“A veces es complicado llamar 'hogar' a Gran Bretaña”
EntrevistasKae Tempest

“A veces es complicado llamar 'hogar' a Gran Bretaña”

Carlos Pérez de Ziriza — 08-04-2022
Fotografía — Archivo

No son pocas las cosas que han cambiado en la vida de Kae Tempest en los últimos tres años. Como en la vida de todos. Entonces, cuando publicó su último álbum, aún era Kate. Hoy es Kae.

Es también la primera vez que aparece en una portada, señal de que necesitaba mostrarse tal cual. Sin ambages. "The Line Is A Curve" (Virgin, 2022), su cuarto largo, es también el disco más colaborativo de entre todos los que ha hecho: Grian Chatten (Fontaines D.C.), Lianne La Havas, Kevin Abstract, Assia y Confucius MC figuran en su nómina. Es también su trabajo más directo y comercial, sin que esto implique connotación peyorativa alguna.

Lo que no cambia es su productor, de nuevo su inseparable Dan Carey, ni su honestidad brutal. Ni el compromiso con su arte, el que hace de ella una de las creadoras más fascinantes del Reino Unido en la última década. Hablamos con ella a través de la pantalla del ordenador, justo en el día en que Rusia decide invadir Ucrania. Pasamos casi de puntillas sobre el asunto nada más emprender conversación, porque el estupor y el mal rollo que tenemos en el cuerpo aquel día nos invita a poner el foco en cosas más productivas y seguramente más esperanzadoras.

¿Cuál crees que es la diferencia esencial entre este disco y los anteriores? A mí me da la impresión de que está más enfocado a tus propios sentimientos que a lo que ocurre en el mundo.
No lo sé, creo que mis experiencias propias estaban también presentes en los anteriores discos, y todos los personajes que iba creando partían de un momento de realidad vivida. A menudo me encuentro con personajes que escribo basados en cosas que yo misma estoy intentando entender. Puede que este sí tenga una narrativa menos formal que los anteriores álbumes, pero es complicado para mí el tener una perspectiva sobre eso. Si a ti te parece que es así, puede que lo sea.

"A veces puede ser aterrador pensar en dónde estamos y a dónde nos puede conducir todo esto"

Dices que este disco viene de un punto concreto en tu vida en el que has hecho algunos cambios importantes. ¿Cuáles son?
En los dos últimos años, muchos. Como todo el mundo. Hemos pasado un momento de reflexión y auto conocimiento personal, nacional y global. Mucho dolor y sufrimiento. Y grandes descubrimientos acerca de hacia dónde nos queremos mover a partir de ahora. Ha habido cambios en mi vida, y en el modo en que la vivo.

Tu música se ha basado siempre en la conexión y la empatía con el público, especialmente en tus directos. Habrá sido frustrante pasar tanto tiempo sin ese contacto con el público.
De algún modo fue muy difícil, nos pilló en medio de una gira cuando todo cerró, y se hizo duro aceptar que todo eso en lo que tanto confiabas, se desvanecía. Pero, para serte sincera, realmente sentía en mi interior la necesidad de bajar del carro de las giras. Estar de gira puede ser agotador y afectar a tu salud: demasiada bebida, poco sueño, viajes constantes, la adrenalina a tope… puede afectar a tu sistema y a tus relaciones. Así que, por mucho que eche de menos al público, aprecio lo que este tiempo me ha dado. Ahora estoy preparada de nuevo.

Este es el disco más colaborativo de tu carrera. Al menos otros cinco músicos concurren: Grian Chatten (Fontaines D.C.), Lianne La Havas, Kevin Abstract, Assia y Confucius MC. ¿No te inquietaba que sonara menos cohesionado?
Buena pregunta. No, no tenía ese miedo. Cuando empecé a hacer música ya sentía esa necesidad, mi naturaleza es muy colaborativa, lo que ocurre es que cuando comencé con mis discos en solitario tenía ideas muy intrincadas acerca de cómo construirlos y necesitaba tenerlo todo bajo control. Ese proceso es hoy en día más de querer traer a mi comunidad conmigo y dejarme llevar. Y creo que lo que cada uno de los colaboradores aporta a este disco es muy especial. Y al final creo que hay cohesión. Funcionan como un coro que aporta diferentes perspectivas a algunas de las cosas que expreso. Lo he disfrutado mucho.

Dan Carey vuelve a trabajar contigo. Se ha convertido, además, en uno de los arquitectos del nuevo sonido de las islas, podríamos decir, tras trabajar con Goat Girl, Squid o Fontaines D.C. Supongo que ahora mismo no te imaginas un disco sin él.
Tenemos una conexión muy bonita. Confío en sus ideas. Creo que, musicalmente, es un genio. Es increíble todo lo que puede hacer. Su forma de escribir música es impresionante, pero también su capacidad de escuchar, saber qué es lo que necesita cada canción y favorecer el entorno para que desarrolle mis ideas. Tenemos una camaradería especial. Más que decir que nunca trabajaría con otro productor, lo que siento es que estoy encantada con él.

