Abróchense los cinturones y prepárense para los directos de presentación del disco que ya están aquí: Madrid (4 noviembre, Sala Caracol) y Valencia (3 diciembre, 16 Toneladas).
Lo primero que sorprende tras escuchar a Kamikaze Helmets es descubrir que solo sois dos miembros: Gabri Casanova a las teclas y Kike Parra batería y voz. ¿Cuál fue la génesis del dúo?
(Gabri) Llevaba varios años con el proyecto en la cabeza. Llevo tocando con grupos de soul, funk y rock desde que me dedico a la música, pero necesitaba hacer algo más cañero. Kike y yo coincidimos tocando con Aurora And The Betrayers. Después hemos compartido múltiples formaciones y jams sessions en Madrid. Cuando le vi tocar y cantar por primera vez no di crédito con la destreza y la onda en que lo hace, era la pieza perfecta para lo que tenía pensado, dos personas, pero sonar como una banda completa.
(Kike) Lo mismo me sucedió a mí. Creo que hubo una alineación de astros el día que conocí a Gabri, que ni siquiera fue tocando, sino comprándole una batería que conservo como mi mayor tesoro y que curiosamente fue unos cuantos años antes de conocernos musicalmente. Estábamos montando en un escenario para hacer la prueba de sonido y durante unos cuantos días decíamos: “tu cara me suena”. Desde que saqué el bombo y Gabri lo vio fue que descubrimos que nos conocíamos hacía años. ¡Sin duda alguna el destino era éste!
"Desde el primer momento teníamos claro cómo queríamos que fuese el directo. Un concierto de rock, potente, en algunos momentos abrumador, en otros inspirador y psicodélico".
Lo segundo que sorprende es que no tenéis guitarras eléctricas. Esa parte se cubre con teclados: Clavinets, Moogs y Prophets en lugar de guitarras y bajos. ¿Fue una de las premisas, hacer rock sin guitarras?
(Gabri) El Clavinet es un instrumento que se inventó en los sesenta. Su mecanismo se basa en el clavecín, un instrumento de cuerda pulsada con teclado. A este sistema se le incorporó unas pastillas semejantes a las de una guitarra eléctrica, por lo que el sonido y lo que puedes conseguir con él es parecido a una guitarra eléctrica. Además le incorporé una palanca Whammy con la que puedo hacer bendings totalmente guitarrísticos, todo esto pasado por pedales de guitarra fuzz, overdrive, octavador… Hace que el muro de sonido que se crea sea demoledor e infranqueable. El rol de bajo lo hago con la mano izquierda con un Moog Model D de los setenta, por lo que la banda tiene un sonido completamente diferente a una banda de rock con bajo y guitarras. A parte de estos dos instrumentos, he incorporado un sintetizador polifónico Prophet, con lo que la riqueza tímbrica y texturas aumenta.
(Kike) Creo que, más que una premisa, diría que la limitación de ser dos hace que saquemos el MacGyver que llevamos dentro.
No obstante, las influencias son claramente de rock setentero y guitarrero: Led Zeppelin, los primeros AC/DC, The Doors, Deep Purple, Black Sabbath… ¿Cierto?
(Gabri) Totalmente, estamos influidos por grupos de ese estilo. ¡Los llevamos escuchando desde que somos niños! Pero al escuchar todo tipo de música, desde funk, jazz, soul, blues, electrónica o música clásica, las influencias son múltiples.
¿Cuál es la reacción de la gente al descubrir a Kamikaze Helmets?
(Gabri) Está habiendo una acogida magnífica, el disco está gustando a personas con gustos variopintos, cosa que no nos puede complacer más. Cuando arrancamos los conciertos, el público se queda atónito de que ese torrente sonoro venga solo de dos músicos. Hemos hecho muy pocos bolos, pero la reacción de la gente al final de ellos es muy buena.
Supongo que el hecho de ser solo dos facilitará mucho las cosas a la hora de ensayar, tomar decisiones, montar los conciertos, cuadrar agendas… ¿Son todo ventajas?
(Gabri) Cuando empezamos, dijimos: “Vamos a hacer un grupo de Whatsapp para organizarnos… ¡Ah no! ¡No hace falta, que solo somos dos!”. Sí, la verdad que todo es más fácil, las conversaciones son cortas y concisas, creo que acelera cualquier proceso. Es verdad que todo el trabajo que conlleva una banda lo repartes solamente entre dos.
"Hemos hecho muy pocos bolos, pero la reacción de la gente al final de ellos es muy buena"
Hablemos del disco. Las partes de Kike se han grabado en los extintos estudios Funkameba con Santi Martín, experto en grabación en cinta analógica. ¿Queríais darle esa textura retro?
(Gabri) El color de la cinta siempre nos ha gustado, esa calidez es imposible igualarla con algo digital. También se grabaron Moogs y voces sobre ésta, les da un color especial [risas].
Gabri, tus partes las has grabado en tu propio estudio. ¿Se añadieron después de las partes de batería? ¿Antes? ¿Habéis ido a la par?
(Gabri) Sí, tengo un estudio con una buena colección de teclados analógicos. Estos fueron grabados después de las baterías y antes de las voces.
¿Dónde se ha mezclado y masterizado todo después?
(Gabri) El disco lo ha mezclado Santi Martin, que como decías es un experto en grabación analógica, sus trabajos siempre suenan muy naturales y con esa grasa que tanto nos gusta. Lo masterizó en Italia Andrea De Bernardi en su estudio Eleven Mastering.
El resultado son diez temas que publicáis en un primer álbum homónimo. ¿En qué formatos los vamos a poder escuchar?
(Gabri) Está en todas las plataformas digitales y hemos fabricado tanto CD como vinilo, éste de color rojo. Como ves somos unos románticos.
Os atrevéis hasta con una versión del “Tutti Frutti” llevada a vuestro terreno. ¿Una reivindicación del rock’n’roll más primigenio?
(Gabri) Llevamos escuchando tanto tiempo esa música que forma parte de nosotros, queríamos meter una versión en el disco y los dos lo vimos claro. Además, la versión la habíamos tocado juntos con otras formaciones, siempre la cantaba Kike y en directo funcionaba muy bien.
(Kike) Me gustaría indicar que vocalmente es sin duda un referente inamovible para mí, y qué mejor forma de dar las gracias a este genio y su energía demoledora que sin duda es uno de los retos que queremos alcanzar con Kamikaze Helmets.
Ahora vienen los conciertos de presentación en Madrid (4 noviembre, Sala Caracol) y Valencia (3 diciembre, 16 Toneladas). ¿Qué veremos en ellos?
(Gabri) A dos chalados vestidos de aviadores dejándose el pellejo en el escenario. Desde el primer momento teníamos claro cómo queríamos que fuese el directo. Un concierto de rock, potente, en algunos momentos abrumador, en otros inspirador y psicodélico. Un viaje en el que meciésemos al público de un lado al otro conservando la coherencia.
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