Después de dos discos de corte experimental, “Six Dew Points” (2002, para una exposición en Suiza) y “Music For Artificial Clouds” (2004, directamente inspirado en composiciones de Brian Eno), “Super Ready/Fragmenté” supone el regreso al rock de The Young Gods, una de las bandas pioneras de la música industrial, formada en torno a la figura de Franz Treichler, quien atiende desde Ginebra una accidentada conversación telefónica plagada de cortes e interferencias. “Sí, se puede decir que es nuestro primer disco desde ‘Second Nature’ (2000), al menos desde el punto de vista del rock, porque los otros tenían una naturaleza distinta”.
"Quizá haya menos sintetizadores, pero las máquinas siguen siendo decisivas" |
Una vuelta a los orígenes que también ha supuesto la recuperación de Roli Mosimann (ex Swans), su productor en los años en que Treichler firmaba como Franz Muze. “Trabajó con nosotros durante una década, de 1986 a 1995, y después buscamos otras experiencias, pero ahora pensamos que sería bueno volver a hacer algo juntos y recuperar la energía que nos movía entonces. Entiende muy bien al grupo y saca partido como nadie al sonido de la batería. Creo que nos habíamos echado de menos mutuamente”. Al Comet y Bernard Trontin completan la formación, que apuesta decididamente por un sonido directo y orgánico que remite a su época más plena, la de “TV Sky” (1992) y “Only Heaven” (1995). “Hemos querido que las guitarras tuviesen un gran protagonismo, que estuviesen en primer plano, que llegasen sin atajos, de manera frontal”. Lo que no significa, ni mucho menos, que la electrónica haya quedado relegada a un papel secundario. “La parte electrónica siempre es fundamental en nuestra música; incluso aunque las guitarras sean reales, están tratadas. Quizá haya menos sintetizadores, pero las máquinas siguen siendo decisivas, aunque seguro que de manera menos obvia que en nuestros trabajos más recientes”. Cortes como “About Time”, “Everywhere” o “Secret” (que ya se avanzaba en el recopilatorio “XX Years” de 2005) certifican esta afirmación, mientras que “Super Ready/Fragmenté”, el tema, tiene una carga más atmosférica y otros incluso apuntan algo de psicodelia industrial. Un crossover en el que la voz de Treichler, alternando inglés y francés, continúa dominando sin necesidad de afrontar cambios sustanciales en un sonido rotundo que sin embargo no resulta monocorde. “Nuestra música es, sobre todo, profunda”. Así lo resume el artífice de The Young Gods, cuyas composiciones en esta ocasión tienen el concepto de la violencia como telón de fondo. “Es evidente que cada vez hay más violencia, pero parece que eso se admite sin mayor problema; se trata de una relación ambigua. Clamamos contra las armas, hay cientos de mensajes en ese sentido, pero la gente no reacciona porque se ha convertido en algo banal. Es una contradicción. A diario aparecen estadísticas de todo tipo, sobre el número de perros, tarjetas de crédito o teléfonos móviles, pero es absolutamente imposible precisar cuántas armas hay en circulación. Parece que la violencia es algo abstracto y sin embargo está ahí, cada día. Es algo que está en la condición humana, es verdad, pero que hay que mantener bajo control y usar en una dirección correcta y no desde un punto de vista negativo”. Una visión de las cosas que les pone en un contexto sociopolítico al que hasta ahora sólo se habían acercado de forma casi accidental. “No hacemos música para expresar una opinión política. Se trata de energía. Yo nunca le diría a la gente lo que tiene que hacer ni lanzaría soflamas o eslóganes, pero sí puedes sugerir cosas que tienen que ver más bien con el comportamiento, y al final en todo comportamiento suele haber algo político. Todo lo que hacemos tiene consecuencias en ese plano”. A estas alturas la comunicación ya se ha cortado un par de veces, aunque aún habría tiempo para una tercera, cuando Treichler quitaba hierro a su papel como padre de los sonidos industriales. “Empezamos a utilizar máquinas en el rock a mediados de los ochenta, pero formábamos parte de una manera de hacer las cosas que también compartían otras bandas, si bien nosotros lo hicimos de una manera muy radical; a partir de ahí, muchos grupos de la segunda oleada de la música industrial, sobre todo americanos, encontraron en ese sonido una referencia y una fuente de inspiración. Actualmente creo que se trata de algo más abierto; siempre he pensado que The Young Gods es un grupo de rock, o en todo caso rock electrónico; para mí industrial significa Ministry o Nine Inch Nails… Está bien, es un placer poder compartir escenario con ellos, pero creo que es mejor cuando no se ve como un capítulo tan cerrado”.
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