“Hemos sustituido las canciones directas por hacer temas más redondos”
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“Hemos sustituido las canciones directas por hacer temas más redondos”

Alberto Bonilla — 28-10-2024
Fotografía — Ruben Almonacid

Kokoshca editan su noveno trabajo, “La Juventud” (Sonido Muchacho, 24), un álbum que tiene más de reivindicación que de nostalgia, y con el que siguen asentando un sonido y un mensaje tan consistente como inclasificable.

Sin pelos en la lengua después de unos cuantos años ya en este negociado musical, hablamos con Amaia e Iñaki, las dos voces de una formación que representa a esa generación perdida que ha servido de empujón para la escena de hoy. O al menos eso dicen muchos.

Dieciséis años son demasiados para un grupo que en su nuevo disco hace apología de dejar de trabajar.
Amaia: Es que cuando haces lo que te gusta ya no es trabajo. Nosotros hablamos de esa obligación personal que supone meterte en un curro que no te mola nada para poder seguir en la sociedad, para poder vivir.
Iñaki: Ojalá pudiéramos hablar del dolce far niente pero en mi caso soy tan mediocre que me realizo a través del trabajo. Estamos un poco como la mayoría de la gente, pero nosotros lo hacemos más explícito. Cuando decimos dejar de trabajar nos referimos a hacer algo que no quieres hacer, a dejar de hacer eso que no te satisface y que, en resumen, es cambiar tiempo por dinero.

“Con este disco pretendíamos ser como una especie de médium, de contenedor de esa energía de la juventud, de esa frescura y candidez”

Vuestras referencias siempre aluden a lo costumbrista, a lo diario, a vuestro entorno más inmediato. Al barrio, como sucede en uno de los temas de este álbum. ¿Habéis echado de menos alguna vez la vida de la gran ciudad? Ya no digo tanto en lo personal, sino en que Kokoshca pudiese haber sido un grupo con un mejor recorrido si hubiera estado afincado en una gran capital…
Amaia: Es una cosa de hecho que detestamos un poco, lo de que parece que para que a un grupo le vaya bien se tiene que ir a Madrid. ¿Para qué? ¿Qué es lo que le importa a un grupo? Hacer buenas canciones y salir a tocar. Y creo que el alejarte a veces de la urbe te va a hacer más puro. En una ciudad de provincias, con menos distracciones y menos estar a la moda, puedes incluso hacer mejores canciones.
Iñaki: Yo creo que hay una parte de razón en la pregunta. Tendríamos más oportunidades si hubiéramos estado en el corazón de la bestia. Puede que hayamos sacrificado esa parte, sin duda. Tenemos un podcast que hemos lanzado para la publicación de ‘La juventud’, y en un capítulo, con Isabel de Triángulo de Amor Bizarro, hablábamos de esto, justo con ella que vive en un pueblo de 6.000 habitantes…
Amaia: Diría que son menos habitantes…
Iñaki: Puede ser, sí. Pero es eso, igual nos hemos conformado porque no tenemos una visión estratégica de la banda, pero a toro pasado te diría que hay más equivocaciones, no tanto en no haber vivido en una ciudad grande como tal, sino en no grabar bien los discos… Hay ciertos errores que quizás hemos cometido por desidia o por inmadurez.
Amaia: Y por falta de dinero.
Iñaki: Siendo sinceros, grabar un disco son 3.000 ó 4.000 euros. Los podríamos haber conseguido. No hemos tenido nunca un puto duro, tampoco ahora, pero quizás podríamos haber hecho eso diferente.

Hablando de lo diferente, ¿qué hubiera cambiado si Kokoshca hubiese hecho este disco hace 16 años? ¿Cómo cambiaría esa juventud respecto a esta que nos contáis hoy? ¿Qué les diríais a los Amaia e Iñaki de entonces?
Iñaki: El mensaje, digamos, estructural es el que ponemos en boca de Pepe Mújica en el disco. Yo eso lo vería invariable, lo que pasa es que no haría un disco con 20 años sobre la juventud. No haríamos un disco así, porque nuestra medianía de edad, que a Amaia no le gusta que diga esta palabra (ríe), nos permite verlo todo con cierta distancia. Con una actitud un poco paternalista, si quieres.
Amaia: Yo le diría sobre todo que aguante, que toda esa ilusión por el grupo y tal…, aunque lleguen momentos chungos como los que hemos tenido en Kokoshca, en los que pensábamos que todo se acababa y no tenía sentido, que no lo deje.

