vida es otra cosa. Hay que confiar en la capacidad de cada uno, lo cual no tiene nada que ver con el dinero que tengas o tu aspecto. Me aferro al arte y la sensibilidad porque quien trabaja duro tiene un lugar en el show business. El mundo parece rudo, y de hecho lo es, pero hay que seguir los sueños.
“Brava” está plagado de colaboraciones, y aparte también has hecho lo propio con Thalía en “Lindo pero bruto” y compartiste plano con J Balvin en “Para que te quedes” de David Guetta. ¿Con qué otros artistas te encantaría trabajar?
Hay muchísima gente y sonidos actuales que me gustarían explorar. Haber cantado con una pionera del pop latino como Thalía fue increíble. Alejandro Sanz, Jennifer López, Shakira, Ricky Martin… todos ellos son y siempre serán estandartes de la música latina con los que me volvería loca hacer algo algún día. Después está el universo Maluma y una generación de mujeres como Becky G o Karol G que van a por todas y les está yendo muy bien.
¿La eclosión de la música latina será perpetua?
Se volvió una cultura, una parte esencial para entender esta era. Cuando el reggaetón empezó decían que “Gasolina” de Daddy Yankee era una moda, y desde entonces han pasado quince años. El reggaetón ha evolucionado y encontrado otros espacios. Lo que era el hip hop de la calle pasó a ser el reggaetón; el reggaetón hoy es el pop latino y el trap, pese a comenzar de una manera ruda, ya habla hasta de amor. Hay tantas estrellas representativas de Latinoamérica por el mundo que eso no se va a irse. Una vez se instala simplemente crece y evoluciona.
¿Echas de menos el cine y la televisión?
Lo extraño, sí. Mi último papel fue en “Acusada”, una película que funcionó muy bien en Argentina y hasta formó parte de la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Venecia en 2018. Tengo ganas de volver a actuar. De hecho, hace tiempo que me están llegando guiones y hasta un par de propuestas españolas. Para la próxima entrevista te cuento.
¿Cuál sería la guinda del pastel para Lali?
Estoy en un momento de transición y concentrada en ello. Transición lo digo porque el cuarto disco será una propuesta muy diferente, con una imagen y un sonido renovado. No estoy mirando tanto un sueño futuro, sino conseguir esa transición. Ese es el motivo por el que llevo meses sin lanzar un single. Estoy trabajando duro en todo lo que os mostraré en un futuro. ¿Un sueño? La expansión. Espero que cada vez se sume más gente a mi música. Todo requiere su tiempo y quiero que lo próximo sea potente, no algo para consumir de inmediato como muchas de las cosas que llegan actualmente. El primer single saldrá pronto y mostrará el sonido que viene. Antes de que acabe el año algo más habrá, aunque el disco propiamente dicho no será hasta 2020.
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