“Nuestro mejor patrimonio es el público que tenemos”
EntrevistasLa Habitación Roja

“Nuestro mejor patrimonio es el público que tenemos”

Carlos Pérez de Ziriza — 25-11-2020
Fotografía — Gustaff Choos

Todo está en las canciones. Así de simple. Y así de bonito, a la vez. Siempre ha sido así para La Habitación Roja, desde que en 1995 empezaran a rodar sus primeras composiciones sobre los escenarios.

Y sigue siendo así, quizá más aún, en este extraño y complicado 2020 en el que todo estaba preparado para que pudieran celebrar su 25 aniversario: todo un hito en una escena tan discontinua como la valenciana, poco propensa a las exhibiciones de longevidad. Eran más de cincuenta los conciertos que tenían en su agenda para este ejercicio, el más apretado en toda la historia de la banda. Todo iba a salir rodado. El resto, ya lo sabemos: en marzo estalló todo, y se llevó por delante cualquier previsión. “Estamos ante una sacudida enorme para toda la sociedad, un terremoto a todos los niveles, y la pandemia ha sido la puntilla”, nos cuenta Jorge Martí por Skype desde su casa en Molde (Noruega), en uno de los recesos domésticos de un año en el que no ha dejado de viajar – con sus correspondientes cuarentenas – entre España y el país escandinavo. “Nos hemos ido a la mierda todos, te explican todo esto hace un año y no te lo crees”, afirma.

“No creo que hayamos vivido un momento más complicado que éste como banda, pero nuestra respuesta ha sido el unirnos más".

“Nunca habíamos suspendido conciertos”, dice. Hasta que en 2018 tuvieron que aplazar presentaciones por aquella embolia pulmonar que le tuvo unos días en el hospital y le propinó un susto morrocotudo. Ahora, cuando su cadencia editora ha sido de un par de años entre cada disco, se han encontrado con esto. “Queríamos hacer algunos conciertos especiales en formación de sexteto, recuperando a Edu (Martínez), nuestro antiguo teclista, de hecho, habíamos seleccionado 25 canciones y nos habíamos metido en el estudio de Luis Martínez, Little Canyon, en Burjassot (València), y teníamos en el horizonte el FIB, Low, Sonorama, etc… con lo que la idea de centrarnos en las canciones que habíamos escogido para nuestro 25 aniversario”, recalca. “Los ensayos empezaron el uno de marzo, hasta que el doce nos despedimos y no volvimos a vernos hasta agosto”. Fue ese el día en el que Jorge, Pau Roca, Marc Greenwood, José Marco y Endika Martín tuvieron que dejar de verse a diario y posponer los planes de un ejercicio que se prometía el más próspero de sus vidas.

Eso no significa, ni mucho menos, que La Habitación Roja hayan estado parados. Se las han ingeniado para trabajar a distancia, cada uno desde su domicilio, dando carrete a la retahíla de canciones nuevas que han ido acumulando y publicando cada dos meses a través de sus redes sociales, y que iban a formar parte de un nuevo álbum. Que formarán parte de su próximo álbum, vaya. Las canciones siguen mandando, hasta el punto de que hay una nueva llamada precisamente “Las canciones”, una oda al poder de la música pop como refugio, como poder casi curativo. “En una situación tan dura como la que hemos pasado, te refugias en la música, en las canciones, las que siempre están ahí”, comenta Jorge, abundando en la idea de que “estar creando mantiene tu cabeza centrada en algo, te sientes mejor y aportas algo a la comunidad: una de las cosas más bonitas que nos han pasado es la respuesta de la gente, que te considera su grupo, parte de su vida, y se guarda la entrada de un concierto aplazado hasta el año que viene, creo que nuestro mejor patrimonio es el público que tenemos, algo que me conecta con algunas de nuestras bandas favoritas, como Teenage Fanclub, que anuncian nuevo disco”, abunda. De hecho, se refiere al último gran bolo que ha tenido que ser pospuesto por la crisis sanitaria, el que iban a celebrar en La Riviera de Madrid, con más de 1.600 entradas vendidas, que ha tenido que ser pospuesto a noviembre de 2021. Se mantienen, eso sí, aunque sea con reducción de aforo al 50%, los dos conciertos por su 25 aniversario en casa, en el Teatre Principal de València, los días 11 y 12 de diciembre próximo. “No creo que hayamos vivido un momento más complicado que éste como banda, pero nuestra respuesta ha sido el unirnos más… como cuando un país es atacado y hay una ola de patriotismo, pues eso: somos un grupo que ha pasado por enfermedades, penurias y éxitos, y al ser como una familia, los lazos son tan fuertes que lo malo queda en un segundo plano”, argumenta Martí con lógico orgullo.

