En tu web dices que llevas más de 60 conciertos de “Hendra”. ¿Cómo ha cambiado tu visión del disco desde que empezaste a girar con él?
Cuanto más tocas una canción, más te familiarizas y empiezas a estrechar lazos con ella. Me he pasado la mayor parte del año tocando, con Bernard (Butler) a la guitarra, y siempre hay un elemento de improvisación en las canciones. Bernard nunca toca lo mismo cada noche, así que alargamos algunas partes de las canciones y nos damos la posibilidad de jugar un poco con las canciones para que respiren.
No has parado de trabajar, pero hace mucho que no te subías a un escenario solo con una guitarra, ¿cómo te has sentido?
Al principio me causaba mucha ansiedad. De todos modos, casi siempre he estado haciendo alguna cosa sobre el escenario… Llevo años pinchando pero el hecho de estar ahí con una guitarra, y sobre todo el hecho de cantar, es algo muy diferente y me ponía muy ansioso. Sobre todo al principio de la gira. Estaba muy nervioso, y eso es algo que no va con mi carácter. Soy una persona muy tranquila en todas partes, y también en el escenario, que es un sitio que encuentro muy cómodo para pasar un rato, pero la verdad es que había pasado mucho tiempo, y significaba mucho para mí, aunque al principio fuera algo, tal vez, demasiado trepidante.
Estás en medio de la gira y en España vas a tocar en sitios y fechas diferentes, Bilbao, Madrid, y Primavera Sound en Barcelona. ¿Cómo planteas cada concierto, cuáles son las diferencias entre un público y otro?
No me lo planteo como cosas diferentes. La música que toco es muy directa, se establece un relación directa entre la música que tocas y el público, requiere atención por parte de los asistentes, pero no hago mucha diferencia si hay trescientas personas en un teatro o tres mil en un festival, porque van a recibir el mismo impacto de las canciones. El año pasado estuve tocando en clubes muy pequeños y después estuve en algunos festivales como el Summer Sonic de Japón, y te das cuenta de que si haces algo muy mínimo pero muy directo en medio de un festival, a media tarde, puede resultar muy potente. Hay que pensar en Richie Havens en Woodstock, como el gran intérprete de folk que está en medio de todos los grupos de rock, y que también puede ser muy fuerte; así que trato de no cambiar mucho. Hago lo que hago y espero que funcione.
Sí, a veces un susurro llega antes al corazón que un grito en una canción.
Sí, pero es que eso tiene truco, porque la gente terminará acercándose a ti para oírte mejor si lo haces de esta manera.
Obviamente, me sorprendió tu elección de hacer un disco de pop o de folk más o menos acústico. ¿Por qué no hacer un disco de electrónica?
Bueno, piensa que me pasé diez años haciendo música electrónica, remezclas y temas para clubes, monté Buzzin Fly, he trabajado de DJ, y creo que he llegado a un tope, que me he quedado sin ideas en ese aspecto, al menos por un tiempo; y me he dado cuenta de que echaba de menos interactuar con otros músicos, y estar con dos o tres de ellos en un local o en un escenario simplemente tocando e improvisando. De pronto, las herramientas básicas para hacer música se han vuelto muy atractivas para mí. La madera, el acero, el aire, y la voz humana se han vuelto a poner delante de mí como si fueran una paleta diferente de colores con la que quiero colaborar. Ya he tenido suficiente de efectos, cajas de ritmo y sonidos sampleados; quiero volver a los ingredientes primigenios.
Hace muchos años que leí “Paciente”, tu primer libro, y puede que esté equivocado, pero me llevé la impresión de que después de superar la enfermedad, la electrónica, de algún modo, salvó tu vida musical, haciéndotelo todo más fácil, de modo que era casi impensable que volvieras a hacer algo como “Hendra” dependiendo solo de tus manos y tu garganta.
Si te soy sincero, es mucho más cansado pinchar hasta las seis de la mañana que tocar un concierto acústico hasta las diez de la noche. En mis días como DJ, creo que me forcé hasta el límite físicamente alguna noche sobre el escenario. Hubo dos o tres ocasiones en las que accedí a pinchar toda la noche, y me tiraba unas ocho horas de set, que es mucho rato, así que… No estoy de acuerdo con lo que dices, porque trabajar en la música electrónica o como DJ, es para cansar a cualquiera. Andar de viaje como lo hacen los DJ’s es muy cansado, puedes esperar algo como pinchar en Nueva York una noche y en Ibiza la siguiente, es una vida extenuante.
Durante estos años has hecho muchas cosas, pero ya hace quince años del último álbum de Everything But The Girl, y mucho más del primero tuyo en solitario. ¿Ha habido momentos durante estos años en los que te hubieras planteado publicar más canciones pero no tenías suficientes, considerabas que no era el momento, o simplemente no te llamaba el pop de nuevo?
En el fondo es que no tengo una montaña escondida de canciones en ninguna parte, trato de escribir con un propósito único… No tengo canciones inéditas dando vueltas por ahí. Las canciones de “Hendra” se escribieron en un periodo corto de tiempo cuando tuve la inspiración para escribirlas, más o menos al principio de 2013. Creo que es la manera que prefiero para afrontar este tipo de cosas, sentir una necesidad y ponerme a trabajar deprisa.
