"Creo plenamente en el poder transformador de la música"
EntrevistasLa Otra

"Creo plenamente en el poder transformador de la música"

Enrique Gijón — 29-06-2021
Fotografía — Archivo

Hace unas semanas vio la luz “Incendio” (Propaganda Pel Fet!, 21), el nuevo trabajo de La Otra, nuevo paso adelante de una artista que ha sabido seguir su propio camino sin dar nunca su brazo a torcer. En este tercer álbum, nos ofrece doce historias en las que se pasea por temas como el feminismo, el amor, la libertad y la amistad, desde una perspectiva tan personal como irónica y crítica.

Me encantan los compases iniciales del disco con “Incendio”. Creo que esa guitarra marca ya la calidez que vamos a encontrarnos a lo largo de todo el disco. ¿Estás de acuerdo?¿Está “Incendio” abriendo el álbum a conciencia?
Pues sí que estoy de acuerdo. sí. “Incendio” abre y da nombre al disco porque tiene mucho de declaración de intenciones. Es extraño intentar explicar con palabras este álbum después de haberlo hecho sin ser plenamente consciente de todo lo que iba poniendo en él, porque las palabras son siempre más estrechas que las canciones y no quisiera estrechar nada. Aún así, me encanta la pregunta porque la calidez y la ternura son dos elementos que he necesitado y he querido convertir en columnas vertebrales de este disco, y agradezco que así se reciba. “Incendio” la comencé a escribir dejándome llevar, y también terminé de componerla sin buscar controlar del todo lo que salía. Resulta que salió algo que creo refleja muy bien mi evolución: una serie de temas que me importan mucho (la amistad, la comunidad, la conciencia de pertenecer a una tradición amplia de voces disidentes, la memoria, la rebeldía…) y una manera de componer en la que lo musical y los elementos poéticos cobran la misma importancia expresiva que las ideas. Este ensanchar las canciones a través de lo musical y lo poético me está resultando muy liberador y es una de las cosas que define mi evolución.

"Este ensanchar las canciones a través de lo musical y lo poético me está resultando muy liberador y es una de las cosas que define mi evolución".

“Solo para ti” está dedicada a una amiga tuya que, por lo que parece, no lo ha estado pasando bien. ¿Crees que la música sana los corazones al margen de que conozcas o no a la persona que te está cantando o a la que le estás cantando?
Creo plenamente en el poder transformador de la música y del arte en general. Últimamente he escuchado dos frases que parecen explicar algo que yo ya sabía (eso que pasa cuando encuentras expresado algo que te atraviesa, ¿sabes?). La primera dice: “la cultura es lo que nos permite escapar de nuestro destino” y la otra: “el arte es ese lugar en el que realizarte, y convertirte en la persona que quieres ser. Aunque no lo seas”. El arte es un espacio en el que podemos acceder todas a las herramientas de transformación. Somos seres finitos, que somos cuerpos, que encarnamos nuestra historia y no siempre podemos hacer o ser todo lo que quisiéramos, porque tenemos limitaciones. En el arte, contrariamente a lo que pasa en la “vida-no-artística” (por decirlo de alguna manera), la fantasía y la realidad no son dimensiones separadas, sino que se entrelazan. En el arte yo puedo transformar el dolor, las contradicciones o la frustración en otras cosas, en belleza, en poder, en sanación personal… Las canciones para mí son ventanas a todo esto.

¿Qué sentimientos te mueven más a componer canciones: el amor, el desamor, el dolor, la nostalgia, la melancolía, etcétera?
No sabría dar prioridad a uno de ellos… En general trato de transformar realidades que no soporto a través de la escritura y la música, o bien trato de procesar, elaborar ideas y sentimientos que tengo atrancados o perdidos, y también busco cristalizar aprendizajes, para que no se me olviden. En general todo va de quitar el veneno y retener lo nutritivo, así que me puede inspirar cualquier sentimiento intenso.

Personalmente me gusta sobre todo “Una ciudad grande y una niña pequeña”, por su espíritu de combate, de enfrentarte a las barreras y, dicho sea de paso, también por su espíritu ragga. ¿Hay algo en especial que me pudieras comentar de este tema en concreto?
Este tema es un gran collage. La letra es una mezcla de elementos que pude terminar en colaboración con el colectivo Ecologistas en Acción. Ellxs me propusieron componer algo con temática ecologista, y para eso me propusieron basarme en la novela “Momo” de Michael Ende (conocido por “La historia interminable”, entre otras cosas), especialmente en el primer capítulo, que es el que da nombre a la canción. Quisimos aportar una mirada crítica sobre la ficción que los grandes poderes económicos de este mundo se encargan de naturalizar: esta idea de que el “fin del mundo” es el único final posible para la economía neoliberal en la que (sobre)vivimos, con sus principios extractivistas y de crecimiento económico infinito –como si no fuese posible otro desenlace–. Esta canción propone un cambio de paradigma y en ella hablamos de buscar una salida colectiva a esta crisis, ecológica, social, política, económica, que es de lo que habla la novela de Ende. Se trata de empezar por cambiar nuestros propios prejuicios, en contra de lo que podemos llamar la persuasión clandestina que ejerce el orden actual de las cosas sobre nuestra esperanza y por tanto nuestra capacidad de acción. Una vez terminada la composición, este tema lo produjo Edu Molina y lo arreglaron entre todxs en la banda que me acompaña en este disco (Pablo Levin a la batería, Paula Cánovas al bajo, Elena Cortés a las teclas e Iker García a la guitarra). Y después de todo eso, pensé que le pegaba a Rupatrupa colaborar y se lo propuse, él me dio el sí quiero y su voz y así cerramos el círculo de este tema, en el que, como ves, hay mucha gente implicada...

