“Nos dan igual los axiomas del punk”
EntrevistasLa Inquisición

“Nos dan igual los axiomas del punk”

Jesús Casañas — 02-11-2022
Fotografía — Archivo

La Inquisición siguen imparable. El cuarteto barcelonés publica “Uróboros” (HFMN, 22), su sexta entrega discográfica desde que debutasen en 2015. Un EP conceptual sobre el ciclo de la vida integrado por cuatro canciones, una por cada estación del año y por cada miembro del grupo. Todo con su característica y original forma de ver el punk: oscura, agresiva y desacomplejada. Hablamos con Rubén, su cantante.

Puedes verles en directo en: Donosti (18 noviembre, Doka Kafe Antzokia), Oviedo (19 noviembre, Lata de Zinc), Granada (8 diciembre, Sala Premier), Sevilla (9 diciembre, Sala Hollander), Valladolid (1 enero, Porta Caeli), Madrid (7 enero, Wurlitzer Ballroom), Lleida (13 enero, Cafè del Teatre) y Mataró (14 enero, Sala Clap)

“Uróboros”, el ciclo que se cierra en cuatro canciones, una por cada estación del año. ¿Cuál es la génesis de este disco conceptual?
Queríamos hacer un EP, pero teníamos claro que no queríamos hacer cuatro temas sueltos. A nosotros nos interesa mucho dotar de un relato a todo lo que hacemos. Escogimos las cuatro estaciones para representar nuestras vivencias e inquietudes del último año y representar ese ciclo de las edades del hombre.

Un tema por cada miembro del grupo, “con cada una de las canciones enraizada en las vivencias personales de cada uno de nosotros a través de esta última etapa de locura y oscuridad”. ¿Cada una habla de uno de vosotros, o todas de todos?
Cada uno nos representamos por una estación, en una canción y unas vivencias o anhelos concretos que le acompañan, la idea era un poco esa… Una canción y una estación por cada uno de nosotros.

“Tocar es lo que nos da la vida, es lo que nos hace escapar de la frustración constante del día a día”

¿Componéis entre los cuatro, o cuál es el modus operandi a la hora de crear canciones?
Generalmente llegamos Alex Montoro o yo con una idea al local, ya puede ser un riff, una idea o una canción casi hecha, y entre todos le damos forma. Si algo no suena de primeras lo descartamos rápidamente. Una vez tenemos la estructura clara y es una canción que nos mola, después de darle algunas vueltas y hablar cosas, hago yo la letra. En este último EP también, aunque el concepto lírico de cada canción ha salido de cada uno de nosotros y un poco la guía, yo me he dedicado simplemente a juntar palabras con las ideas de mis amigos.

Hacer un disco conceptual, rodeado de misticismo y oscuridad, ¿es parte de vuestro empeño por huir de los estereotipos del punk?
No sabría decirte, creo que no. Para nosotros es algo natural, es la forma que tenemos de expresarnos y de crear a través de la música, pero no hay una intencionalidad concreta, si eso huye de los estereotipos del punk o de la jota aragonesa, pues guay… Quiero decir que no tenemos una agenda o un discurso concreto, más allá de lo que nosotros consideramos una forma natural de expresarnos. Pero tampoco queremos amoldarnos a nada, nos dan igual los axiomas del punk. Nos dejamos llevar, no nos preocupan demasiado esas movidas.

En cuanto a forma, “Uróboros” es un EP de doce minutos. ¿Se amolda más a los modos de consumo actuales?
Hubo una época en que los elepés tenían cuatro o cinco temas por cara, después vinieron los cedés con veinticinco temas (diecisiete de ellos insufribles o de relleno), y ahora dentro del mundillo de la música ha vuelto la inmediatez, el single digital y ¡pam! Creo que lo nuestro es una cosa entre medias, quiero decir, el EP siempre ha sido un formato muy agradecido para la gente que compra discos, supongo que ahora que el consumo es más digital es una buena forma de ir sacando contenido con más periodicidad.

No obstante, la edición en formato físico la habéis cuidado bastante: vinilo, chupito, ouija y camiseta. ¿Sigue habiendo románticos entre vuestro público?
Supongo y espero que sí. Queríamos hacer un pre-order del EP que no fuera el típico con camiseta y el disco, darle una pequeña vuelta y construir objetos que acompañasen al objeto ritual sonoro, el EP, que era el objeto principal del que emanaba la magia primigenia de las cuatro estaciones…. Nos gustan esas movidas de tronaos, no sé…

Hablemos de las canciones. “Primavera” sería el comienzo del ciclo, el nacimiento. Pero habla más bien de una pérdida, ¿cierto?
En esa canción hay códigos ocultos, que, si entreves un poco, son muy explícitos y te sitúan inmediatamente en un lugar. Ese “pico sagrado que una reina loba partió por la mitad” es un sitio que existe, concretamente en Galicia. Es un tema que habla, más que de pérdida, de frustración y añoranza enraizada en el afecto profundo.

“Nos interesa mucho dotar de un relato a todo lo que hacemos”

El videoclip de “Verano”, la estación asociada a vivir, se ha montado con escenas de vuestra anterior gira. ¿Es cuando más vivos os sentís?
Sin duda. Tocar es lo que nos da la vida, es lo que nos hace escapar de la frustración constante del día a día, de nuestros curros de mierda en fábricas y oficinas miserables. No hay nada mejor en la vida que viajar con tus colegas y hacer música, definitivamente.

En “Otoño”, envejecer, cantáis en el estribillo eso de “Ya no estás y te echamos de menos”. ¿Habla de alguien en concreto?
Es una historia personal que habla de alguien en concreto, por supuesto… Pero también es un homenaje a toda esa gente que abandonó la miseria para venir a una tierra extraña, en la que luego construyeron un hogar a base de esfuerzo y sacrificio. Gente que no tuvo una vida fácil, pero que nos dieron todo lo que nunca pudieron tener, rompiéndose la espalda a currar.

Cierra “Invierno”, la canción más oscura del álbum. ¿Está influenciada por la crisis sanitaria?
Es un tema que está basado en el poco respeto del hombre por la naturaleza y de cómo el planeta permanecerá, pero nosotros no; de cómo vendrá un invierno eterno que acabará con todo en un colapso inminente, de la raza humana, aunque aun así la esperanza y la piedad siguen siendo una fuerza vital necesaria.

Ahora ya estáis presentando el nuevo trabajo a buen ritmo. ¿Cómo se presenta el futuro?
Bastante bien, la verdad. Estamos muy agradecidos, hay mucha gente que nos está llamando para tocar, el EP está funcionando bien y nos sentimos bendecidos en general.

Es vuestra sexta entrega discográfica desde que La Inquisición nació en 2015, casi a disco por año. ¿Se puede decir que sois unos culos inquietos?
Nos gusta mucho esta cosa nuestra del punk, sí. Definitivamente.

 

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