‘All Souls Hill’ (Cooking Vinyl, 22) es un disco variado estilísticamente y dotado con esencia clásica, pero al mismo tiempo presume de un sonido muy bien actualizado ¿Qué aspecto querías que tuviese el disco?
Lo cierto es que no pensé en ello Raúl. Solo trabajé en las canciones hasta que sentí que lo que tenía era un disco completo. Pero seis de las melodías vinieron de mi co-productor, Simon Dine, y él trabaja un estilo contemporáneo que realmente me gusta.
¿Qué dirías que hay de inédito en este disco con respecto a todos los demás discos de The Waterboys?
La materialización del espíritu góspel en “Passing Through”, y el hecho de que logré hacer un álbum completo sin escribir nada de la música aparte de las melodías vocales.
En "All Souls Hill" también aparecen algunos pespuntes electrónicos, e incluso se han anunciado remezclas y mashups de canciones del disco ¿Estás interesado en la tecnología y en introducir esa modernidad en tu música, habitualmente vestida con folk y música tradicional?
En realidad no creo que haya mucha electrónica en ‘All Souls Hill’. Quizá en la outro de “Blackberry Girl”, pero eso está más cerca de la música minimalista de Steve Reich y Terry Riley, algo así como un sonido orgánico, que a cualquier tipo de música electrónica. Pero sí, disfruto trabajando con tecnología y software actuales, aunque mi gusto tiende siempre a lo clásico y a instrumentos naturales.
“De alguna manera, el éxito de nuestros viejos discos juega en nuestra contra”
En cualquier caso, tú mismo has dirigido el vídeo para esa canción, “Blackberry Girl” ¿Te motivan las artes visuales?
Me divierto haciendo videos, pero no creo que sean tan importantes como el disco. Y a menudo distraen del propio contenido del disco. Pero sí, tengo un gran sentido del arte visual y, por ejemplo, siempre estoy involucrado en las portadas de los álbumes de The Waterboys. Elegí la foto para la portada de ‘All Souls Hill’ de entre el fantástico trabajo de Kahn y Selesnick, un equipo de artes visuales que ya nos proporcionó una portada anterior, concretamente la del álbum ‘Modern Blues’ (Cooking Vinyl, 15).
Sigues en activo, sacando buenos discos y haciendo giras, pero ¿alguna vez temes que se te recuerde únicamente por los discos más populares de The Waterboys, aquellos publicados en la década de los ochenta?
Miedo no, pero soy consciente de que, de alguna manera, el éxito de nuestros discos anteriores juega en nuestra contra. La mayoría de emisoras de radio prefieren pinchar las canciones antiguas, y si hacemos discos nuevos que no se parecen mucho a los viejos –aunque sea natural y acertado cambiar y hacer música diferente y que evolucione a medida que pasan los años–, las radios no se muestran tan interesadas. Si sonásemos como en los ochenta y parecido a como lo hacemos “The Whole Of The Moon”, creo que tendríamos más éxito en la radio británica. Pero hacer eso no me interesa.
¿Cómo crees entonces que debe evolucionar un artista veterano para seguir luciendo vigente y no parecer una caricatura de sí mismo con el paso de los años?
Creo que cualquier artista debe seguir sus propios instintos, intuiciones y fascinaciones. Ya sea joven o viejo, nuevo o experimentado, ¡esa es la mejor forma de avanzar!
Lo cierto es que eres un artista clásico y muy respetado que, efectivamente, continúa haciendo música interesante ¿Cómo te ves a ti mismo cuando echas la vista atrás? ¿Ves algo del mito?
No pienso en mí mismo como una leyenda porque soy yo y, por supuesto, ser yo es normal para mí (Risas). Pero a veces me olvido de ciertos aspectos de la música de The Waterboys. Hace unos días estuve escuchando algunas actuaciones en directo de nuestro período acústico sin batería, en torno a 2004 o 2005, cuando nuestra música tenía una naturaleza muy espiritual, y me impresionó lo hermosa que era. Es bueno ser recordado.
El repertorio de The Waterboys incluye clásicos como “The Pan Within”, “The Whole Of The Moon”, “Fisherman's Blues” o “A Girl Called Johnny” ¿Cómo te sientes cuando a día de hoy tocas esos temas en directo? ¿Se cansa un artista de tocar ciertas canciones?
