Y por eso es un placer hablar, aunque sea por Zoom, con Geoff Farina, compositor, guitarrista y cantante de una banda que allá por los noventa y primeros dos mil se ganó el corazón de toda una generación de melómanos españoles gracias a unas virtudes musicales transmitidas con esa honestidad de raíces punk.
Con un pie en el pop inteligente y el slowcore, y otro en el jazz y la música negra, Geoff, Jeff Goddard (bajo) y Gavin McCarthy (batería) han hecho siempre lo que les ha dado la gana a partir de una química que mantienen intacta. Geoff está rodeado de las guitarras que adornan las paredes de su casa en Chicago. (Por cierto, que en su visita al Primavera Sound de Madrid tuvimos el placer de prestarles nuestro local. Nos lo han agradecido con un generoso pack de discos, e incluyéndonos en los créditos).
Desde que se separaron en 2005, un año después de la salida de “Pockets”, Farina y sus compañeros no han estado de brazos cruzados, con proyectos propios y ajenos. Pero el compositor se muestra entusiasmado con esta nueva etapa del “grupo con el que crecimos”.
Tengo que empezar preguntándote en qué momento os planteasteis la posibilidad de hacer un nuevo álbum. No es tan frecuente que un grupo vuelva a sacar música después de tanto tiempo.
Bueno, conseguimos que el sello antiguo nos devolviera nuestro material después de diez años. Cuando empezamos a reeditarlo con Numero, parecía un buen momento. Nos lo estábamos pasando muy bien y había interés. Era el momento por nuestra actividad en directo y las reediciones. Pensamos: ¿Por qué no? Vamos a ver qué pasa. Los bolos han sido hasta el momento muy divertidos.
“A los tres minutos de volver a tocar juntos parecía que volvíamos de gira”
Supongo que, aunque vivís en ciudades e incluso países distintos (Gavin en Boston, Jeff Goddard, en Bélgica), no perdisteis el contacto en todo este tiempo.
Nos veíamos una o dos veces al año. Seguimos viajando mucho. Todos girábamos. Yo estaba haciendo bolos con otros proyectos, y algunas cosas en solitario, así que veía a Jeff cuando iba a tocar a Bélgica, y a Gavin cuando iba a Boston o él venía a Chicago. Seguíamos en contacto, sí.
Lo que me más me ha chocado del nuevo LP es su frescura. No parece ni de lejos el disco de un grupo que vuelve después de tanto tiempo.
Pues gracias. Creo que fue en 2022, cuando nos juntamos y empezamos a tocar, nos lo pasamos muy bien. Y en medio del tour, creo que fue en Milán, pensé que quería hacerlo. Saqué el tema y ellos se mostraron muy interesados. Decidimos entonces que lo íbamos a intentar. El proceso fue muy distinto de lo que habíamos hecho antes. Nos podíamos ver en Madrid, Islandia, Bélgica o, cuando teníamos una oportunidad, en Boston. Hemos viajado mucho en estos años. Así que sacábamos un par de días más para ensayar juntos el material nuevo. Hicimos muchas maquetas: yo hacía una primera y se la enviaba a ellos para que la escucharan por su cuenta, y luego hicimos como cuatro rondas más de maquetas, de modo que la siguiente vez que nos veíamos teníamos ideas nuevas.
Entiendo. ¿Y no es difícil trabajar así?
Acabó saliendo muy bien. Estábamos un poco nerviosos porque nunca habíamos trabajado así, pero cuando entramos en el estudio nos parecía que nos sabíamos las canciones de arriba a abajo, como que teníamos el disco ahí mismo.
¿No os daba miedo haber perdido la química que era la base de vuestros discos de los noventa y primeros dos mil?
Te puedo decir que a los tres minutos de volver a tocar en 2022 tras diecisiete años, nos pareció que volvíamos de una gira. Nos sentimos instantáneamente como hace veinticinco años. Tenemos química musical, hacemos clic. Creo que para los tres ésta ha sido nuestra gran banda. Me sorprendió mucho lo fácil y divertido que es tocar con estos tíos. Nos llevó mucho tiempo volver a aprendernos las canciones, pero en cuanto al feeling y a la química, nos llevó tres minutos volver a estar juntos.
Es curioso que en tiempos tan convulsos os haya salido un disco musicalmente luminoso. Tendemos a poner el foco en lo negativo, pero vuestro disco me parece ante todo una celebración de lo que hacéis.
Yo me siento un poco como en los 80 otra vez. Tengo muchas ideas para hacer canciones, y creo que vienen del mundo en que vivimos. Me recuerda mucho a cuando era adolescente en los 80 y estaba en grupos punk. Tengo la misma sensación de entonces. Creo que es relevante escribir sobre los sentimientos que la gente esta viviendo: estar ahí, hablar a la gente y tocar delante. Y es que parece el momento correcto, es muy fértil para hacer canciones.
