La edición repentina e inesperada de “The Big To-Do”, el disco que suma diez en la carrera de Drive-By Truckers, nos ha cogido a todos por sorpresa, tras un año en el que hemos asistido a la publicación de hasta tres lanzamientos relacionados con los de Athens. Primero fue el intimista “Murdering Oscar (And Other Love Songs)” de Patterson Hood, nuestro amable y estimado interlocutor mientras graba en París junto a su socio Mike Cooley, para un programa de la televisión francesa. A continuación llegó “The Fine Print (A Collection Of Oddities And Rarities)”, un álbum con golosinas en su interior como la versión de “Like A Rolling Stone” de Bob Dylan o “Rebels” de Tom Petty. Seguidamente, sin tiempo para respirar, editaron un álbum en directo para la serie Austin City Limits. “Lo de este último año ha sido una locura. Hemos estado metidos en infinidad de proyectos. La verdad es que no tengo una respuesta para explicar el estado tan prolífico del grupo ahora mismo. Estar tan ocupados es una buena política para mantenernos en forma. Sinceramente, para mí es la mejor etapa que he vivido con la banda desde que empezamos. Nos permite tomar nuevas direcciones, controlar el futuro sin desviarnos en exceso de nuestro estilo y personalidad. Me siento muy feliz por el momento tan extraordinario a todos los niveles que estamos viviendo en pleno 2010”.Sin llegar a la excelencia del anterior “Brighter Than Creation’s Dark”, tampoco a la rotundidad de “The Dirty South” o ni tan siquiera con el poso sureño de “Southern Rock Opera“, este es otro buen disco a añadir a la discografía de una las bandas más sólidas que han salido de América en los últimos quince años. “Quizás tiene algún punto en común con ‘A Blessing And A Curse’, pero aquel era un disco más de power-pop con un sonido potente de guitarras. En cambio, este nuevo tiene mucha más urgencia, es más inmediato. Sin embargo, cuando encaramos la grabación de algo nuevo, nunca pensamos en qué hemos hecho o dejado de hacer en el pasado. Sería inútil mirar hacía atrás. Lo mejor en cualquier aspecto de la vida es mirar hacia delante”. El álbum en cuestión está dedicado a los desaparecidos productores Jerry Wexler y Jim Dickinson; un bonito homenaje a dos personajes clave en la historia del grupo. “Ese es un tema que me toca de cerca y de un modo muy personal. En cierto sentido, ellos han sido para mí como mi padre o mis padrinos, gente que ha supuesto algo más que unos amigos, unos buenos consejeros. Sus muertes me produjeron mucha tristeza. Cuando pienso en lo que ha pasado, todavía imagino que están a mi lado. Eran personas a las que he amado y su desaparición ha sido una pérdida muy grande”. En el generoso y colorista libreto que acompaña al disco, Patterson Hood asegura, con rotundidad y convencimiento, que crecer trabajando en el taller del rock’n’roll, para él es lo más parecido a estar adscrito a una religión. “Esto te ayuda a creer en algo, a levantarte por la mañana con un objetivo entre ceja y ceja. Luego está la familia, los niños, pensar en que te harás viejo, pero el rock’n’roll es fundamental. La música en sí es el motor de nuestras vidas”. Para acabar, comentaremos que a Patterson Hood le gusta descolgarse de tanto en tanto con discos en solitario en los que expresa su estado de ánimo, presentando canciones con otras connotaciones y estímulos composiciones mas apesadumbradas y realistas, más sinceras y honestas aun que las que firma para Drive-By Truckers. “’Murdering Oscar (And Other Love Songs)’ recogía solamente un puñado de canciones antiguas que tenía escritas y que en un momento dado me apetecía que viesen la luz. Algunas las grabé con mi buen amigo Will Johnson (Centr-o-matic), un músico que en su día trabajó con mi padre. Ahora no tengo planeado volver a grabar canciones para un disco en solitario, aunque en mi cabeza siempre haya bonitas historias que contar”.
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