¿Y qué me puedes decir sobre el sonido del álbum? Fue una grata sorpresa pensar en lo que ibais a hacer Bernard Butler y tú…
Obviamente estoy al tanto de cómo es mi sonido: mi voz tiene un sonido amable, y escribo de una manera muy melódica. Las progresiones de acordes que hago suelen ser bastante impresionistas con elementos de folk y de jazz. Esas son mis herramientas, mis colores naturales, pero con las letras que estaba escribiendo, sabía que necesitaba un color un poco más oscuro, que rozara un poco el filo para que las letras hablaran por sí mismas. Así es como me di cuenta de que necesitaba una colaboración como ésta, porque quería que esta vez hubiera elementos de blues. Entonces, conocí a Bernard por casualidad, y cuando empecé a pensar en su manera de tocar la guitarra, me di cuenta de que él iba a ser el contrapunto perfecto, el envoltorio adecuado para lo que me estaba planteando. Todo se basa en el contraste, ¿no? Yo hago la parte amable y dulce, mientras que Bernard trae el material más oscuro. Es la clásica relación entre el cantante-compositor y el guitarra principal, como David Bowie con Mick Ronson, o Paul MacCartney con Denny Lane, le da una dimensión distinta a la música, o una tensión y un dramatismo muy necesarios…
Cada uno de los álbumes en los que has trabajado desde los 80, ya sea en solitario, con Everything But The Girl, Beth Orton, o cualquier otro, es un universo sonoro diferente y casi opuesto a los demás. Lo que me ha sorprendido es que “Hendra” sea así de bluesy, pero además tenga un sonido tan tremendamente limpio como tiene. Eso sorprende cuando quieres dejar clara la parte oscura de tus canciones.
Creo que lo decidimos en la mezcla final para que se mantuviera toda su frescura, que la voz fuera muy clara, que las letras estuvieran siempre ahí delante, y para que cada uno de los instrumentos y los arreglos fueran completamente audibles. Y esa parece que fue la manera en la que la mezcla terminó haciéndose, sí. Bernard aporta su distorsión y un poco de oscuridad pero, como apuntas, el disco tiene un sonido muy puro. Es un sonido muy honesto con todos sus ingredientes. Es el disco que quería hacer. Le pasamos este material a Ewan Pearson para que forzara este tipo de producción, por lo que le dejamos tomar los mandos. Lo grabamos todo con un nivel muy alto de fidelidad… pasamos mucho tiempo entre micrófonos muy caros para que hubiera un señal de sonido muy clara en la grabación. Eso se transformó en seguida en una parte importante del proyecto.
Llevamos un rato hablando sobre algo que hiciste el año pasado, algo natural, pero con todo lo que has hecho por medio, tiene que ser curioso que lo estén relacionando constantemente con algo que hiciste hace más de treinta años.
La verdad es que estoy muy agradecido de que alguien hable sobre “North Marine Drive” de cualquier manera, cualquiera estaría agradecido por algo como eso, porque significa que aún queda gente que está interesada en tu trabajo. No hay que dar nunca nada por sentado ahora que hay tantísima música ahí fuera. Nunca ha habido tanta música como hay ahora, y para captar algo de atención sobre tu trabajo, tienes que ser humilde. Siempre me gusta que alguien se acerque para comentarme que apoya lo que hago.
Ahora deberíamos hablar además sobre tu nuevo libro, “Romany And Tom”, y su confección, porque me da curiosidad cómo te tomas tu trabajo, ¿qué espacio ocupan en tu mente un libro o un disco? Ahora mismo tenemos novedades tuyas en todos los campos.
Desde fuera puede parecer que soy muy prolífico, parece que me paso la vida presentado trabajos que he hecho, pero desde dentro, desde mi posición, la verdad es que hay muchas semanas que se van sin darme cuenta, sin tener ninguna idea nueva. Son momentos en los que le das vuelta a todo tratando de encontrar una dirección nueva, un nuevo sonido de guitarra, o una manera diferente de decir algo en un libro; y pueden significar periodos largos de improductividad, cuando empiezas a dudar de tus habilidades, a pensar que te estás repitiendo a ti mismo, y de repente tienes suerte, te encuentras con algo nuevo, fresco, y entonces reaccionas y consigues hacer algo de verdad. Algo así ocurrió con “Romany And Tom” en 2012, por lo que me pude meter a fondo con “Hendra”, y entonces me encontré conque los dos proyectos iban a publicarse casi al mismo tiempo en 2014. No fue algo que yo eligiera, si hubiera tenido opción, habría separado un poco el libro y el disco, pero no puedes elegir cuándo creas, simplemente lo haces. Al final decidimos sacar los dos proyectos al mismo tiempo… tiene sus ventajas, aunque también hay ciertos inconvenientes, pero al fin y al cabo, es lo que es.
¿Cómo estás ahora, crees que eres capaz de continuar próximamente o vamos a tener que esperar diez años para disfrutar de otro trabajo tuyo?
De ninguna manera, quiero seguir con esto. Tengo algunas canciones nuevas, y creo que puedo grabar algo mucho más rápido porque he disfrutado mucho haciendo “Hendra”. Me encanta ir de gira, tocar con Bernard, y subirme a un escenario, que es un sitio que ya había percibido… Hablo del sentido concreto de “sentir”, porque de alguna manera es algo auténtico, pero a la vez he notado una cierta presión para escribir otro libro porque “Romany And Tom” está siendo muy bien recibido, he ganado premios en el Reino Unido, por lo que a mi editor le gustaría que probara a escribir ahora algo de ficción, o tal vez una novela, así que tengo que decidir qué es lo que voy a hacer a continuación, libro o disco… Y estoy tratando de que salga de una manera natural, sin forzarlo.
Quedamos a la espera, maestro...
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.