Como fiel oyente de vuestra música marco un punto de inflexión en ‘Hay una luz’ (2013). Diría que es el momento que determina una línea musical y un mensaje que empieza a ser coherente en vuestra carrera, a veces incluso conceptual, como es en este caso con ‘La juventud’, y en el que da la sensación de que cada disco es un punto mejor que el anterior. ¿Sentís que eso es así?
Amaia: Es algo que siempre te propones y lo que dices es verdad. Con ‘Hay una luz’ fue la primera vez que sacamos el disco en vinilo, que de verdad grabamos, aunque era un estudio casero, pero con alguien que nos grababa porque lo anterior lo habíamos hecho nosotros. Luego fuimos a un estudio en el que ya dormíamos allí y, ya con los dos últimos discos hemos ido a La Mina, y hemos crecido, no sólo en que suene mejor todo sino que creo que hemos ido intentando cada vez hacer mejores canciones y discos. Y sí, tenemos la sensación de que parece que hay una evolución positiva y que hay miedo de enfrentarnos a lo siguiente. No sé si llegará un momento en el que ya no suceda, pero de momento vamos consiguiéndolo.
Iñaki: Yo en realidad me identifico menos con el primero pero, efectivamente, nuestra pretensión siempre es pulir más y creo que es algo que se nota.

¿Cuánto diríais que hay de nostalgia y cuánto de reivindicación en ‘La juventud’?
Iñaki: Es una buena pregunta, partiendo de la base de que no nos sentamos y pensamos en hacer un disco llamado ‘La Juventud’ sino que fuimos haciendo canciones que luego vimos que podían ligar con ese concepto concreto. Yo he pretendido que no hubiese mucha nostalgia, que la hay, pero no me siento mal con mi edad ni añoro ninguna juventud. Lo que pretendíamos era ser como una especie de médium, de contenedor de esa energía de la juventud, de esa frescura y candidez. En definitiva, de esa diagnosis que haces de la vida, pero que a la vez no tienes ni puta idea de cómo vivirla. Como cuando despiertas y ves que las cosas no son como te habían vendido. Y sobre la reivindicación… Más que reivindicación sería valoración. Parece que hay un punto paternal pero nuestra audiencia tampoco es muy joven. Diría que más bien el mensaje es “aprovecha el momento”.
Amaia: Sí, pero un poco de reivindicación siempre va a haber en Kokoshca porque es nuestra manera de estar en el mundo. Es tomarnos las cosas con humor porque es una manera también de afrontar las cosas que no nos gustan del mundo. Hablamos mucho de no perder ese espíritu ante lo que pasa en la vida.
Iñaki: Abrir el disco con un anciano de 89 años quizás alguien crea que no es muy juventud.

“Siempre va a haber un poco de reivindicación en Kokoshca porque es nuestra manera de estar en el mundo”

El otro día presentabais el álbum con una nueva edición de vuestro podcast en la Sala Maravillas y recuerdo que en la conversación con Diego Ibáñez de Carolina Durante se deslizó en algún momento la idea de que, si Kokoshca hubiese sido un grupo que hubiera nacido hoy, estaría más en el radar musical y hasta petándolo más fuerte.
Amaia: Ya, eso dijeron ellos. Álex (batería), que es más teorizador, siempre dice que somos como una banda de la generación perdida, porque nacimos antes de Spotify y somos demasiado viejos para un Spotify que sólo quiere novedades, pero a la vez somos demasiado jóvenes para los puretas. Quizás sea de amargadillos pensar que si empezásemos hoy nos iría mejor. Empezamos cuando empezamos y no lo vamos a cambiar.
Iñaki: Yo tampoco lo sé, pero sí que hay una diferencia de cuando empezamos hasta este momento: ahora hay más industria. Y eso es algo que te otorga más dignidad. Mucha culpa la tiene Sonido Muchacho, y mucha la tenía Luis, que junto a otra mucha gente, ha logrado darle más visibilidad a una generación musical.
Amaia: Además, ahora seríamos mucho más guapos y jóvenes.
Iñaki: Sí, y también veo que toda la gente de ahora tiene su voz propia. Mujeres suena a Mujeres, Carolina Durante a Carolina Durante… pero quizás echo en falta algo de eclecticismo en el panorama actual.

