¿Qué cambia de ‘Grabitatea’ a este trabajo?
Lo primero es que el disco anterior lo grabamos todavía como trío. Fue un trabajo con el que estuvimos dos meses enteros en el estudio de grabación. Respecto a este, ha sido la otra cara de la moneda. Hemos grabado con cuatro miembros y ha sido a toda leche. En tres semanas grabar y mezclar, y para casa. En cuanto a estilo, considero que hemos evolucionado un poco, sí. Son canciones, no más comerciales, sino más atípicas, sin estribillos.
Decíais que no ibais con ninguna expectativa a la hora de crear este trabajo, ¿esa libertad de acción creéis que habéis logrado plasmarla en el disco?
Ha sido bonito en ese aspecto. Nosotros normalmente tomamos unas referencias y respecto a esas te pones a componer. En otros discos lo hemos hecho y en este no, ha sido lo contrario. Nunca nos hemos querido parecer a nada, pero esta vez mucho menos. Las canciones han salido de nosotros, de cero a cien, y es lo que se muestra en el disco. Ha sido un proceso muy personal, muy nuestro. Sin ninguna expectativa.
Este iba a ser un doble trabajo, ¿qué os llevó a desechar esa opción?
La idea principal era hacer un doble disco. Queríamos grabar esta primera parte y luego en verano sacar la parte B, y que fuese todo bajo el mismo trabajo. Al final nos hemos quedado con muchas canciones para el futuro. En su momento, nos dijeron que a lo mejor era una idea un poco arriesgada el sacar un disco doble. Lo valoramos y decidimos publicarlo en otra ocasión.
Ahora os habéis lanzado totalmente al castellano, ¿ha sido una cuestión de estrategia o de comodidad?
Ha sido un poco ligado a la idea anterior. Como no salió la parte B todo se ha quedado en castellano, pero esa selección de canciones iba a ser en euskera. Entre nosotros hablamos en euskera, es un idioma que tenemos presente y en el que seguiremos cantando, pero que no haya salido de momento ese trabajo es un tema coyuntural. Nada de esto ha sido premeditado. Es cierto que el disco se ha quedado algo descafeinado solo en castellano, pero seguiremos haciendo esa mezcla en futuros discos. Ambos idiomas son los nuestros, nos pertenecen, y con ambos nos sentimos cómodos.
Por hacerlo en castellano al completo, ¿os habéis fijado en alguna banda del panorama nacional a la hora de preparar este disco?
Inconscientemente cualquier grupo hace asociaciones con otras cosas que ha escuchado a la hora de componer, pero diría que hemos sido más libres que nunca en este sentido. La mente estaba mucho más abierta para este trabajo. Siempre ha habido influencias: Alt-J, Led Zeppelin, Pink Floyd, Berri Txarrak, Foals… pero nada de eso se ha pretendido plasmar en este trabajo.
¿Cómo ha sido la experiencia de grabación en Neo Music Box de Javier Ajenjo (Sonorama)?
El anterior disco se hizo en dos meses. Este disco ha sido coger la idea desde casa, bastante fresca, grabarla y plasmarla. Hemos tenido un tiempo justísimo. José Caballero, del estudio, nos ha hecho entender la música de manera más directa: buscar el mensaje, la simpleza… Anteriormente utilizábamos muchas capas, como necesitando decir muchas cosas, y en este disco hemos querido ir a lo sencillo.
“Nunca nos hemos querido parecer a nada, pero esta vez mucho menos”
¿Y en qué habéis notado la diferencia respecto a trabajar con Eñaut Gaztañaga (Grises)?
Hemos sido más directos, quizás sea eso. Es un disco más compacto, con menos florituras... Creemos que es un trabajo que puede ser más defendible en el directo.
Hablando ya más en profundidad sobre el concepto del álbum, nos encontramos que habláis de “el final” en sus diferentes vertientes, ¿cómo ha nacido esa idea?
Pues la verdad es que la idea vino casi después de terminar el disco. Abordamos en distintas vertientes la idea de final desde el punto de vista social (gente corrupta, ladrones…) pero luego también hablamos sobre el fin de la existencia. Caímos en la cuenta de que al final, valga la redundancia, hablábamos bastante del fin. Tampoco como grupo sabíamos qué iba a ser de nosotros y mucha gente nos ha preguntado tras escuchar el disco si este iba a ser nuestro último trabajo. La verdad es que no lo sabemos, pero no es la intención.
Es cierto que hay mucha crítica social, ¿os habéis fijado en algunos referentes en concreto?
No, la verdad es que ninguno en concreto y todos en general. Es una pequeña crítica a todo esto que estamos viendo y viviendo.
Escuchando el disco uno se da cuenta de que es un trabajo que se plasma de forma desordenada, ¿ha sido intencionado?
Era el vacile que teníamos por aquello de ‘el principio del final’. Es totalmente intencionado.
También es un trabajo con más fuerza e intensidad, ¿es fruto de vuestro mayor punto de madurez?
No sabemos hacia dónde queremos tirar. Es un disco más guitarrero, más rockero. Los sintes han dejado de existir en este trabajo. Hemos hecho lo que nos ha salido ahora, pero no es fruto de una evolución, sino de la casualidad. Hemos creído firmemente en la máxima de que menos es más. No hace falta utilizar decenas de pianos y guitarras para expresar una idea y eso es lo que hemos buscado.
¿Qué objetivos se marca ahora Kometa?
Tenemos muchas ganas de sacar el siguiente disco del que hemos hablado. Hay una parte que se ha quedado ahí en un cajón y tenemos muchas ganas de ponernos a ello. Queremos compartirlo, lo necesitamos. Estamos estudiando la fórmula para sacarlo pero sobre todo adaptándonos al funcionamiento del consumo de música actual. Pronto volveremos a dar algo para que la gente pueda escuchar y disfrutar.
Próximas fechas en directo:
- 13 de abril / AMURRIO @ Burubio Kultur Elkartea
- 14 de abril / DONOSTIA @ Tabakalera (Kutxa Kultur)
- 5 de mayo / BILBAO @ Shake!
- 9-11 de agosto / ARANDA DE DUERO @ Sonorama Ribera
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