La banda de rap del Maresme anticipa un retorno como siempre explosivo a los escenarios de festivales como Cruïlla o el pasado Viña Rock y lo harán de la mano de un álbum de quince cortes en el que se reivindica la importancia del camino y del recorrido. La importancia del mirar hacia atrás, no de una forma nostálgica, sino para enfocar el futuro con esperanza y responsabilidad con uno mismo. En el disco, además de los rasgos de protesta que caracterizan a la banda, sus voces claras y a veces desgarradas, y su ritmo energético, encontramos varias colaboraciones con bandas y músicos del panorama actual como El Pony Pisador, Sharif, Falsalarma o Chalart58.
Nos encontramos con Microbio, integrante de la banda, para conocer de cerca este “Armónico Desorden” y las vivencias que se esconden detrás de los versos de un larga duración muy esperado por los fans que siguen aclamando “Si uno no se rinde” (15), “Viridarquia” (16) y “Vértigo” en cada directo.
Más de diez años juntos, dos discos platino, dos de oro… ¿No se os acaban las ideas?
Pues… [ríe]. Siempre queda algo que decir. Estamos en movimiento constantemente. Aunque lo hayamos dicho ya, las personas cambiamos y las formas de comunicarlo también. Vaya, que a lo mejor te digo algo de lo que ya hablamos pero me apetece repetirlo [risas].
¿Cómo habéis conceptualizado este disco?
En este disco hay mucho trabajo de estudio y nos propusimos que así fuera. Ha sido algo nuevo para nosotros porque todos hemos metido mano en todo momento en el proceso de creación. Normalmente alguno de nosotros venía con una idea, la comentábamos, probábamos a ver qué podíamos hacer con ella, de una forma más aleatoria. Este es un disco muy trabajado y que, por una cuestión de salud, hemos configurado para que fuera algo que nos apeteciera hacer, con pocas pretensiones, con ganas de disfrutarlo nosotros. Porque sabemos que en proyectos anteriores se filtraba un poco nuestro resentimiento [risas].
"Hablamos de llegadas emocionales o despedidas de patrones o hábitos (buenos o malos) que hemos tenido que cambiar"
Hablemos de contenido. He notado cierta melancolía en algunas de las letras como en “Volver” o “Perdimos”. ¿Crees que es un disco nostálgico?
Pues... No creo que sea un disco melancólico. Siempre tendemos a mirar hacia el futuro, pero si suena así será porque también hay algo de eso. Hay que decir que, en un álbum como este, caben muchas cosas porque no es un disco que abarque solamente un concepto. Nosotros determinamos de lo que hablamos cuando nos lo vamos encontrando. Un proyecto más acotado es más difícil de justificar y también abarca menos aspectos de la vida.
¿Cuándo os dais cuenta sobre qué habláis?
Normalmente comienzas a darte cuenta cuando tienes todo ese popurrí y hay que poner un título [risas]. Entonces te paras a analizar qué cojones estás diciendo para también darle un sentido general. Como te digo, es más fácil justificar y crear con un proyecto que no está delimitado a un concepto, no somos tan lúcidos.
Entonces, ahora que ya tenemos claro el título, ¿de qué trata “Armónico Desorden”?
Pues es un disco que habla mucho del camino, del recorrido, del viaje… Evidentemente el contexto histórico que hemos vivido, sobre todo el tema de la pandemia ha definido bastante las letras, pero yo creo que habla de eso, del recorrido, de llegadas y partidas.
¿Alguna llegada o partida en particular? ¿O es un tópico que tira más hacia la abstracción?
Pues por ejemplo hay uno de los temas que habla directamente sobre cargar con una mochila que hay que revisar, así que también hablamos de llegadas emocionales o despedidas de patrones o hábitos (buenos o malos) que hemos tenido que cambiar. En ese punto, puedo entender que hayas sentido nostalgia porque al final es verdad que miramos atrás para mejorar al caminar hacia adelante.
Siempre habéis sido una banda muy comprometida y luchadora con la sociedad, sobre todo con la lucha de clases, el anticapitalismo, etcétera. Tratáis con este tipo de conceptos y vuestras letras han encendido más de un corazón. ¿Seguís con este espíritu u os notáis ya distantes o cansados de este tono?