Estribillo a estribillo, estrofa a estrofa 

En cualquier caso, cuando hablamos de la primacía de las canciones en la trayectoria de La Habitación Roja, no es una frase hecha: es en su nueva remesa en donde se aprecia más ese cuidado por que cada una de ellas sea como un mundo propio, sin coartadas conceptuales, sin necesidad de darle una unidad temática ni tampoco de tratamiento sonoro a sus diferentes pistas. Entre el enérgico y electrizante final de “El miedo abierto” y el synth pop de “Años luz”, media todo un mundo. Son dos de las siete canciones que ya registraron en los estudios de Paco Loco en el Puerto de Santa María, hace justo un año, en noviembre de 2019, y que se iban a ver prolongadas por otra tanda de siete este año: en total, catorce canciones que finalmente se estirarán a veinte, y serán publicadas en dos entregas sucesivas a lo largo de 2021, si el virus lo permite. Una en febrero y otra a finales de año. “Sí, en este caso somos más que nunca una banda de canciones. La forma de trabajar de Paco Loco es ir canción a canción, no grabar las baterías del tirón, o todos los bajos de una, de manera que el que ya ha acabado su parte se puede marchar a su casa. No. Con Paco todo el mundo está conectado hasta que se acaba el disco y solemos grabar cada instrumento por separado. El resultado final es siempre imprevisible y te acaba sorprendiendo. Es como un puzzle sonoro, un trabajo de orfebrería al estilo de George Martin con los discos más experimentales de The Beatles. Venga a probar cosas”. Comenta Jorge Martí que “es muy divertido y muy edificante, porque te hace probar cosas y jugar como niños, y al grupo le viene muy bien porque le hace sonar de una forma más osada, asumiendo algo más de riesgo, dándole garra a las canciones y mezclando las virtudes del grupo: buenas melodías y letras que tienen la capacidad de llegar a la gente, porque escribir bien no es solo utilizar palabras muy raras, tener un gran vocabulario y ser un erudito (que también puede estar muy bien). Lo realmente importante es la capacidad de contar bien una historia y llegar a la gente”, dice.

Jorge lo sabe cada vez mejor, ya que está ahora mismo envuelto en la fase final de redacción de un libro autobiográfico que también verá la luz en 2021. Los referentes de La Habitación Roja son los de siempre, y todos ellos apuntalan esa fórmula que han ido puliendo con el paso de los años, y que resulta tan fiable: “Creo que seguimos teniendo esa virtud, la de mezclar la tradición del pop, la que nos viene de R.E.M., The Smiths, The Cure, New Order, La Dama Se Esconde, Radio Futura o La Granja, grupos que siempre nos han gustado, con cosas que los grupos, digamos más clásicos o standard, jamás utilizarían: ejemplos claros son “La Luz”, “Yo me pregunto”, “Años Luz” o “Patria”, en las que hay capas y sonidos de todo tipo, muchos sintes, cajas de ritmo o pads, ya que siempre nos gusta probar cosas, y de hecho Paco (Loco) comenta a menudo lo abiertos que estamos a experimentar lo que sea”.

Nueva etapa

A la confianza depositada en Paco Loco como productor y en el valenciano Luis Martínez a las mezclas, se suma el impulso que siempre procura un cambio de sello. Tras casi dos décadas con Mushroom Pillow, hace ya meses que es Intromúsica quien pone en circulación la producción de los de L’Eliana. “El cansancio tras tantos años de relación es lo que lo motiva, porque todos necesitamos cambios para no dar las cosas por sentadas, refrescarnos con nuevos inputs, y como había cierto distanciamiento, decidimos no seguir con Mushroom Pillow”, confiesa. “Tenemos un acuerdo tácito con Intromúsica para ir sacando canción a canción, cada dos meses, pero de una forma muy relajada: Máximo (Lario) es un entusiasta, un gran promotor y fan de LHR, así que decidimos irnos con ellos también por ese factor personal. La lástima que Ernesto (González), que también formaba parte del equipo, no haya podido seguir, ya que falleció en mayo”, lamenta.

“Hemos tenido la suerte de tener más conciertos este año que la mayoría de grupos, pero en circunstancias excepcionales". 