Y en ese sentido, hay alguna banda que creáis que se puede asemejar a vuestro sonido, que digáis “anda, estos se parecen un poco a nosotros”.
Iñaki: Nos ha pasado que nos digan que somos una influencia para algunas bandas. Les pasa lo mismo a Triángulo de Amor Bizarro, a Los Punsetes… En verano estuve en Donosti en un concierto de Alcalá Norte, y al bajarse del escenario el guitarrista, me dijo que era súper fan de nosotros. Eso está bien y quizás Kokoshca les habrá gustado a muchos de ellos, pero de ahí a pensar que no hubiesen hecho música sin nosotros… Todos ellos vienen de muy abajo y de mucho curro.
Amaia: Sí, Diego Ibáñez dijo que Carolina Durante no existiría sin Kokoshca. No lo sé. Pero hay algo en lo que sí sabemos que hemos influenciado porque nos lo han dicho ellos, y es en que Mujeres acabaran cantando en castellano. No te diría que al 100% fue cosa nuestra, pero influimos en gran parte en esa decisión.

Ya que habéis hablado del fichaje de Luis de Sonido Muchacho por una multinacional, me viene a la cabeza una declaración vuestra hace unos años en los que decíais que no había clase media en la música española. ¿Consideráis que algo ha cambiado o al menos está cambiando?
Amaia: Yo creo que la clase media ha crecido y creo que Luis ha ayudado mucho en esto. Dentro de unos años tendrá hasta un documental sobre él. Sobre su carrera meteórica, su cabeza y lo que ha hecho en la música española. Creo que ahora hay más espacio, aunque comparado con otros lugares sigue habiendo muy poco. La industria en España frente a la industria musical en Francia o cualquier otro país europeo está mucho peor, pero en los últimos 20 años creo que ha mejorado. Sí, no sé si hasta a existir una clase media, pero es verdad que cada vez hay más gente que puede sobrevivir gracias a la música.
Iñaki: Con lo de Luis completamente de acuerdo y, con lo de la clase media, yo lo veo jodido. Creo que son cuatro los que despuntan y el proletariado son los demás.
Amaia: ¿Pero no crees que hay más gente? Hay más gente tocando, más gente sonando, más gente haciendo cosas, sacando discos…
Iñaki: Sí, igual sí, pero a nivel de ciencias políticas habría que repartir la riqueza. Eso no implica que haya clase media, porque haciendo el símil con la música sería como lo de Spotify que hay mucha cosa pero al llegar el reparto del dinero se lo quedan los de arriba.

Hablemos más del disco. Hay unos Kokoshca muy reconocibles en la primera parte de ‘La juventud’, y es llegar al final y nos encontramos con unos temas quizás más experimentales y novedosos, ¿ha sido premeditado colocar tres temas como “Sácame a bailar”, “Nos pasa siempre” y “Es una suerte” al final?
Iñaki: No es premeditado. Pensando en la secuencia del disco creíamos que quedaba bien así.
Amaia: Todo suena a Kokoshca en el disco pero tenemos una mezcla siempre, una tendencia a lo ecléctico. La secuencia era como mejor quedaba y así la dejamos. Igual esas son las canciones más raras del disco, pero eso denota que queremos que se escuche de principio a fin.
Iñaki: “Es una suerte” nos parece una canción bastante buena. La mayoría de la gente la colocaría al principio, pero nosotros hemos decidido terminar con ella. El otro día leía a Nando Cruz que decía que los buenos discos son los que su última canción es buena. En este caso hemos pensado más en la narrativa que en la unidad artística. La última frase que decimos nosotros como personajes antes de dejar la voz a Mújica es una idea que queríamos esconder, incluso pensamos en ponerle un vocoder. Dice eso de “veo mis sueños arder, se esfuma mi juventud, no temo envejecer, temo que no estés tú”.
Amaia: Sí, es innegable, también tenemos miedo a algunas cosas.

“Es verdad que ahora intentamos hacer canciones más redondas. Antes éramos más experimentales”

¿Cómo surge la idea de un tema como “Nos pasa siempre”? Ha sido una exploración nueva en vuestro sonido y me ha parecido una de las canciones más pegajosas e interesantes del disco.
Amaia: Pues la llevé yo un día al ensayo. Tenía como un cachito que me había salido con la guitarra, pero no teníamos muy claro el ritmo. Da la casualidad de que Íñigo (bajista y coros) escucha mucho dub, así rollo fumeti, y acabamos de encajarla bien en ese sonido. Finalizamos el estribillo Iñaki y yo, y la última parte que también tiene un poco de ritmo cubano. Fue un experimento y la verdad que ahora nos mola bastante tocarla.
Iñaki: Había como una línea que teníamos para el anterior disco rollo sonido Manchester. Andy Weatherall, que produjo el ‘Screamadelica’ de Primal Scream, tenía un grupo bastante desconocido que creo que se llama The Sabres of Paradise, y nos basamos en una línea de bajo de una de sus canciones que me ha gustado siempre.

