“Estados Unidos es tan diferente que te dispara nuevas ideas”
Entrevistas / King Hannah

“Estados Unidos es tan diferente que te dispara nuevas ideas”

JC Peña — 06-06-2024
Fotografía — Archivo

El dúo de Liverpool King Hannah pasó por Madrid para promocionar su segundo álbum, “Big Swimmer” (City Slang/Music As Usual, 24), generoso despliegue de emociones en el que plasman su fascinación por Norteamérica y su música, con un envoltorio clásico.

Girar por Estados Unidos -primera vez que visitaban aquel país- les inspiró para afrontar un nuevo LP en el que convocan los espíritus de Neil Young, Joni Mitchell, Bill Callahan, Sun Kil Moon, John Prine o Slint. Sharon Van Etten colabora en un par de cortes, incluyendo la canción que da título al álbum. No son malas referencias para una colección de canciones esenciales que los británicos resuelven con sorprendente madurez.

En persona, Hannah Merrick y Craig Whittle son tan encantadores como tímidos y parcos en palabras. Y uno sabe que tiene cierta edad cuando habla con personas a las que la aventura americana de U2 (por poner un ejemplo de banda europea inspirada por los paisajes y la mitología de aquel país) no les suena de nada.

“Escuchamos siempre a Bill Callahan, tiene muchísimo carácter”

Así que, ¿de dónde viene esa fascinación por Estados Unidos? “Es porque es obviamente un lugar mucho más grande que de donde venimos. Es diferente, y la gente cambia de un sitio a otro. Así que las cosas que ves son nuevas, y eso te dispara nuevas ideas. Son los paisajes y lo grande que es todo”, asegura ella.

“También -añade él- es porque está tan metido en nuestra cultura, en las películas y la música. Para mí personalmente, girar por Estados Unidos era como un sueño inalcanzable, por eso era surrealista, y tratamos de empaparnos de cada cosa”.

Para un europeo, y aunque aquí tampoco estamos para lanzar las campanas al vuelo, “la disparidad entre ricos y pobres en aquel país es enorme. Incluso en Nueva York tienes casas que son como las más caras del mundo, y justo al lado hay un refugio o algo así”. Esa realidad de contrastes descarnados es combustible perfecto para la creación. Una canción como “Somewhere Near El Paso” está inspirada, según Hannah, por “un motel espantoso en que nos hospedamos en Philadelphia, cerca del aeropuerto. Las máquinas cutres de vending, las cosas terribles que vimos como las manchas de sangre en la pared, todo eso. Tratamos de escribir todo con el máximo detalle posible”.

En cualquier caso, ya desde su debut las canciones del dúo de Liverpool -de austera contención y con explosiones de punteos de guitarra eléctrica a lo Crazy Horse- parecen más oriundas del recio midwest que de la ribera del Mersey. A ellos este parentesco les parece tan positivo como que en el corte inicial que da título al álbum, brille la huella de Velvet Underground y Lou Reed. “Nos parece muy bien que encuentres esas influencias, porque nos encanta Lou Reed. Escuchamos cosas muy variadas. Recientemente oigo cada vez más a Joni Mitchell. Me encanta. Y Neil Young”, dice la vocalista.

“Hablábamos precisamente esta mañana -cuenta la cantante- de que Bill Callahan siempre ha estado ahí. Le escuchamos siempre y creo que siempre lo haremos, no es que vayamos por fases. Para los dos se trata de cómo cuenta las cosas y su voz: lo que canta tiene muchísimo carácter, te crees cada palabra. No sé cómo lo hace, te crees su historia y te hace parte de ella”.

“Girar por Estados Unidos era como un sueño inalcanzable”

El dúo decidió trabajar con el experto técnico y productor Ali Chant (Dry Cleaning, PJ Harvey), en el entorno “casero” y familiar de su estudio en Bristol, precisamente porque se sienten próximos a su naturalismo sonoro. La simbiosis resultó en un álbum que atrapa por su crudeza. “Cada cosa que hemos ido grabando ha sonado más natural, y queríamos ir todo lo lejos que pudiéramos en este sentido. Grabamos con él porque Ali Chant tiene el mismo enfoque. Le gusta grabar a todos los músicos en la misma sala, en directo. Hicimos algunos overdubs, pero se trataba de hacer tomas en directo. Y fue interesante, porque cuando mezcló apenas usó plugins o nada, está tal cual”, dice Whittle.

Ambos reivindican el concepto etéreo y clásico de “interpretación”, que la abundancia tecnológica ha relegado a un segundo o tercer plano. Por eso, cuando se recupera, mantiene su poder. Lo explica perfectamente el guitarrista. “Esto no influyó en el disco porque lo vi recientemente, pero oí decir a Glyn Johns (mítico y veterano ingeniero de sonido) en una entrevista que si grabas a un batería, un bajista y un guitarrista tocando juntos, no sólo los sonidos se cuelan en sus micros, sino que cada uno reacciona a cómo toca el otro. La batería afecta a cómo toca el bajista. Si añades más cosas a posteriori, la capa siguiente está reaccionando a ellos, pero los músicos que ya están grabados no pueden reaccionar a lo otro. Así que cuantas más capas metes, más te alejas del concepto original de personas tocando. Creo que esto explica por qué no respondo a mucha de la música nueva que se hace hoy: quizá tienen demasiadas cosas, se han añadido demasiadas capas a la canción original”.

Su nuevo álbum se hace fuerte en el contraste eterno entre luz y oscuridad que es parte esencial del rock clásico, como de la existencia en general. La compositora lo explica de manera curiosa. “Cuando compones una canción partes de diferentes sitios: a veces empiezas con un acorde cálido, bonito, y eso te lleva a las canciones más bonitas. Pero a veces parto de una cosa más angular o enfadada, tipo PJ Harvey, y esas ideas se convierten en las canciones más oscuras y cabreadas. Creo que eso es lo que da ese contraste entre la luz y la oscuridad”.

Craig pone parte del mérito del sonido Crazy Horse de sus punteos de guitarra al efecto Echoplex vintage que usaron durante la grabación de forma extensiva. Y también a una flamante Gibson Les Paul del 72 a la que tuvo acceso en el estudio de Chant. “Por primera vez le puse la mano encima a una guitarra así. Pero normalmente toco con una Jazzmaster con trémolo, y cuando lo uso se mantiene muy bien afinada. Así que cuando usaba el trémolo, tocaba mi guitarra”.

De hecho, ambos tienen la esperanza de que el oyente escuche su disco como “un viaje”. O más bien una “road movie” con mucho carácter y riqueza emocional. “Todavía no hemos empezado a ensayar para la gira -admite Hannah-, pero nos emociona tener algunas canciones más cortas y animadas. Siempre hemos tenido las canciones largas e hipnóticas, son nuestras favoritas, pero creo que para un concierto está bien tener esos otros momentos de mucha energía. Y como grabamos de un modo tan simple, las conocemos. Queremos sacar el mejor show que podamos. Tenemos a un técnico muy bueno. Nuestro manager dio en el clavo diciendo que el técnico es…¿cuántos somos, cuatro? Pues el quinto miembro. Es crucial”. Sí, estos muchachos llegarán lejos.

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