Va cambiando de chispa para que nada cambie, para seguir siendo él mismo porque le apetece. “Enhorabuena a los cuatro” (Mushroom Pillow) es su tercer álbum en dos años, grabado en Madrid en el estudio de Red Bull con amigos de La Habitación Roja, Ellos, Maronda, Tachenko, Linda Mirada y Annie B Sweet. Como dice Antonio Luque, “este disco trata del amor desde un punto de vista social”, es directo y contundente, incluso demasiado para alguien que lleva un tiempo diciendo que grabará solo y se producirá a sí mismo, o que tiene ganas de recurrir al productor Brian Beattie después de haber escuchado cómo desnuda musicalmente a Bill Callahan. El único pero que se le puede poner es lo que se está acercando a la sobreexposición. “Pero es que a mí me gusta hacer canciones, y no es tan difícil juntar diez. ¿Que la gente se cansa? Bueno, pues pararán un poco. Ni siquiera pido que se compren todos los discos. ¡Si se los van a descargar! Qué más da que haga muchos o pocos.” Él mismo. “Cuando esté completamente satisfecho, será el último disco, pero parece que siempre se nos ha quedado algo en el tintero, entonces uno intenta, como decía Julio Cortázar, que cada obra sea un boceto de la obra definitiva.” ¡Y que el resto tenga templanza para aprehenderlo a buen ritmo! “El último disco no es que sea el mejor, sino que es el que mejor te representa. Si escucho “El por qué de mis peinados”, siento que ese chaval ya no soy yo. […] Si hay alguien que quiere que haga ese disco otra vez, que se lo compre y se lo ponga hasta que explote.” Haber cambiado la barra del bar por la red social, puede que no sea un triunfo. “No vamos a aprender tolerancia, y me arrepiento de meterme en el lodazal de opinar sobre política. La gente está muy cabreada, tiene motivos y hay que tener mucho cuidado con lo que se dice, y yo no lo estoy teniendo, por lo menos con ciertos medios. Otra cosa es que vuelva a manifestarme para “el tío” de Facebook.”
Una lástima la evolución de este hombre...