Tanto tú como las bandas que he mencionado, y otros artistas dispares como Shame, Sleaford Mods, Slowthai o Fat White Family, habéis florecido en una época especialmente complicada para el mundo y en especial para Gran Bretaña, con el Brexit. ¿Crees en esa visión que asigna a los periodos turbulentos y de crisis un mayor fermento creativo?
Por mi parte, yo creo que todos los años de mi vida han sido muy creativos. Me he rodeado de gente creativa, que quiere hacer cosas, que quiere convertirlas en arte. Seguro que este también es un periodo creativo, pero para mí, todos lo han sido. Es lo que he conocido siempre.

"A veces me encuentro a mí misma escribiendo esta clase de canciones, como si quisiera cogerme de la mano a mí misma y recomponerme tras el sufrimiento. Y creo que “More Pressure” es un poco eso"

Hay una referencia en “Salt Coast” a la “tiranía de “Britannia Rules The Waves””, que entiendo es una referencia a “Rule, Britannia”, una canción patriótica del siglo XVIII. ¿Crees que el Reino Unido debería superar esa nostalgia del viejo imperio y de la era victoriana y reencontrar su nuevo lugar en el mundo?
Esa canción la compuse como una canción de amor a las Islas Británicas. Un lugar al que a veces es complicado llamar “hogar”. Pero no deja de ser bonita esa relación que tengo con ese hogar. Es mi tierra, y me siento muy ligada a ella. La canción es una celebración y también un examen de este complicadísimo lugar que es el Reino Unido. Hay muchísima presión aquí ahora mismo. Muchas cosas ocurriendo. La gente está bajo mucha presión. A veces puede ser aterrador pensar en dónde estamos y a dónde nos puede conducir todo esto, pero esta canción trata sobre nuestra antigüedad y sobre lo mucho que hemos sobrevivido a todo durante siglos. Ya veremos.

¿Sientes cierta relación de amor – odio, como casi todos con nuestra tierra?
Soy de Londres, soy de Inglaterra y soy de las Islas Británicas. Son las tres identidades que forman mi identidad. La familia de mi padre procede de Londres y la de mi madre de Escocia, y todo eso forma parte de cómo siento esta isla. No creo que sienta más amor por este lugar que nadie, simplemente es mi tierra. Pero siento cierto conflicto con ella. No diría que siento odio, la quiero mucho más que la odio, pero quererla a veces me genera frustración.

En las sesiones del disco decidiste grabar ante fans de diferentes edades: un hombre de 78 años, una mujer de 29 y tres adolescentes de entre 12 y 16 años. ¿Te preocupa cómo se percibe tu música según las diferentes generaciones?
Bueno, era más sobre lo que ocurría al interpretarlas en directo. El álbum fue grabado en una toma, lo escribí, lo memoricé y lo grabé. Quería saber lo que ocurría con mi voz, con las palabras que pronuncié, delante de gente de diferentes generaciones. Me interesa cómo el lenguaje se transforma. Iba sobre eso. Fue un buen experimento. Sus reacciones también fueron muy diferentes. La mayor parte del material que interpretamos fue delante de alguien de mi generación, la mujer de 29, y creo que me sentí más cómoda con ella porque además es amiga mía. Era más fácil. Los adolescentes me escucharon muy atentamente, y creo que con el hombre de 78 años tuve la experiencia más conmovedora, al menos para mí, porque sentí que estábamos juntos en el mismo viaje, que se sentía interpelado y que respondía.

Cuando te preguntaba al principio de la entrevista sobre tu implicación más personal en este disco, sobre esa sensación de que está más centrado en tus sensaciones que en el entorno social y político, no lo hacía solo por las letras, sino también porque es la primera vez que apareces en portada de un disco.
Sí, me sentía preparada. Hay una parte de mí que ya no tiene tanto miedo a eso, y quería dar la bienvenida a la gente desde la misma portada, y creo que tener mi rostro en la cubierta dice algo sobre lo preparada que estás para compartirlo, y sobre lo que le pides al público. Es un encuentro entre tú y quien lo escucha. Una invitación a que descubran cosas sobre ti.

Y ya que estamos con esa proyección pública, ¿cómo te llevas con las redes sociales?
No soy muy buena con ellas. Mi manager me pide que las use, que las actualice, pero no soy de esos artistas que sienten afinidad con las redes como un modo de expresarse. Entiendo que es una plataforma creativa como cualquier otra, pero no es una forma que yo encuentre bonita. Yo no lo entiendo así, pero personalmente entiendo a quienes sí. Es como un espacio de cara a la galería. La performance real es sobre el escenario. Yo no he sentido la epifanía que me ayude a entender cómo utilizarlas en un sentido creativo. Pero tampoco juzgo a nadie.

