“El deseo es lo que nos mueve y nos motiva"

La Bien Querida nunca se había querido mejor. Tras siete discos y experimentar con lo latino en “Paprika”. Anita vuelve con el sonido puramente indie propio de su carrera. En un trabajo que nos ayuda a entenderla mejor que nunca. Despojándose de relatos lineales y dándonos acceso directo a sus pensamientos.

En “LBQ”, que considera el mejor disco de su carrera. Podemos ver como ha cambiado su forma de concebir el amor a lo largo de su trayectoria. “El amor del que habla este disco es del amor propio, más que del amor romántico, porque habla de aceptarse y aceptar tus limitaciones. Ya tocaba ¿no? Hablo de un amor propio que no es empoderamiento ni narcisismo. Va muy por encima de todo. De gustarte, seguir con tu vida y valorar lo que tenemos”

“La etiqueta indie hace tiempo que ya ha perdido el significado independiente, alternativo, minoritario"

Es por ello que decide escribir canciones como “Bar Dixie”, donde canta “sobre las cosas que me gustan”. “Tengo muchísimas canciones a lo largo de los discos quejándome de los chicos que me han hecho daño. Y bueno, ahora voy a escribir de las cosas bonitas y sencillas. Que al final son las cosas sencillas, las que no cuestan dinero. Lo que realmente te da la felicidad. El Dixie es el bar donde desayuno todos los días y es un bar típico de Madrid de toda la vida, de tostadas y café a 3 euros. Me encanta este sitio porque me ven de lejos y ya me lo están preparando todo”.

Sin embargo, en canciones como “S.O.S”, la que más ganas tiene de cantar en directo, o “Noche de Bodas”, el amor da un salto incondicional, hacia el despecho y hasta la toxicidad, en letras como “Para que no estés triste, vendería mi alma/Me casaría contigo cuando te de la gana”. “Es como una forma de desquitarte. En una canción como 'S.O.S', así tan cruda. Con tan pocos arreglos y que la letra sea tan bestia me hace mucha gracia. Es una chorrada, pero es como una pequeña venganza.”

Para poder llegar a estas canciones, es necesario entender que ha hecho a Anita mantenerse “Desde el día en que te conocí”. Como cantaba en “9.6” hace 16 años, el primer sencillo de su carrera. “El deseo es lo que nos mueve y nos motiva. También la ilusión ¿No? Tú puedes envejecer físicamente, pero no te haces viejo o vieja por el físico. Cuando el viejo o la vieja se te mete dentro es cuando pierdes la ilusión y el deseo. Entonces el deseo es lo que mueve todo ¿No? Y para hacer arte también tienes que sentir, desear”.

"El mensaje que quiero transmitir es que no estemos todo el rato comparándonos"

El disco, compuesto en “estado de gracia”. “Es cero pretencioso, pero también es atrevido. Como una unión perfecta de mi yo artista con mi yo real.” Por ello, Ana, La Bien Querida, al representar sus dos mundos, ha decidido que por fin lleve las siglas de su proyecto artístico. Algo propio de un primer trabajo pero que tiene todo el sentido al estar “volviendo un poco al punto de partida”. Respecto a la relación de “LBQ” con su debut confiesa. “Tiene algo de “Romancero”. Quizás las letras de “Romancero” son como más inocentes ¿no? Más de niñata. He madurado un poco, aunque no te creas que mucho. El otro día leí que a los 11 años ya se sabe el adulto que vas a ser y es posible que tenga razón ese dicho.”

La vuelta a su sonido, el indie propiamente dicho, es tremendamente necesaria en estos momentos. “La etiqueta indie hace tiempo que ya ha perdido el significado independiente, alternativo, minoritario. Ahora ya está todo súper producido. Es como en las revistas que te pasan el photoshop y en las grabaciones igual. Es el autotune, te afinan. Lo ponen todo perfecto y noto que se ha perdido muchísimo ese sonido amateur y fresco en todas las grabaciones. Y cuando yo escucho canciones, así frescas, un poquito desafinadas y tal. Son las que a mí me llegan. Luego tendemos a hacerlo todo perfecto en el estudio, que esté todo encajado. Pero a mí lo que me gusta es otra cosa. Las cosas imperfectas realmente.”

Y si en la música se ha perdido lo genuino, en la vida cotidiana ocurre exactamente lo mismo. “El mensaje que quiero transmitir es que no estemos todo el rato comparándonos. Nos bombardean con filtros, con las cosas que vemos en redes sociales y no es cierto, no es verdad. Pero al final pasamos por el aro. Las grandes empresas no quieren que dejemos de mirar el móvil. El otro día iba paseando por Fuencarral y vi un cartel de una tienda que me impactó y decía: Enamórate de ti mismo tanto como para que los demás quieran hacer lo mismo. Y digo, fíjate, estos mensajes de empoderamiento que nos está lanzando la sociedad es la cultura del yo tan bestia que me impacta. Porque casi no nos preocupamos de las demás personas porque estamos tan preocupados de nosotros mismos, que es lo que nos están vendiendo todo el rato. Y en el amor también nos están vendiendo esto. Entonces ¿Qué está pasando? Que la gente no se enamora como antes. Porque nos están vendiendo que tú eres lo más importante.”

A Ana, lo que le da fuerzas para sobrevivir al neoliberalismo es el brillo de “Una Estrella”, su hija y primer single de “LBQ”. “No quería que pasara desapercibida o se perdiera. Me parecía una canción original y bonita. Ella lleva bien que sea artista porque mi proyección es bastante discreta. Me hizo mucha gracia una vez que bajó del autobús del colegio llorando y digo ¿Pero qué te pasa? Y me dice que una compañera ha dicho a todo el autobús que soy hija de La Bien Querida. Y digo ¡Ay dios, pero qué horror! ¿Pero como así? Que no he hecho nada malo”