Ana Fernández-Villaverde no abandona su esencia sonora ni lírica: el amor vuelve a ser su motor creativo para sus canciones. Además, se reencuentra con todas las mujeres que habitan en ella como en “La perra del hortelano” o sobre retos y BDSM en “La voz de su amo”. Once temas entre los que se encuentran también las colaboraciones con Santiago Motorizado en “La Cruz de Santiago”, Miren Tulsa en “Mala hierba” y Jota de Los Planetas en “No es lo mismo”. Nuevos sonidos, nuevas perspectivas, pero siempre La Bien Querida.
En “La perra del hortelano” hablas de todas las mujeres que habitan en ti. ¿Este disco te ha hecho hacer las paces con cada una de ellas?
Las paces y la guerra. Siempre hay momentos de paz y momentos de guerra, eso está en todo ser humano. Esa lucha es la que te mantiene vivo. Si siempre estuviese en paz estaría tan zen que no sé si me gustaría eso. Me gusta estar muy activa.
"Siempre hay momentos de paz y momentos de guerra, eso está en todo ser humano. Esa lucha es la que te mantiene vivo"
¿De qué tipos de amor hablas en este nuevo disco?
Hablo del amor pasional, que es el que me interesa. El amor mueve el mundo en general y hay muchos tipos de amor. Pero para hacer las canciones me interesa el deseo.
Acababas de sacar “Brujería” cuando llegó el confinamiento. ¿Cómo viviste esos momentos?
En el confinamiento pensé que se acababa el mundo. Soy un poco catastrofista y veía el futuro un poco negro. En los meses que estuvimos encerrados tampoco compuse nada. Fue luego que empecé a hacer canciones.
Sorprende muchísimo la combinación de estilos musicales: desde la bachata de “Esto que tengo contigo” al synth-pop de “La voz de su amo”. ¿Cómo decidiste agrupar todos estos estilos latinos y caribeños? ¿Te habías imaginado hacer un disco con raíces musicales latinas?
Es una mezcla, no todo el disco es así. Quería que esas canciones tuvieran peso. Tenía ganas de hacer algo diferente y tocar otros palos que no había tocado. Le dije a David Rodríguez que me ayudara a producir este disco. Nunca le he hecho ascos a ningún estilo de música: desde el principio tendía puentes entre la música popular un poco. Son diferentes formas de vestir mis canciones, pero mi forma de componer tampoco ha cambiado tanto. Sigue siendo La Bien Querida: no me he vuelto loca. Simplemente soy atrevida en vestir las canciones. A parte, creo que estamos viviendo un momento muy bestia multiculturalmente, porque se están tendiendo muchos puentes entre países y creo que la música latina también está en un momento muy poderoso y dulce.
En esta fusión de estilos también trabajas con Carlos Sadness en el single de “Perreo bonito”. ¿Cómo fue la colaboración?
Carlos me escribió y me dijo que me iba a sorprender que me escribiese, no nos conocíamos. Pensó en mí para la canción y le dije que iba a escucharla, si me gustaba y el timbre de la voz me quedaba bien entonces la haría. Me pareció una canción muy bonita y fue genial.
¿Por qué “Paprika”, el nombre del disco?
Todos mis discos se llaman con una palabra y quería seguir con esa línea. Como iba a experimentar con sonidos caribeños, pensé en un nombre de una salsa o una especia. Me acordé de un grupo súper underground del extrarradio de Cataluña de hace años que se llamaba Paprika Joe. Era un nombre que siempre me llamaba la atención, no sé si me gustaba o me parecía horrible, pero en el fondo me gustaba la sonoridad.
"Como iba a experimentar con sonidos caribeños, pensé en un nombre de una salsa o una especia"
¿Cómo se dio la colaboración con Santiago Motorizado?
Con Santiago nos habíamos escrito por Instagram y decíamos de hacer una canción juntos. Esta canción tenía mucha letra y pensé que quedaría bien hacer un dueto para que no fuera tan pesada, así que pensé en él. Aquí canta en un registro agudo en el que no le vemos tan habitualmente, y luce muchísimo. Se ve que es un buen cantante. Luego llamé a la canción “La Cruz de Santiago” en homenaje a él porque le quería agradecer su colaboración. También es un homenaje a Santiago de Compostela porque en el disco aparece la cruz de Santiago de Compostela.
¿Tienes alguna relación con Santiago de Compostela?
No, pero me gustaba. Desayuno cada mañana en la calle Santiago, y en la placa del nombre de la calle hay una cruz de Santiago. Siempre me ha parecido súper bonita.
También te has estrenado en el cine como actriz en “Matar a la madre”, de Omar Ayuso. ¿Cómo ha sido la experiencia?
Muy bonita. Me lo propuso Omar y acepté porque me gusta experimentar y me atrevo con todo. Lo grabamos en pandemia: fue un rodaje difícil porque había que hacer pruebas de todo tipo, estaba todo súper regulado. La movida fue rodarlo porque Omar lo hizo a lo grande. Esto era un corto y, aun así, aquí tiró la casa por la ventana. Es un corto que ha tenido mucho recorrido, lo hemos presentado en un montón de festivales. No me imaginaba nunca ser actriz, pero nunca se sabe: en la vida pasan trenes y yo los cojo todos.
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