Está claro que las luchas se viven en diferentes momentos de tu vida. Sí, seguimos luchando, somos los mismos pero desde un prisma diferente. Somos mayores, ya no vemos las cosas con esa intensidad, o sí lo hacemos, pero se refleja en nosotros de otros modos. Al final todos crecemos, nos emancipamos de ciertos caminos que nos sirvieron para crecer y ahora lo expresamos también desde una distancia evidente. Aunque sí, por supuesto siempre seguimos luchando. Una vez más hacemos referencia a este “armónico desorden” del disco, del camino, de las cosas que vivimos y nos hacen ser quienes somos. Iguales pero diferentes.
"Me sabe mal decirlo así, pero el 2020 a nosotros nos fue bastante bien, aunque está claro que fue una gran mierda para todos"
En todo este desorden de idas, vueltas y caminos… ¿hay alguna canción a la que ya le hayas pillado especial cariño?
A ver, todas las haces con amor, pero me viene a la cabeza “Volver”. Esta canción me gusta mucho porque gira entorno a un tema del que hablábamos con un amigo cuando salió la idea. Cuando las personas estamos muy mal, tendemos a olvidar todos aquellos episodios felices de nuestras vidas, de golpe hemos sido, somos y seremos unos desgraciados. Y al revés pasa lo mismo, cuando estamos eufóricos olvidamos el dolor, todo brilla y la vida es genial. Pero cuando estamos mal, es una putada porque realmente piensas que tu vida es una mierda. Incluso puedes pensar que eso es una reacción de la mente para “trolearte” y que estés peor, pero nosotros ese día pensamos que es un mecanismo que te hace recordar como has podido salir del hoyo en ocasiones anteriores. Tu cabeza te transporta a aventuras negativas del pasado para que ahí encuentres las herramientas que necesitas para salir del aprieto del presente.
¡Menuda teoría!
Pues eso es lo que hemos intentado explicar en la canción, que creo que nos quedó bonita, redonda y con un par de frases con un poco de saña [risas].
Habéis colaborado con varios artistas, entre ellos El Pony Pisador. ¿Cómo surge este peculiar encuentro musical? ¿Cómo decidís vuestras colaboraciones?
Es verdad que el tipo de música que hacemos no tiene nada que ver [risas], pero nuestro guitarrista también es integrante en el otro grupo, así que son colaboraciones que hacemos más por afinidad personal que por otra cosa, aunque el resultado es muy bueno y, como he dicho, nosotros también queremos disfrutar con el disco, celebrarlo con nuestros colegas.
Este es el primer trabajo que publicáis después de la pandemia, pero han pasado muchas cosas durante este tiempo. Si no me equivoco, tuvisteis que parar vuestra anterior gira debido al virus y luego recuperarla. ¿Os fue bien el descanso o fue un bajón total?
Nosotros tenemos la suerte de que somos un grupo ya bastante grande y no fue un gran batacazo como podría haber sido en otro momento. Si te soy honesto, llevábamos un tiempo planteándonos un descanso, así que de algún modo, mirando la parte buena, a todos nos fue bien. Me sabe mal decirlo así, pero el 2020 a nosotros nos fue bastante bien, aunque está claro que fue una gran mierda para todos.
¿Cómo fue este regreso al directo?
Pues bastante palo la verdad. Daba pena ver a la gente que se quería mover, bailar, ahí pegada a las sillas, con las mascarillas… Sin alcohol, ni nada.
¿No apetecía tanto tocar?
Apetecer siempre apetecía, pero nos quedábamos con un sabor de boca un poco agridulce. El tema es que hay una cierta catarsis, una cierta euforia loca en los conciertos. Es una sensación a la que vivo enganchado y echo de menos.
Una última pregunta, si tuvieras que describir el disco con un color, ¿cuál sería?
Te diría que verde, pero ya tenemos uno [risas].
¿”Viridarquia”?
Exacto.
¿Entonces?
¡Naranja!
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