Lo que está claro es que es difícil meterlas en una categoría, aunque en su momento se os metió en la del slowcore.
Sí, ahora mismo decimos que somos un grupo de rock. Tenemos muchas influencias de R&B, y también las hay, significativas, del jazz, el soul y otros estilos. Pero mucha música rock tiene influencias distintas. Llevamos tanto tiempo tocando juntos que probamos cosas diferentes con la esperanza de que lo que hacemos acabe sonando a rock, pero no estoy seguro de dónde encaja.
“Las letras tienen mucho que ver con la batalla cultural en la que estamos”
Para mí eso es muy positivo. Y cristaliza en canciones como “Fall to Grace”. Ahí brilla especialmente vuestra interacción.
La letra es sobre un amigo que se puso muy enfermo. Y la música se la robé un poco a un gran guitarrista de góspel, Jubu Smith. Creo recordar que vi un video de él en un estudio donde enredaba tocando una cosita. Le di la vuelta a la frase y la empecé a tocar. Esa canción estaba muy calculada, queríamos que tuviera un groove lento de góspel y R&B, Al final Gavin desarrolló algunas de las ideas que to tenía: tenía distintas partes de batería e improvisó un poco sobre ellas. Y nos gusta mucho cómo ha salido. No es fácil de tocar, tiene un groove que no te viene de forma natural.
Habéis vuelto a grabar con vuestro técnico habitual Andy Hong. En un momento en el que se puede hacer casi cualquier cosa en el estudio, vosotros os mantenéis en lo básico. El sonido es fabuloso, aunque sólo hay una guitarra, un bajo, una batería y la voz.
Sí, más o menos. En algunas canciones hay dos pistas de guitarra, pero la mayor parte es eso: guitarra, bajo, batería y voz. Andy hizo la mayor parte de nuestros últimos discos, así que grabar con él parecía lo más lógico. Me gusta cómo trabajamos juntos y su personalidad. Pasamos horas puliendo detalles pequeños, en ese sentido conectamos bien. El modo en que hacemos las cosas no es tradicional. Es muy cómodo tener a alguien que sepa de verdad cuáles son tus fortalezas y debilidades. La otra cosa es que Andy es un ingeniero muy inteligente. Es muy bueno grabando baterías. Ha desarrollado un método con el que lo mide todo al milímetro, y consigue un sonido de batería que para mí es…perfecto.
Leí que el estudio estaba a medio montar cuando entrasteis, y que esto fue un poco estresante. ¿Es cierto?
Sí, tuvimos que cruzar un poco los dedos. Andy ha tenido varios estudios, y éste es el nuevo. Lo tiene en su casa, y creo que había puesto la escalera el día antes de entrar. La casa no estaba terminada cuando estábamos grabando, pero salió bien. Era casi como estar en una obra…
Entiendo, por vuestra estética y lo que me cuentas, que grabáis esencialmente en directo.
Lo que solemos hacer es grabar guitarra, bajo y batería juntos, sin voces. Y yo no hago todas las guitarras. Suelo grabar la rítmica, y luego vuelvo para hacer algún overdub. Tratamos de grabar juntos y estar cerca unos de otros. A veces Gavin y Jeff graban sólo batería y bajo, cuando yo sé exactamente lo que hacen y lo que tengo que hacer después. Depende de la canción, pero la idea es grabar juntos una parte significativa del disco.
Suena muy natural, pero a la vez todo está perfectamente cuidado.
A ver, ensayamos mucho. Queremos entrar en el estudio sabiendo exactamente lo que vamos a hacer. Cada cosa, cada nota. Cuando entramos tenemos la esperanza de estar muy compenetrados. Ensayamos mucho para llegar a ese punto. Quizá se pueden hacer discos añadiendo capas, pero para mí un grupo fluye como una unidad cuando toca todo el mundo. Así suena el rock para mí. Nosotros queremos que siga sonando muy natural. Queremos que suene, en gran medida, como cuando tocamos en vivo.
¿Quiere decir eso que no puedes disfrutar de música más producida en el estudio?
Claro que puedo. Me gusta todo tipo de música. Me encantan “Loveless” de My Bloody Valentine y cosas por el estilo, esos discos de estudio. Hay muchísimas formas de hacer grandes discos. Pero nosotros tenemos nuestra estética y nuestros valores. La primera música que entendimos fue el punk. Cuando nos subimos al escenario por primera vez pusimos en práctica esos valores. Con este disco tratamos de hacer algo un poquito más elaborado en el estudio, pero lo acabamos antes de meter más capas. Creo que nos gustaría probar ideas algo más elaboradas, pero supongo que nunca hemos tenido oportunidad de hacerlo.
