Aurora emprenden con su debut una maniobra de evasión. Primero en lo terrenal, donde los granadinos se diferencian claramente del pop que se hace en su ciudad. "Hoy las relaciones entre músicos están más en la red que en la ciudad donde vives. La red es para nosotros la fuente de información y de inspiración”. También en lo espiritual de sus canciones, instaladas en esa psicodélica blanca y luminosa que te eleva un palmo por encima del suelo. "Para mi la música es eso, evadirse. Ahora la sensación a la que me gusta llegar componiendo es ese estado etéreo o gaseoso". Las letras incluso se disponen en algún caso como una especie de mantra. "La repetición te lleva a la catarsis. Se trata de frases liberadoras puede ser un dolor o una obsesión que repites para liberarte de ella".
El resultado "Géminis", una dualidad entre lo divino y lo humano, entre el blanco y el negro, entre la tormenta eléctrica y la paz que trasmite la voz de Javier Bolívar. "Se trata de un diálogo con uno mismo. Hacer canciones es algo solitario y uno tiene que buscar alteregos" Esos diálogos se escenifican con un tratamiento de las voces con el mismo efectismo que los instrumentos. "Es más, en directo solemos llevar pedales para la voz de Javi, para martirio de los técnicos de sonido". Aurora dejan claro que no se trata de un disco conceptual pero sí que el orden -podíamos hablar de alineación mejor- no es arbitrario y hace que esa dualidad también se represente en dos partes bien diferenciadas pero que interactúan para que todo tenga sentido. "Te sorprendería la cantidad de combinaciones del set del disco que probamos hasta la definitiva". “Géminis” ha sido producido por Banim Fraile (Los Planetas) y mezclado por Carlos Díaz.
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