Uno de los momentos que más me gustan de todo el nuevo disco es el inicio de “Agua de río”, esas dobles voces que van y vienen a lo Björk, para introducir tu voz rapeando. ¿En qué te inspiras para hacer ese tipo de arreglos?
Pues estos arreglos son un trabajo conjunto que hemos hecho Pascuala Ilabaca, Gabriel Vidanauta (productor de esta canción) y yo a partir de mi propuesta inicial, aunque en el caso de las voces dobladas y la mezcla que llevan han influido sobre todo las ideas de Gabriel y Pascuala, con quienes me siento súper afortunada de poder trabajar. Las partes rapeadas son un recurso que estoy gozando usar en distintas canciones, y es que el rap tiene una fuerza y una contundencia que forma parte de lo que quiero expresar en muchos momentos y es un género que escucho bastante, así que naturalmente me sale componer así también.

"Llegué a la música a través de la política y el medio cobró sentido por sí mismo".

En cambio, la canción tiene un mensaje de libertad y político muy fuerte. ¿Nació la necesidad de cantar sobre ello antes de completar la canción?
Esta canción comenzó a cocerse cuando yo hice mi gira en Chile hace dos años. Entonces escribí un texto en el que necesité poner lo que me atravesaba en aquel viaje: mucha intensidad, mucha esperanza y también la conmoción de ver un país marcado por la violencia política y económica en el que –un año antes de que estallaran las movilizaciones populares– mi sensación fue que el estado libraba una guerra contra la gente. Cuando estalló todo, fue jodido vivirlo en la distancia, saber de lo que que estaban pasando personas que quiero mucho, que viven allí y con quienes mantengo el contacto… Y fue el momento de cerrar la canción. La guerra dejó de ser “soterrada”. Y lo que en su momento escribí en Chile pensando en mi gente de Madrid lo terminé escribiendo y cantando en Madrid para mis amigxs y mi gente de Chile, a quienes quise mandar un abrazo entre tanta, tanta violencia a la que andan resistiendo.

Has pasado de la autoedición a trabajar con un sello como Propaganda Pel Fet. ¿Qué te llevó a trabajar con ellos?¿Te dirigiste a ellos o se pusieron en contacto contigo?
La autoedición y la autogestión han sido mi cuna por convicción y por necesidad, y a raíz de haberme profesionalizado en los últimos años, mi proyecto ha ido creciendo y con ello el volumen de trabajo y los frentes a abarcar, así que he buscado ayuda para formar buen equipo. Propa es un referente a nivel estatal como sello y discográfica “underground”. Siempre he querido trabajar con gente afín, con la que compartir valores a la hora de trabajar y más teniendo en cuenta que trabajamos con el arte y la comunicación, y a la hora de buscar aliadxs esto es algo que priorizo. Creo recordar que yo contacté con ellos a través de Chenchi, que es un compañero y amigo con el que hace tiempo comparto batallas y que ahora también forma parte del equipo de PPF, y él ha sido el puente.

Parece que fue ayer, pero son ya diez años desde “Amanecer luchando”. ¿Cómo ves con el paso del tiempo canciones como tan desnudas como “A veces” o “Esas noches”?
¡Pues acabo de volver a escucharlas después de años a raíz de esta pregunta! Y me han dado mucha ternura, y se me han hecho muy entrañables… efectivamente parece que fue ayer pero son ya diez años! Me gustan. Me gusta tener ese testimonio de lo que fui, y es hermoso que fuera algo compartido. Son canciones crudas, desnudas como dices, la guitarra está desafinada y yo también desafino, me voy de tempo, y recuerdo además que esas cuestiones me daban bastante igual en esa época. Esto me encanta.

Creo que instrumentalmente tu música ha crecido muchísimo (sobre todo desde “Creciendo”, pero me pregunto si los inicios mucho más acústicos y con vocación de cantautora ¿eran fruto de tus intenciones o de tus limitaciones?
Pues esta es una pregunta que yo también me he hecho antes de cada paso en mi evolución. Y creo que fue una mezcla. Por una parte hice de la necesidad virtud, porque “la poesía es de quien la necesita” y mi intención era ser comunicadora y no tanto artista. Lo que pasa es que luego el arte me enamoró y la vida me fue mostrando caminos por los que sembrar y en esos caminos me encuentro. Llegué a la música a través de la política y el medio cobró sentido por sí mismo, así que yo diría que a medida que he ido venciendo algunas limitaciones, mis intenciones se han ido ensanchando.

No tenía idea de cuántos conciertos podrías haber dado a lo largo de tu trayectoria y he podido leer que son más de quinientos. Algo me lleva a pensar que –es un decir– eres de ese tipo de artistas que podrían dejar de grabar discos, pero que jamás podrías dejar de tocar en directo. ¿Me equivoco?
Vaya... Pues no lo sé. Sé que no podría vivir sin componer canciones. Me gusta mucho grabarlas, porque implica un trabajo brutal de elaboración y perfeccionamiento, así que creo que sería difícil renunciar a eso. Seguro que no me gustaría dejar de dar conciertos, pero podría ser muy feliz dando uno cada seis meses. He tocado mucho porque de algo hay que comer. Quedaría guay decir que “los escenarios son mi hogar” porque “cuando me iluminan los focos soy libre”, pero no es el caso, aunque confieso que –obvio– me encanta que me miren y me escuchen. A veces el directo es lo más emocionante y lo más bonito que hay en la vida, a veces algo va mal y es muy jodido estar dando la cara, y otras sencillamente preferiría quedar con mis amigxs el fin de semana –que es cuando no trabajan– en lugar de estar lejos de gira. Junto a todo esto, mi yo post-pandémica-confinada solo quiere dar muchísimos conciertos ahora mismo, por el mundo entero.

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