Bueno, al mismo tiempo tiene un punto elegante y sofisticado.
Sí, queremos ser capaces de tocar en directo lo que tocamos en el estudio. Probablemente podría hacer cosas en el estudio que me hicieran parecer mejor músico. Pero hay un punto de orgullo. Queremos tocar las canciones de verdad. Es la base de todo esto, de cuando te metías en el sótano a tocar con sólo una guitarra, un bajo y una batería, sin más equipo. Valoramos mucho esa estética del punk. Mola mucho esa sensación de estar en un grupo muy sólido. Es algo que los tres hemos perseguido a lo largo de todas nuestras vidas. Queremos estar en un grupo sólido sobre un escenario. Es lo que siempre hemos querido.
La portada, tan sencilla y directa, también tiene que ver con esa estética de la que hablas. ¿Me puedes hablar del nombre del disco, “Make It Fit” (literalmente “Hazlo encajar” o “Que se ajuste")?
Viene de la última canción, “Silence, Sound”. Hace referencia a que la vida se llena de cargas y según envejeces se hace más y más complicado hacer las cosas más simples, porque, además, cada día nos bombardean con demasiada información. Entonces, para hacer un disco o ensayar con un grupo, lo que sea, tienes que ponerte a ello. Te lo tienes que currar. Es este sentimiento de “no hay excusas”, de hacer que pase algo sin ponerte excusas. La canción va de eso, de volverme a comprometer con lo que siempre he hecho. Y de ahí viene el título del disco.
“Sin el sello Numero Group ni habríamos vuelto a tocar”
¿Qué importancia ha tenido el sello Numero Group para que este disco se haya hecho realidad?
Total. Sin ellos nunca podríamos haber vuelto ni siquiera a tocar en directo. Uno de los dueños es un tipo muy entusiasta que tiene todo tipo de ideas. Cada vez que me llama, me tiene buceando en cajas llenas de flyers y cintas. Luego, tienen un montón de gente joven currando en cosas de Internet y ese mundo digital del que no sé nada. Hay un montón de personas haciendo cosas creativas para nosotros, lo cual es una situación estupenda. Estamos muy agradecidos de estar con Numero.
¿Por qué mantenéis un considerable núcleo de fans tan fiel en España? ¿No te lo has preguntado nunca?
Pues no lo sé. Creo que enganchamos muy pronto con la escena de Sant Feliu de Guíxols. A mucha gente de allí le molan las mismas bandas de DC que a nosotros. Conectamos muy bien desde el principio, y en España tenemos el mismo agente de booking que hace 25 años. Cuando vamos, vemos a la misma gente y tocamos en los mismos clubs de Barcelona u otros sitios. Giramos mucho por allí en su momento.
No lo sé, porque resulta que tenemos también un éxito extraño en Italia. Y me pregunto por qué. Yo soy Ítalo-americano, mis canciones tienen mucho texto, y a lo mejor es porque en la música tradicional italiana los “cantatori” meten mucha letra. También me pregunto si mi estilo raro de cantar llega de algún modo curioso al sur de Europa, porque cuando voy por allí me preguntan por las letras, lo cual es raro, teniendo en cuenta que no es su lengua materna.
Hablando de tu voz, suena exactamente igual que hace veinte años. ¿Cuáles son tus influencias como cantante?
Sinceramente, como te decía antes, me siento tan cabreado como en los 80. Subirte a un escenario y chillar sienta muy bien. Las escribí en 2022 y tienen mucho que ver con la batalla cultural en la que estamos. No creo que sea entre derecha e izquierda, sino entre la gente a la que le importa lo que le pasa al de al lado y entiende lo que es vivir con personas diferentes en el mismo país, y los que no. En cuanto a mi modo de cantar…no pienso mucho en ello, más allá de que cuando canto estas canciones y las viejas, tienen significado para mí y para otros. Le pongo mucha pasión y me divierte mucho, y no siempre fue el caso, porque siempre he sido tímido como cantante.
¿Ah, sí?
Tengo una voz extraña. Ni siquiera me considero cantante. Como músico, soy guitarrista, ¿me entiendes? No me considero un cantante de verdad. Creo que soy un cantante punk o de rock. Pero está muy bien que las cosas encajen como lo hacen ahora. Me resulta fácil cantar ahora, porque me siento bien.
¿Qué planes tenéis ahora que ha salido el LP?
Tenemos un montón de conciertos por delante, y estamos tratando de organizarlo todo. Esperamos volver a España en mayo, pero no estoy seguro. Depende de si lo podemos cuadrar. Hay muchas cosas previstas para Europa el próximo año. No pensamos muy a largo plazo más allá de cumplir los compromisos que tenemos en cuanto a las giras.
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