La razón de que sea feliz
EntrevistasCola Jet Set

La razón de que sea feliz

Eduardo Ponte — 02-06-2004
Fotografía — Archivo

¿Te acuerdas Los Fresones Rebeldes, rockero? ¿Y sigues leyendo? Pero, hombre... ¿No recuerdas aquellas vocecillas femeninas o aquel desvergonzado espíritu pop tan molesto? Menudos oportunistas, siempre amparándose en lo naïf para deshonrar a la verdadera música... ¿Y aún se atreve Felipe a volver? Pues sí. Ah, y lo de rockear lo sigue llevando fatal. En "Contando historias" (Subterfuge, 04) este grupo habla el idioma del soul.

Hay algo especial en ellos, en cómo “Contando historias” representa una exaltación del amor como sentimiento positivo que conduce a la felicidad. En cómo bebe “Este verano” de las producciones de George “Shadow” Morton para las Shangri-Las. En cómo se juntan en “Ay, amor” la Françoise Hardy del 67 con burbujas de McCarthy, Broadcast y los Doors. En cómo la coletilla final de "I Knew I´d Want You" de los Byrds se ha convertido cuatro décadas más tarde en la entrada de “Unidos”. En cómo “Un golpe de suerte” es ya su primer gran himno soul, un estilo al que reverencian también en múltiples riffs y redobles, y en la versión del "Love, It´s Getting Better" de The Groove. “Con los planteamientos técnicos fresónicos (casiotone de una tecla, guitarras más o menos distorsionadas), la influencia del soul era más difícil de abordar. Ahora usamos guitarras limpias y teclados a dos manos, lo que resulta en un sonido a la vez más clásico y con más posibilidades en los arreglos. Aún así, no queremos hacer bandera de ello. Los grupos que lo han hecho suelen caer en la tentación de buscar ´autenticidad´, ´pureza´, de tomárselo como una religión, hasta de lamentar no haber nacido negros, y no es el caso. Somos libres de tomar cualquier influencia sin pagar con culto. Kamenbert, aunque cayeran a veces en lo que decía, son el antecedente más directo en mezclar pop y soul. Hoy me gusta mucho la recreación del soul setentas de Edwin Moses, y seguramente daremos algunos pasos en esa dirección”.

"Es necesario hacer lo inesperado cuando se puede, romper esquemas, crear situaciones, hacer las cosas ´porque sí´"

Una de las principales incógnitas de “Contando historias” era cómo acabaría encajando la producción de Guille Milkyway (La Casa Azul) con el aire retro de las canciones de Cola Jet Set. Fans mutuos declarados, CJS y Guille han acabado tejiendo la intersección entre sus respectivos sonidos en torno a los grupos de chicas de los sesenta. “Le pedimos que fuera un disco que se pudiera interpretar en directo sin pregrabados. Las canciones han sido concebidas para un conjunto beat, y sería superfluo añadirles violines y trompetas, lo que no quita que en el futuro haga canciones para ser tocadas de otra manera. Los grupos de chicas y el r´n´r básico de Eddie Cochran o los Beach Boys son el punto de partida de casi todas estas canciones, y la producción va en ese sentido. Creo que es un álbum muy mod, en el sentido amplio”. Resultado: sonido retro, repleto de referencias, pero muy consciente de su momento. “En los primeros ensayos usábamos distorsión, pero pronto vimos que las canciones respiraban mejor con un poco de reverb y delay, fue una opción deliberada. Creo que la mejor música moderna se hizo entre el 56 y el 69, con una infinidad de estilos para explorar: r&r, beat, r&b, soul, psicodelia, lounge, bubblegum... Gracias a las reediciones y los bonus tracks no para de aflorar todo lo que se hizo entonces, y ahora tenemos tiempo para escucharlo sin prejuicios y con perspectiva. Entiendo que algunos de mis grupos favoritos de hoy beben de esas fuentes y las recrean a su manera, alcanzando resultados sorprendentes tanto en lo clásico como en lo novedoso: Belle & Sebastian, Stereolab, Aislers Set, My Bloody Valentine, Broadcast...”. Finalmente, se hacía inevitable morder el cebo no musical que Felipe deja caer en “Chicas de demolición”. Un cebo que, con menciones a "la sociedad espectacular" y "chicas de situación", lleva directamente a Debord y Vaneigem, lo que resulta francamente irónico viniendo de un liberal convencido. “Descubrí el situacionismo demasiado tarde para que afectara mi formación personal, pero es la única ideología antisistema que me parece interesante. Yo sería más el poli que con Debord en la mano abortó el movimiento en la Gran Bretaña antes de que derivase en terrorismo nihilista como en el Continente (Acción Directa, Baader-Meinhof, Brigadas Rojas). Una cosa son ´locos lúcidos´ y otra locos asesinos. Me gustan los conceptos de deriva y psicogeografía, y comparto el análisis de que la sociedad moderna nos quiere engullir en una dinámica de espectáculo-aburrimiento globales. Si nos dejamos, ´nos harán tan tontos que no les serviremos de nada´. Por eso es necesario hacer lo inesperado cuando se puede, romper esquemas, crear situaciones, hacer las cosas ´porque sí´. Los Fresones Rebeldes fueron en parte mi ´situación´, el grupo que no podía/debía existir, ignorados durante algún tiempo por el ´establishment´ de la crítica indie hasta que les estalló en las narices. Y luego nos acomodamos, y cuando empezamos a aburrirnos nos separamos inmediatamente, sin dar el patético ´espectáculo´ de una gira de despedida”.

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