Madrid se encuentra paralizado por la huelga de metro -en su momento crítico tras dos días sin servicios mínimos- y el transitar de la Selección por un Mundial de fútbol en el que terminará conociendo la gloria. Dejamos atrás un invierno especialmente deprimente y una primavera igualmente plomiza y en la terraza del Hotel Urban fácilmente se alcanzan los cuarenta grados. A pesar de ello y ajenos a todo Daniel Kessler (guitarra) y Sam Fogarino (batería) cumplen con el guión y se presentan de riguroso luto, abotonados con pulcritud. De hecho, Daniel viste una chaquetilla de punto que da calor de sólo verla y hace que me pregunte por el sentido de todo esto. Al cantante Paul Banks, caramelo promocional por su condición de líder, letrista y también estrella del cuore -ahí está su noviazgo con la ex top model Helena Christensen- se lo lleva en la tómbola el enviado del diario El Mundo. Con él se van una serie de cuestiones sobre su carrera en solitario como Julian Plenti y los aspectos líricos del nuevo álbum, incluida la primera canción en su carrera con recitados en castellano (“The Undoing”). Don’t panic, la actualidad de Interpol está llena de novedades, empezando por el abandono tras la grabación de este homónimo cuarto álbum de Carlos Dengler, primera baja en los doce años de historia de la banda. En la conversación Daniel lleva la voz cantante con un Fogarino que puntualmente le hace coros. “Lo que ha hecho pertenece a su vida personal”. No tanto como a la profesional... “Bien. Yo no quiero hablar por su boca, no me siento muy cómodo avanzando cuáles son sus proyectos al margen de la música. Y puedes hacerte una idea visitando su página web”. En realidad el secretismo no es tal. Al margen de que desde hace tiempo se apuntan supuestas diferencias creativas entre nuestros hombres, es bien sabido que Carlos lleva tiempo interesado en desarrollar una carrera en el terreno audiovisual, llegando a participar en el “Vojeur Project” de la cadena HBO y firmando el cortometraje “My Friends Told Me About You” junto a Daniel Ryan. Su lugar lo ocupará por el momento David Pajo (ex Slint, Aerial M, Papa M, Tortoise, Stereolab y mil bandas más). “En principio David y Brandon (Curtis, teclista de Secret Machines) entran exclusivamente para ayudarnos con los directos, pero quién sabe lo que puede ocurrir en el futuro. Por el momento sólo hemos dado cinco conciertos juntos y la química fue excelente. David estaba girando con Yeah Yeah Yeahs y cuando nuestro ingeniero de sonido, que también es el de ellos, nos sugirió ficharlo ya no pudimos pensar en nadie más. Pajo ha participado en varios de mis discos favoritos de los noventa”.
La otra gran noticia es el repliegue a posiciones independientes tras su breve paso por Capitol con “Our Love to Admire”. Entonces Banks justificó el salto a una multinacional como una oportunidad para crecer… “En cualquier caso, tanto en nuestra etapa en Matador como después en Capitol, siempre hemos tenido el control sobre lo que hacíamos. Entonces pensamos que fichar por una multinacional y trabajar con el equipo de Radiohead era lo más correcto. Pero el mundo discográfico ha cambiado mucho en poco tiempo y hemos entendido que tal vez lo mejor era volver a Matador (V2/Coop en Europa). Son cambios para quedarnos como estábamos”.
La sentencia define la trayectoria de Interpol, sin apenas vaivenes de público y crítica desde que en 2001 debutaran con “Turn On The Bright Lights”. “No nos engañemos: nunca hemos sido una banda gigantesca, nunca hemos ocupado una posición privilegiada como Radiohead y luego hemos dado un paso atrás. Como no hemos tenido un gran hit no ha existido la presión de tener que componer otro para seguir adelante. Eso se nota en los conciertos, en que las canciones favoritas no están claras”. Fogarino apostilla: “No creo que no seguir creciendo resulte necesariamente malo. En realidad resulta hasta cómodo, porque acaba con las falsas expectativas y elimina tensión. De todas formas yo sí pienso que el tercer disco supuso un empujón para la banda, y nos habituamos a tocar para cuatro mil personas”. Veamos qué es lo que ocurre ahora, en cuanto que ¿estamos de acuerdo en que “Interpol” es vuestro álbum menos inmediato hasta la fecha? “Sí, aunque nunca actuamos premeditadamente. No escribimos canciones pensando en si son o no potenciales singles. Pero está claro que este disco tiene arreglos más complejos, y existe una búsqueda por contar una historia de forma diferente”. ¿Y qué ocurriría si os lo propusieseis? ¿Se puede reproducir en 2010 el sonido más comercial de “Turn On The Bright Lights” o “Antics”? “Tal vez, tal vez… Pero eso iría contra el ADN de la banda. Nuestra razón de ser es juntarnos y divertirnos haciendo música y en el momento en que factores externos influyeran sobre las canciones todo dejaría de tener sentido”. Es el discurso tan sobado sobre la autenticidad que no a todo el mundo le sienta igual de bien. Pero lo cierto es que los Interpol de hoy me traen a la cabeza a los Bauhaus de “Burning From The Inside”, alejados ya del fulgor de los inicios, al borde de la desintegración, pero valientes en la búsqueda de nuevas sonoridades, de nuevos (e incómodos) caminos. “El desafío es importante, y también que nuestro público sepa apreciarlo. Recuerdo cuando los Pixies sacaron ‘Trompe Le Monde’ y quería que aquel disco me gustase tanto como los anteriores. Pero conseguirlo me llevó un tiempo porque las claves habían cambiado”. Por desgracia “Trompe Le Monde” sigue siendo en 2010 y de largo el peor de los discos de los duendes de Boston.
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