“En Venezuela no habríamos podido seguir con el grupo"
EntrevistasLa Vida Bohème

“En Venezuela no habríamos podido seguir con el grupo"

Víctor Valero — 04-05-2016
Fotografía — Archivo

Los venezolanos La Vida Bohème ganadores del Grammy Latino al Mejor Disco de Rock por “Será” (Nacional Records, 2013) estarán presentándose por primera vez en España los días 6 de mayo en Madrid (Arena) y 7 de mayo en Barcelona (Razzmatazz). A propósito del desembarco de los caraqueños en este lado del charco les hemos contactado para conversar vía mail sobre su trayectoria musical, el momento en que se encuentran y, cómo no, sobre la actualidad de ese país caribeño que ha rellenado tantas tertulias políticas en la tele y del que últimamente todo el mundo opina.


Ya con vuestro primer lanzamiento discográfico “Nuestra” (Autoeditado, 2010) el éxito pareció llegar rodado. Repercusión mediática, nominaciones a los Grammys, vuestras canciones en vídeos juegos… ¿Cómo se logra esto en el país con los mayores niveles de conflictividad social de Latinoamérica, con un consumo cultural relegado por otras necesidades más apremiantes (alimentos, medicamentos, productos básicos…) y con una industria musical prácticamente inexistente?
Somos bastante afortunados. Esa es la realidad. Somos afortunados de poder hacer lo que hacemos, primero que nada, y de que alguien esté dispuesto a escucharlo -o de querer apoyarnos-, de segundo. Lo que se pueden considerar landmarks importantes para cualquier banda, como son los Grammys o las licencias tanto de FIFA ‘12 como Grand Theft Auto V son fruto también de mucha gente empujando por la banda. Nacional Records ha sido un gran aliado para nosotros desde nuestro comienzo, algo que es fundamental para una banda independiente como nosotros, y hemos contado con buenos synchs, cosa que para un artista es vital hoy.
De dónde venimos, la violencia, la injusticia, la falta de alimentos y de medicinas, de luz y agua, hoy, son una realidad que afecta a todos por igual. La gente en Venezuela sobrevive a Venezuela y a las pésimas decisiones del gobierno venezolano pero, como la vida no es blanco y negro, es justo en ese desierto de esperanza dónde se hace el arte más honesto. El alma no responde siempre a factores externos (para bien o para mal) y nosotros hemos visto crecer en nuestra tierra (en su momento más árido) las flores más lindas.
Hemos sido bastante consistentes también. Nos mueve la necesidad, el amor por lo que hacemos y la responsabilidad adjudicada por nosotros de mismos de hacer algo con sangre en lugar de caer en la tentación de aupar un letargo sonoro a costa del tiempo de todos. Algo que le debemos a quienes nos escuchan, a nuestra tierra, y a nosotros mismos.

Como una bofetada a mano abierta a todos los que opinaban que lo vuestro se trataba de un golpe de suerte, fugaz e intrascendente como tantos otros, tres años después volvéis a saborear las mieles del éxito con “Será” (Nacional Records, 2013), vuestro último lanzamiento hasta la fecha y el disco que, después de alzarse con el primer Grammy para un grupo de rock venezolano, os consagra como una de las bandas referentes de este país. Llegados a este punto, ¿sentisteis el vértigo de la cúspide?
La verdad, no. También depende de lo que se considere cúspide. El éxito puede ser muchas cosas dependiendo del ojo que lo decante y, para nosotros en particular, el éxito siempre ha sido poder vivir de algo de lo que estemos genuinamente orgullosos. Hayan o no hayan Grammys.
Ojo, tener dos Latin Grammys siendo una banda joven e independiente, no es algo común en nuestra industria y apreciamos el premio. No menospreciamos la responsabilidad y agradecemos que del lado más mainstream de nuestro industria aprecien lo que hacemos, pero no sobredimensionamos lo que eso significa.
La cúspide de La Vida Bohème no es un montaña que va en línea recta y se lee de arriba hacia abajo. Nuestro camino es sinuoso y no se lee de arriba abajo necesariamente.

