La reacción, por suerte, una charla extensa y distendida. Y el producto, un breve repaso al ayer y hoy de un grupo que, a pesar de ciertos elementos introducidos con calzador y también con gracejo en su reciente trabajo, insiste en el patrón speed-ska-core de sus anteriores esfuerzos. “La verdad es que estamos excitados con el disco. Hacía dos años que no grabábamos nada y creo que es nuestro mejor trabajo. “Firme” (Epitaph, 96) era realmente bueno, pero este es aún mejor en todo. En composición, ideas y producción. Creo que en nuestros anteriores discos había demasiado ska-punk a secas y en este hemos intentado introducir más influencias como el heavy metal y el hip hop. Ya nos preocupa menos el tocar lo más rápido y directo posible”. Aunque siguen haciéndolo, no crean. Bien es cierto que a la elevada velocidad de crucero habitual en los de Riverside se han sumado riffs más concienzudos y esbozos de rap (“Nos gustan grupos como Jurassic 5 y cosas de hip hop instrumental donde se juega mucho con el sampler y los loops”, apunta Casillas), pero las fijaciones del grupo –rapidísimos temas hardcore tamizados por una sección de metales atiborrada de estimulantes- siguen ahí. Y si nos atenemos a los objetivos apuntados en su dietario, podemos considerar este nuevo paso como misión cumplida. “Siempre nos propusimos hacer buena música, música que nos gustara. Eramos fans del metal y del punk y queríamos hacer canciones y shows llenos de energía”. Energía que reparten entre los discos del grupo y su trabajo en El Pocho Loco, sello que activaron a comienzos de la década pasada, lanzadera de su primer trabajo, “Potty Training Years” (91), y refugio de bandas del subsuelo californiano. “El Pocho Loco es nuestro sello. Queremos dar a conocer bandas de California, amigos nuestros, grupos que nos gustan. Lo que más nos gusta de ello es que podemos implicarnos en todo el proceso, desde la grabación del disco, ya que tenemos nuestro propio estudio, hasta la venta de éste. Esa interacción, ese trabajo pleno con los grupos es lo que más nos llena”. Una empresa que apunta maneras do it yourself pero que, como en el caso de Epitaph, no desdeña logros comerciales a posteriori. “Creo que la independencia es sólo una cuestión de equilibrio. Creo que se puede combinar actitud y visión de mercado. Nosotros, como grupo, hemos mantenido nuestras raíces sin renunciar a tener ventas aceptables y pienso que ese debe ser el objetivo”. Al menos uno de ellos, ya que, según el amable Casillas, el boom latinista que asola el Billboard puede y debe ser aprovechado al máximo por los jornaleros de la independencia. “Para la mayoría lo latino se limita a Ricky Martin, Santana y Gloria Stefan. No tienen ni idea de lo que estamos haciendo otros latinos desde el indie. Pero creo que cuantos más latinos haya implicados en el negocio mejor futuro habrá. Aunque sea a un nivel como el nuestro. Quizá poco a poco otros grupos latinos se pongan en el camino del éxito”.
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