La familia y muchos más
EntrevistasArchitecture In Helsinki

La familia y muchos más

Jordi Nopca — 02-10-2007
Fotografía — Archivo

Aunque hayan perdido a dos de sus tripulantes recientemente por abandono de su barco músico-surrealista, las ganas de descubrir nuevos sonidos a partir de su bagaje pop, rock, funk o calypso les han llevado a publicar su tercer disco, “Places Like This” (Coop/Sinnamon), donde esta vez construyen, con más espíritu de banda que de colectivo, un pequeño mundo variopinto, divertido y bailable.

La entrevista con Architecture In Helsinki fue una de aquellas aventuras que uno recordará toda su vida. Acostumbra a ser normal que los artistas no sean puntuales a su cita –aunque ellos tenían sus razones: tuvieron que pagar 200 € de multa en el aeropuerto por exceso de equipaje–, pero ya no es tan habitual que te echen dos veces del mismo restaurante donde intentábamos seguir el método tradicional pregunta-respuesta (estaban preparando las mesas, alegaron los camareros). Ya definitivamente instalados en unas escaleras, en el hall del hotel –con clientes subiendo y bajando, que obligaban a parar la entrevista cada treinta segundos, aproximadamente– descubrimos el alboroto que puede llegar a armar una tuna que, mientras esperaba también en el hall, ensayaba las canciones con las que “animarían” más tarde una boda.

"Nuestro principal interés es que la gente se lo pase bien y baile escuchando nuestras canciones"

En medio de tantos contratiempos, nosotros preguntábamos a James Cecil por la importancia “del elemento desconocido” que siempre buscan Architecture In Helsinki en sus canciones, eso según Cameron Bird, cantante y multiinstrumentista (como los otros cinco –antes siete– miembros del grupo). “Ponernos a escribir canciones sin saber hacia dónde irán es realmente importante para nosotros. Con cada canción intentamos hacer algo nuevo: no queremos repetirnos, y tampoco queremos sonar como otras bandas”, nos cuenta, y automáticamente nos viene a la cabeza el cut‘n’paste estilístico entre y dentro de las canciones de “Fingers Crossed” (04) o “In Case We Die” (05), sus anteriores trabajos, donde conseguían resultados estrambóticos gracias a coger elementos del pop raro de los B-52’s, del funk ochentero de los Talking Heads, de las bandas musicales que acompañan a los entierros y de tantas otras partes. En “Places Like This” nos entregan una decena de canciones que abandonan ligeramente el barroquismo instrumental de sus predecesores y se centran en transmitir raudales de energía positiva. “Nuestro principal interés en estos momentos es que la gente se lo pase bien y baile escuchando nuestras canciones. Queremos transmitir un placer inocente, aunque el grupo ya no sea tan inocente como cuando empezamos hace siete años”. Hace unos meses Isabel Knowles y Tara Shackle dejaron el grupo, embarcado actualmente en una gira prácticamente perpetua que, en opinión de Cecil, aunque les haga olvidar en que día de la semana están les permite estar más centrados en la música. “Para hacer el primer disco tardamos dos años, para el segundo ocho meses y para el tercero ocho semanas. Sabíamos muy bien cómo tenía que sonar ‘Places Like This’: queríamos que las canciones fueran más directas, que hubiera menos cambios dentro de una misma canción y que, sobre todo, fuera bailable y excitante”. La mayor parte del disco fue grabado en Nueva York en septiembre de 2006 después de volver de un tour de cinco semanas con Clap Your Hands Say Yeah! en el cual probaron su nuevo repertorio a diario. “En la mayoría de canciones se dio por buena la primera o la segunda toma, ya sea porque las habíamos estado tocando en directo recientemente como por Chris Cody, el ingeniero de sonido y responsable de los últimos discos de TV On The Radio, Yeah Yeah Yeahs y Blonde Redhead”. Si el método de grabación fue rápido y efectivo, la creación de las canciones no fue tan sencilla, primero, porque tenían que readaptar el sonido de Architecture debido a que eran dos miembros menos, y segundo, porque Cameron se fue a vivir a Nueva York, mientras los otros cinco compañeros de grupo se quedaron en Melbourne. “Cameron nos enviaba un MP3 con el esqueleto de la canción y entonces cada uno, desde el pequeño estudio que tenemos en nuestras casas, teníamos unos días para hacer nuestras propuestas, que podían ser muy variadas, teniendo en cuenta que todos nosotros tocamos varios instrumentos y que también hacemos nuestras aportaciones vocales”. De hecho, escuchando algunas de sus nuevas canciones como “Hold Music” certificamos que las armonías y locuras vocales dispares (gritos, aullidos y susurros siempre emocionantes) son parte fundamental del encanto de Architecture In Helsinki, así como la variedad instrumental, que en “Places Like This” elimina buena parte de los metales y la larga lista de colaboradores de sus anteriores trabajos por cuestiones prácticas a la hora de viajar y también debido a las interminables pruebas de sonido antes de los conciertos. Fieles a su voluntad de seducir al público con canciones bailables, los australianos han escogido como primer single “Heart It Races”. Sin duda se trata de una de las canciones más pegadizas del álbum –atrevernos a decir que es de las mejores sería demasiado arriesgado–: las reminiscencias de la música calypso son evidentes, en buena parte gracias al uso del steel drum, instrumento tradicional de la isla de Trinidad cuyo sonido oscilante y etéreo embelesa a la primera escucha. “Es una canción muy simple. Un niño la podría cantar por la calle: tiene rimas muy sencillas y un ritmo realmente contagioso. El uso del steel drum crea un ambiente muy cálido, y es el resultado de que lo que más escuchamos en Architecture In Helsinki es world music, música dance y un poco de rock y folk”. Y entonces, ¿de dónde salen las bases hip-hop de “Feather In A Baseball Cap”? “Esta canción apareció como cara B de nuestro primer single, ‘Like A Call’, hace cuatro años, y decidimos volverla a grabar. En esos momentos escuchábamos bastante música hip-hop, y aunque muchos de los problemas de los cuales hablan nos quedan muy lejos, ha tenido influencia en nuestra música. El hip-hop que más me gusta es el que se puede bailar: Run DMC, por ejemplo. También me interesa mucho el punk-funk de Talking Heads, o Arthur Russell, influencias que se pueden ver en ‘Hold Music’ o ‘Lazy (Lazy)’. Poco a poco vamos perdiendo el miedo a decir qué música escuchamos y cómo la utilizamos en nuestras canciones”.

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