Algo que también creo que os ha sucedido con el paso de los años es una notable mejora en la forma de empastar vuestras voces, tan distintas y a la vez tan bien unidas en las canciones, en especial en los estribillos. ¿Es algo que habéis trabajado mucho o que ha salido de forma más natural?
Iñaki: Lo trabajamos mucho y nos conocemos mejor.
Amaia: Sí, y también nos fijamos en lo que cada vez nos sale mejor. De hecho, lo vas como descubriendo con el paso del tiempo. Nos dimos cuenta de que en España tampoco hay muchos grupos donde hay dos cantantes, un chico y una chica, que canten a la vez, y creo que nuestras voces quedan bien. En ese sentido, tenemos que aprovechar lo que nos hace únicos.
Iñaki: Es así, hay un rollo de Kokoshca un poco pimpinilesco.

Decidme que vais a cerrar los directos con “Sácame a bailar”.
Amaia: No los cerramos, pero el finde pasado la tocamos por primera vez y quedó genial.
Iñaki: Puede estar bien, te podemos coger la idea. Si vemos que funciona, jamás diremos que es tuya.

Creo que estáis en un momento en el que sois capaces de facturar auténticos hits sin la necesidad de que parezcan éxitos tan claramente. “La fuerza”, “No volveré” o “No queda nada” eran canciones que de primeras sonaban arrolladoras, pero en los últimos años es como si hubierais logrado que, canciones que no son tan directas, acaben convirtiéndose en temas muy relevantes para el público y vuestra trayectoria.
Iñaki: Del disco anterior “Asia” me parece una canción muy emotiva, no sé si un hit, pero muy emotiva que a la gente le gusta. Lo mismo pasa con “Regresando a la ciudad”…
Amaia: De hecho, yo creo que con “Regresando a la ciudad”, cuando salió el disco, vimos que había superado a “La Fuerza” en número de escuchas. Ahora vemos que en los directos hay chavales que no conocen “La fuerza” y nos piden que toquemos “Regresando a la ciudad”. La mayoría de ellos llegaron con el disco homónimo y están aquí por esas canciones más recientes.
Iñaki: Es verdad que ahora intentamos hacer canciones más redondas. Antes éramos más experimentales y ahora quizás queremos hacer canciones más completas, bien hechas.
Amaia: Sí, hace un tiempo que nos propusimos hacer mejores estribillos, quizá no canciones tan directas.

Con este disco es la primera vez que habéis hecho vídeos de todos los temas del álbum para el lanzamiento, ¿por qué?
Iñaki: Es una decisión del sello. Hoy en día, en grupos de nuestro entorno, no tiene mucho sentido hacer un videoclip por tema presupuesto… Si te digo la verdad, es marketing. No le hemos otorgado tanta importancia al videoclip como a generar contenido, es así, pero al menos le hemos intentado dar una narrativa. Los vídeos son como una peli, tanto es así que acaba todo en el mismo cine. Esto igual no lo hemos comunicado tanto y sería bueno que la gente lo supiera.
Amaia: Tuvimos bastante tiempo para hacer el disco, la portada, la salida del álbum… Y hemos intentado que todo tenga una unidad. En este álbum hablamos de la juventud y hemos hecho un disco que engloba todo eso.
Iñaki: Es que con lo que te cuesta hacer un videoclip, nosotros hemos hecho diez...

¿Cómo afrontáis la gira? ¿Cuáles son vuestras expectativas y qué cosas os gustaría hacer diferentes con respecto a la anterior?
Amaia: Pues, mira, tenemos unas 110 canciones subidas a Internet y queremos tocar en cada concierto que hagamos una random de las viejas, como si fuera un regalito para la gente.
Iñaki: También ahora estamos dándole forma a la secuencia de los conciertos, sobre todo en un grupo como el nuestro en el que hay una gran variedad. Igual nos pensamos eso de acabar con “Sácame a bailar”, quién sabe.

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