En realidad, me encantan todas esas canciones. Siempre es emocionante tocarlas. De hecho, creo que mejoran con el tiempo. También hay algunos temas antiguos que para mí ya no funcionan, pero esos son los que ya no toco.
Por su parte, "This Is The Sea" (Chrysalis, 85) y "Fisherman's Blues" (Chrysalis, 88) suelen ser tus dos discos más alabados ¿Qué sientes ahora cuando los escuchas?
Casi nunca los escucho. Creo que la última vez fue cuando hicimos las ‘Listening Parties’ de Tim en Twitter hace unos años durante el confinamiento (Nota del Autor: Scott se refiere a Tim Burgess, vocalista de The Charlatans, que organiza audiciones de un álbum completo, en directo y a través de la mencionada red social. Durante la escucha la gente va añadiendo comentarios al respecto e interactuando con los propios artistas). Pero recuerdo haberlos hecho y los motivadores que me inspiraron en aquel momento. Ambos surgieron de periodos muy creativos, y aunque no suelo escuchar esos discos, los adoro.
En 1993 tomaste la decisión de disolver el grupo para iniciar tu carrera en solitario ¿Qué te motivó a tomar esa decisión? ¿Te arrepientes? En realidad, en el año 2000 retomaste a The Waterboys.
No me arrepiento, pero no funcionó. Hice un álbum en solitario en el que me encargué de todo, ‘Bring 'Em All In’ (Chrysalis, 95), y pensé que tendría sentido que saliera con mi nombre, pero descubrí que realmente no me gustaba ser un artista en solitario. Prefiero trabajar con una banda y estar en The Waterboys.
“Mi gusto tiende siempre a lo clásico”
Llevas cuarenta años en el mundo de la música ¿Qué es lo que echas de menos de los viejos tiempos? ¿Cuál crees que ha sido el cambio más determinante en el negocio de la música en todo ese tiempo?
Echo de menos el número de tiendas de discos. En cuanto a cuál ha sido el mayor cambio, creo que ha sido algo gradual: la perdida de importancia de la música como motivador de la evolución cultural. Se ha alejado mucho de aquel poderoso papel que tuvo en las décadas de 1950 y 1960, en las que ejerció como catalizador del cambio.
En sentido contrario y mirando al futuro ¿Cuál será el próximo paso de The Waterboys? ¿Estáis ya trabajando en nuevas canciones?
SÍ. El próximo álbum está ya muy avanzado y es precioso. Es un disco que cuenta una historia.
La escena escocesa ha dado siempre multitud de bandas, sobre todo la ciudad de Edimburgo. No sé si has leído las memorias de Bobby Gillespie de Primal Scream, pero retrata muy bien esos orígenes grises de finales de los setenta y principios de los ochenta que motivaron que mucha gente formarse bandas…
Sí, recuerdo bien esa época. Bobby y yo tenemos más o menos la misma edad y ambos nos inspiramos, como todos nuestros contemporáneos escoceses, en la explosión del punk rock. Soy de Edimburgo y allí había una escena musical fuerte a finales de los setenta, pero en otras ciudades escocesas también se hacía buena música.
He leído que eres muy fan de Taylor Swift ¿Qué es lo que te gusta de ella? ¿Qué opinas de que Damon Albarn la acusase de no componer sus canciones?
Me encantan sus melodías, su voz, su habilidad para crear narrativa y drama en su trabajo, y los hermosos toques de producción en sus discos. Es una de las mejores compositoras que hay a día de hoy. Lo que dijo Damon es basura y le debe a Taylor una disculpa adecuada, y no esa disculpa a medias y auto-exculpante que dio. Está tan por delante de él en cuanto a su arte se refiere que ni siquiera puede llegar a verla.
El próximo otoño The Waterboys estarán girando por España ¿Qué tipo de concierto debe esperar el público que asista a verte? ¿Qué esperas tu del público español?
Espero que el público español sea apasionado, divertido y ruidoso. Y puede esperar un espectáculo completo de rock and roll por parte de The Waterboys, con un aluvión de nuestras mejores canciones, antiguas y nuevas.
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