Corredores de fondo
EntrevistasLa Habitación Roja

Corredores de fondo

Rafa Angulo — 17-04-2007
Fotografía — Archivo

Una década en activo da para mucho, bueno y malo. En el caso de los valencianos, cada paso dado durante estos años ha sido para mejor, ya que se han revelado como aplicados estudiantes de, no sólo los errores cometidos, sino de las propias virtudes a explotar. La Habitación Roja acaba de entregar lo que es su mejor disco: “Cuando ya no quede nada” (Mushroom Pillow).

“Popanrol” era el pistoletazo de salida de unos corredores de fondo que desde ese momento jamás han sufrido de soledad. Al menos no en cuanto a incondicionales de la banda, que ha ido ganando adeptos disco a disco y directo tras directo. Han conseguido crear su propia marca, un estilo que se ha sustentado siempre por la música y el dominio de unos instrumentos que a día de hoy, son una articulación más de cada miembro de La Habitación Roja. “Cuando ya no quede nada”, último trabajo del grupo, apuntala lo que les cuento, ya que los once cortes de este trabajo marcan un antes y un después a base del engorde de un sonido pleno de intensidad y un discurso maduro, cercano y realista. Jorge (voz y guitarra) y Pau Roca (guitarra) contestan por teléfono a mis preguntas. Albini vuelve a estar detrás de los controles, aunque sin los ingredientes adecuados, este cocinero no habría hecho nada. Me pregunto si Albini ha influido en la mayor electricidad de los temas registrados.

"No nos interesa para nada ir de malditos ni torturados"

(Pau) “Ha sido al revés. Como en la gira anterior a ‘Nuevos Tiempos’ nos notábamos muy energéticos, decidimos ir a grabar con Albini, que es el mejor grabando energía. Su mayor virtud es plasmar lo que tú quieres plasmar”. Si les hubieran dicho que algún día sonarían tan enérgicos como en la primera mitad del disco no sé si se lo hubieran creído. (Jorge) “Creo que hay un cambio de actitud desde hace dos o tres años en el grupo, no es por Albini o Marcos (responsable de Mushroom Pillow) solamente. De alguna manera, lo que queríamos era salir y tocar cada concierto como si fuera el último y tomarnos cada grabación como si fuera la última”. No hay muchos grupos que puedan presumir como ellos de haber llevado el peso de los años, los cambios de actitud, el cansancio o los sinsabores que hayan podido sufrir. No ha habido cambios en la formación, y cuando te plantas frente a un concierto de LHR lo que se respira es unidad. (Pau) “Yo creo que es como en las parejas. Vas pasando fases y nos conocemos tanto que después de tanto tiempo pelearnos... Piensa que hemos crecido juntos”. (Jorge) “Antes nos conocíamos menos, y ahora nos conocemos demasiado (risas).

"Creo que hay un cambio de actitud desde hace dos o tres años en el grupo"

De alguna manera somos como familia más que como amigos. Es una relación de hermanos o algo así”. (Pau) “Si no sería imposible aguantar, por ejemplo, a Jose. Sin este trato de familia, al chaval este...”. ¿Es verdad que “El eje del mal” hablaba de Jose, vuestro batería? (Jorge) “Sí” (Pau) “Y Jose además está encantado, ¿eh?”. (J) “Parecía un poquito rollito Aznar, pero no, era Jose (risas).

A Aznar le vuelven a dar protagonismo en otra de las canciones, y es que “Tened piedad del expresidente” está dedicada a esa gran vergüenza que nos toca tener sentando cátedra por el mundo, sin ninguna memoria histórica ni respeto. (Jorge) “Intentamos huir del panfleto, pero es una canción bastante crítica y yo creo que explícita a la vez que irónica. Siempre suele estar de actualidad, metiendo la pata y tal. Sale diciendo cosas como que nadie le ha pedido perdón por invadir su país durante siglos y tal (risas). Con barbaridades de ese tipo, como que nos quedamos alucinados y pensamos que había que hacer una canción”.

Hablamos del orden del disco, y de su clara vocación de vinilo con dos caras. (Pau) “Personalmente me gusta más la cara B, pero pensamos que hay que poner un poco de marcha al principio. Ahora no es como antes, que te comprabas un disco y lo escuchabas hasta la saciedad, entre otras cosas, porque no podías comprarte más, igual un par, ¿no? También es que queremos hacer vinilo, y no pensamos en que una canción sea la séptima, sino la primera de la cara B”.

En esa cara se calman los ritmos, aunque sin perder gancho en ningún momento. (Jorge) “Pienso que las canciones que tienen un tempo más pausado son igualmente intensas. En ese aspecto hemos intentado recuperar el espíritu de ‘Largometraje’ pero con todo lo aprendido durante años. ‘Largometraje’ era un disco que tenía atmósferas ensoñadoras y románticas, pero que a veces se podía hacer un poco pesado, por el minutaje y porque faltaba tensión”.

En este trabajo no falta tensión, ni energía, se lo intuye como un trabajo hecho desde el corazón y el consenso de cuatro músicos que van por el mismo camino. Cosa de agradecer. (Jorge) “Estoy muy contento de tocar en un grupo con ellos tres, porque me he dado cuenta de que más allá de desencuentros o de cosas que nos separan hay un montón de cosas que nos unen. Algo como juntar treinta canciones y tener que hacer la selección y ver que en el papel que cada uno habíamos escrito con la propuesta, todos coincidiéramos y pensáramos igual... Me ha gustado mucho la manera en la que la democracia real está instaurada en el grupo y el modo en el que todo el mundo pensamos en la canción, superando egos”.

Alegra escuchar algo así en tiempos de bandas que están consiguiendo echar por tierra lo que en tiempos era una carrera brillante. (Pau) “Nosotros tenemos una visión muy realista de la música, una visión de bar, restaurante y copa. De pasarlo bien. No nos interesa para nada ir de malditos ni torturados. Hacemos lo que nos gusta, y en ese sentido somos muy Tachenko”.

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