¿En qué medida tus diferentes actividades interactúan? Me refiero a escribir guiones para teatro, canciones, poemas o novelas.
Son formas diferentes. Tú me estás hablando en inglés, lo que significa que eres, como mínimo, bilingüe, y puede que sepas más idiomas. Pues para mí es mas o menos lo mismo: son diferentes lenguajes que tengo a mi alcance. Entiendo el significado al principio de cada idea, y es como si fueran diferentes lenguajes con connotaciones distintas. No sé si esta es una buena metáfora, porque yo solo sé hablar inglés (risas), pero me imagino que es así.

"Los pensamientos no pueden cambiar hasta que no tienen un vehículo para expresarse y acomodarse a ellos. La personalidad de mucha gente se ve excluida por el lenguaje"

Hablando sobre canciones concretas, tengo entendido que “More Pressure” es como la base de la que parte el resto del disco. ¿Fue la primera en tomar forma?
No, no fue la primera, creo que lo que quiero decir es que hay un momento en el álbum en el que los temas cambian. El disco empieza como algo muy frío, oscuro, y luego se vuelve más cálido, con instrumentación más orgánica, baterías, vientos, guitarras, todo se vuelve más vivaz, el sol sale por fin en el disco y las letras también responden a ese cambio, y “More Pressure” es el punto de inflexión, un momento muy importante para el álbum en ese sentido. Cuando todo se vuelve más brillante.

¿Sentías la necesidad de ser más directa en tu mensaje?
“More Pressure” empezó con un beat, luego con una impresionante línea de bajo y un patrón irresuelto, y luego me permitía jugar con el flow, y es ahí hacia dónde se dirigía todo: es un mensaje para mí misma y para el resto de la gente, creo. A veces escribes cosas que necesitas escuchar, sientes que lo que escribes viene de la mejor parte de ti misma, y que está dialogando con la parte más baja, la que mantiene como una lucha interior. A veces me encuentro a mí misma escribiendo esta clase de canciones, como si quisiera cogerme de la mano a mí misma y recomponerme tras el sufrimiento. Y creo que “More Pressure” es un poco eso.

En tu último libro, "Conexión" (Sexto Piso, 2021), fue la primera vez que escribías en género no binario, de forma inclusiva, empezando por tu propio nombre, que pasó de Kate a Kae. ¿Qué importancia das al lenguaje como herramienta de transformación social, como algo capaz de cambiar ideas y estereotipos?
Muy buena pregunta. Creo que es muy útil. Porque nuestros pensamientos están unidos por nuestra capacidad para expresarlos. Por ejemplo, en el lenguaje de género, nos damos a nosotros mismos unas fronteras muy restrictivas, que excluyen a enormes sectores de la población, gente que no son ni una cosa ni la otra, que no se pueden regir por nomenclaturas binarias. Algo tan sencillo como usar lenguaje inclusivo, o los pronombres correctos para alguien que no se identifica con “él” o “ella”, es como una apertura al entendimiento. Los pensamientos no pueden cambiar hasta que no tienen un vehículo para expresarse y acomodarse a ellos. La personalidad de mucha gente se ve excluida por el lenguaje.

Entiendo lo que dices, ¿pero no crees que si nos obsesionamos demasiado con el lenguaje podemos olvidarnos de corregir los problemas sociales de base? A veces me parece que todo esto es como empezar la casa por el tejado.
Puede ser. Pero para mí, específicamente, las palabras lo son todo. Tengo una obsesión con el lenguaje. Y creo que la raíz para ser entendido es a través de las palabras. Pero la mía no deja de ser la perspectiva de una escritora. Estoy segura de que habrá gente que lo entienda de otro modo.

¿Has escuchado algún disco o canción últimamente que te haya impactado?
Estoy escuchando mucho a un rapero de Atlanta, JID, que no es que sea muy nuevo, pero es buenísimo. Cosas muy distintas. Siempre que me preguntan sobre esto me quedo en blanco… también mucha música country de los sesenta, me gustan mucho algunas de sus letras. Muchos raperos norteamericanos de ahora. Animo a la gente a que escuche a Confucious MC, que colabora en mi disco, él es del sur de Londres. Me encantan SAULT también.

Por cierto, ¿cómo lograste que Grian Chatten, de Fontaines D.C., se marcase un spoken word en “I Saw Light”, tan alejado de su registro habitual?
Grian es un poeta. De los de verdad. Tengo una gran conexión con él. Reconozco su arte cuando le oigo cantar. Se lo pedí. Quería que escribiera un poema, sin saber si lo haría. Y lo hizo. Contar con su voz es toda una bendición.

Conciertos Kae Tempest:

21.00h 29,20€
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