“La cuestión venezolana es tan complicada como la española. No me parece que nuestros problemas sean tan lejanos al de España”

A lo largo de los quince temas del disco nos llega un sonido más estilizado, más cercano a la pistas de baile, con la incorporación de sintetizadores acompañando bases rítmicas adornadas con matices folclóricos caribeños, como en el single "La vida mejor", una canción  que si escuchas por la mañana de camino al trabajo ya no logras sacártela de la cabeza en el resto del día y que evoca a una mezcla entre la etapa tropicalista de El Guincho con el merengue dominicano de Juan Luis Guerra . Si la primera fórmula había funcionado antes, ¿qué sucedió para que os decidierais a dar este sorpresivo giro musical?
El corazón esencialmente. El tercero también es bien distinto. Entre ellos tres se suceden y completan la gama de colores que quisimos hacer existir cuando comenzamos la banda. Es una trilogía que no es plana. Comenzó en un punto y mutó hacia otro.

Es cierto que en vuestras letras se evidencia el tono reivindicativo, se advierte la intención de agitar conciencias y de darle visibilidad a un problema, pero no desde la superioridad moral del que señala, del que busca culpables y denuncia, sino como el que entona un mea culpa doloroso y en un noble ejercicio de honestidad asume que si ahora todo se va a la mierda quizás pudo haber hecho algo más para evitarlo. ¿La cuestión venezolana es tan complicada como parece?  
Tan complicada como la española, jejje. Cada realidad es un mundo en sí mismo, y tampoco esperamos que todos entiendan a nivel de politólogo lo que acontece hoy en Venezuela. Nos importa más conectar en el sentimiento y las ideas, porque lo que nos pasa a nosotros no es muy distinto a lo que pasa en el resto del mundo, ni lo que ya pasó. La diferencia, en mi opinión, está en que punto agarres el agua que ya estaba hirviendo. Si a alguien le interesa el caso de Venezuela, en particular, es muy importante buscar y leer. Y no es tan difícil, busquen: "bolichicos", “pudreval", “narcosobrinos" y el Cartel de los Soles. O si se ponen ociosos, nada más vean cuántos familiares de Maduro y su esposa tienen puestos realmente altos en oficinas estatales, o el nombre de Diosdado Cabello. No me parece que nuestros problemas sean tan lejanos al de España, por cierto. A veces los problemas más elementales de por qué estamos como estamos se pierden en la golosina con la que adornan la mierda que nos venden por vida. Lo que pasa es que, en el caso de Venezuela, la escasez de servicios básicos, medicamentos, alimentos y la inseguridad son realidades que no hay manera de discutir desde el ojo de la política. Es una realidad con la que hay que lidiar y ya…tengas o no consciencia de qué es política y qué es show mediático para que no pienses por ti mismo.
Ahora están de moda los linchamientos de ladrones. La gente está tan asustada y harta de la impunidad que están tomando “la justicia” por sus manos. Han matado incluso a gente inocente. Linchados en la confusión de la necesidad, el populismo, el miedo y la demagogia.