Otro pequeño impulso en medio de la tormenta, y totalmente inesperado, ha sido la inclusión de “Indestructibles”, una canción del álbum "Fue eléctrico" (2012), en la banda sonora de la serie televisiva "Élite" (creada por Carlos Montero y Darío Madrona), estrenada en Netflix. “Es la primera vez que nos pasa, y ha llegado a ser número uno en Shazam en varios países”, nos cuenta Jorge. Es algo que viene a conectar con una de las constantes de la banda a lo largo de su carrera, sobre todo durante la última década: su capacidad para enganchar a nuevos oyentes, mucho más jóvenes. “Hemos logrado conectar, pese al escalón generacional, ya sea por los festivales o por la serie, con un público más joven que a lo mejor no va a tus bolos de sala, pero sí a los festivales, y se sabe tus hits”. Y es que el vértigo ante el paso del tiempo también está presente en algunas de las nuevas canciones de La Habitación Roja. Jorge Martí encara los cincuenta mientras su hija mayor, ya una adolescente, atraviesa la misma edad que él (que todos, vaya) tenía cuando empezó a salir, a frecuentar discotecas, a consumir música de forma compulsiva y apasionada, y eso explica canciones como “1986”, escrita recordando el año en el que él tenía la misma edad que tiene ahora su hija: “Para los adolescentes esta pandemia ha sido muy dura, mi hija mayor es demás una chica muy tímida, con mucho potencial, que en parte me recuerda a mí, y la canción habla un poco del teenage angst, y claro que da vértigo ver cómo pasa el tiempo y ella sigue ya su propio camino”, cuenta.

Al final, la escritura de las nuevas canciones y la del libro autobiográfico en el que lleva meses embarcado se entrelazan en el quehacer diario de Jorge Martí. Y el parón escénico, que en el caso de LHR no ha sido total (“hemos tenido la suerte de tener más conciertos este año que la mayoría de grupos, pero en circunstancias excepcionales, con muchas limitaciones y sin mucha rentabilidad, porque tal y como se han de hacer las cosas ahora las cuentas no salen”), también ha favorecido que haya un poso extra de reflexión en todo lo que ha ido saliendo de su pluma este año: “Escribiendo el libro, recordaba ir a discotecas como Espiral o Barraca, cerca de València, y recordé el momento en el que entré por primera vez en Espiral, que sonaban Talking Heads, The Cure, luego The Smiths… ahora los adolescentes son más precoces en algunas cosas pero empiezan más tarde en otras: salen más tarde, beben poco, tienen culto al cuerpo y a la imagen… también me acuerdo siempre de “Thirteen”, de Big Star, y es bonito escribir sobre esas etapas tan puras de la vida, antes de corrompernos”, afirma.

De hecho, esa canción que mencionábamos antes, “1986”, brinda un guiño explícito al “There is a Light That Never Goes Out” de los Smiths: “Creo que es mi canción favorita de todos los tiempos, recuerdo que el "The Queen is Dead" (1986) lo robé en el Corte Inglés, y lo cuento en el libro, mi hija se fue con unas amigas de fin de semana hace poco y me mandó un video cantando esa canción con ellas, porque sabía que me iba a tocar la patata, y creo que esa luz que nunca se apagará es también el amor incondicional de un padre hacia su hija, como la escena aquella de "Una historia verdadera" (David Lynch) en que el protagonista le explica a la chica que se ha escapado de casa, con el ejemplo de los palitos, lo fuerte que es la familia cuando sus miembros se apoyan entre sí y están juntos y cohesionados, y así es la familia de La Habitación Roja”.

Versatilidad a la fuerza

El teletrabajo, ese del que todo el mundo ha echado mano este año, ha cobrado una dimensión imprevista en la vida de La Habitación Roja: “Durante la pandemia hemos hecho nuestros videos, nuestras hojas de promo… hemos hecho de cámara, músico, editor, de todo, y el grupo ha demostrado que es capaz de pasar esta travesía del desierto mejor que otros grupos que son más grandes por su estructura, y también mejor que otros más pequeños que seguramente estuvieran menos preparados”, explica Jorge Martí. “Somos versátiles, capaces de hacer acústicos, charlas, tocar en garitos y adaptarnos”, dice.

Canciones como “La luz” (que pone sobre el tapete el síndrome de fatiga crónica, por el caso de Whitney Dafoe), “1986”, “Taquicardia”, “Años luz”, “Cuando el mundo colapse”, “Patria”, “Las canciones” o “El miedo abierto”, algunas de ellas con excelentes videoclips – como el que Juanma Carrillo les hizo para “Taquicardia” – , formarán parte de esa entrega doble que llegará en 2021.

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