En una entrevista ofrecida a el diario El País hace un par de años afirmabais lo siguiente: “Si nos llegamos a mudar, va a ser una decisión difícil porque el discurso de la banda está atado a ideales que se encuentran acá”. Esta entrevista la hacéis ahora desde México, país en el que habéis fijado vuestra residencia. ¿Ha sido un poco el “Yo me quedo en Venezuela porque yo soy optimista” de vuestro (entre comillas) amigo Carlos Baute?
Irnos de Venezuela como banda ha sido una de las decisiones más difíciles que hemos tenido que tomar como personas, la verdad. Una que no nos arrepentimos, por cierto, ya que se nos abrieron las puertas del mundo y las estamos cruzando con nuestra bandera quemada en la piel. Orgullosamente, por cierto. También ha sido lindo ver a gente en Argentina o Puerto Rico identificándose con algo que escribiste en un lugar tan lejano al de ellos y entender que somos todos parte de una misma historia contada con distintas palabras.
Nosotros nos fuimos de Venezuela en marzo del 2014 bajo un clima de constantes protestas, con amigos torturados por el SEBIN, y en un clima en el que las trincheras con fuego y cauchos proliferaban hasta para llegar para una clínica, y aún así no es tan grave como es la situación de ahora. Hoy estamos cien por cien seguros que de habernos quedado en Venezuela no podríamos seguir con nuestra actividad como músicos. Una realidad netamente económica.
Lo de Carlos Baute es muy cómico. Que cogiera vuelo, la gente por alguna razón quería ver una “feuda” (bronca) entre nosotros. A veces atribuyo eso a la necesidad de ver opuestos chocar: como un ballet de luchadores de sumo contra enanos. Lo peor de todo, es que en verdad siento que nos fuimos por las mismas razones, sólo que en distintos momentos. A él no lo conocemos pero puedo decir que nosotros tenemos la libertad de no tener que ser complacientes, algo que, en mi opinión, creo que él hace. Pero entiendo que el género pop da menos espacio para moverse fuera de los bordes. No nos cae mal, Carlos ¿eh? Capaz es una increíble persona. Lo único que nos une a ambos polos es que en un momento le lanzamos un tweet criticándolo, no tanto por la canción de “me quedo en Venezuela porque soy optimista” (que por cierto, otra persona escribió) sino por promocionar un sencillo de él con “sentimiento venezolano” en un momento en el que amanecíamos con trincheras en Caracas.

“Irnos de Venezuela como banda ha sido una de las decisiones más difíciles que hemos tenido que tomar como personas. Y no nos arrepentimos, por cierto”

En alguna ocasión habéis afirmado que uno de vuestros mayores deseos era que la Vida Bohème llegara no sólo a los sifrinos (“pijos") caraqueños sino también que se escuchara en los cerros (poblados marginales). ¿Os consta si en el 23 de Enero (el más famoso poblado marginal de Caracas) se ha llegado a escuchar a la Vida Bohème?
Sí, hoy orgullosos podemos decir que nos consta que hasta en el 23 y en Petare conocen nuestras canciones. El rock es mucho menos popular que otros géneros, pero es bonito ver como sí hay gente de todo tipo de edades y de todo tipo de lugares en nuestra ciudad que escucha nuestra música.

¿Después de los conciertos del 6 y 7 de mayo en Madrid y Barcelona respectivamente tenéis cerrada alguna fecha más en nuestro país? ¿Europa? ¿Festivales de verano?
No, estas fechas son las únicas que haremos en Europa por ahora. El nuevo disco se aproxima y con él una avalancha de cosas bonitas para ver y escuchar que serán el preludio a nuestra siguiente visita. A los que vayan a vernos en Madrid en la Arena el 6 y en la Razz 2 en Barcelona el 7, pueden tener por seguro que van a tener abrebocas de lo que se viene. Esto es apenas el comienzo.

A alguien que se acaba de enterar de que en Venezuela existe vida musicalmente hablando, después del reggaetón y Carlos Baute (que es un género en si mismo), ¿qué grupos tendría que escuchar?
Pues, le recomendaríamos que escuchara a Alfredo Naranjo, a Recordatorio 91, a Simón Díaz, a Viniloversus, a Los Colores, a Vytas Brenner, a Todosantos, a La Banda Municipal. DJ Trujillo es esencial, que se busquen el “Quién quiere tuky?” de la gente de Abstractor, que se escuchen Dermis Tatú y, sólo en caso de que no hayan quedado claros, que lo escuchen de nuevo. Que enciendan una vela en un cuarto oscuro y escuchen “Sin sombra no hay luz” de Sentimiento Muerto, que busquen a C4 Trío y tripeen. “El misterioso” de Edward Ramírez. No se diga más: el misterioso. Ojo pelado. Rawayana, Los Mesoneros, Los Vasallos del Sol y Las Populares Maquinitas. Seguro se me olvidan miles, pero bueno, con esto tienen para comenzar.

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