"A veces hago cosas que no gustan o no se entienden de primeras"
EntrevistasJuicy Bae

"A veces hago cosas que no gustan o no se entienden de primeras"

Salomé Lagares — 02-09-2023
Fotografía — Archivo

Juicy BAE no irrumpió en la escena urbana nacional hasta 2017, pero Cristina Vela lleva casi toda su vida encaramada a los escenarios.

Formada como bailaora desde los tres años y acunada por la devoción flamenca de su familia desde incluso antes, para “la Juicy” la música jamás ha sido algo ajeno, pero empezar a cantar fue casi un accidente, un instinto que se encendía cuando más lo necesitaba. Es por eso que sus lanzamientos, a pesar de integrar principalmente influencias del universo trap estadounidense, siempre han acarreado consigo una sensibilidad especial, una tendencia a la vulnerabilidad que la distinguía.

Su segundo largo,Antes de Conocerte (Parte I: Premonición) (producido por un colaborador habitual, PMP), es el máximo exponente de esta inclinación: un proyecto en el que se presta explícitamente a sonidos más orgánicos, cuya presencia había sido elíptica en su discografía hasta el momento, para describir, desde la intuición, cómo la fe en el amor solo se recupera enamorándose.

“Antes de Conocerte” aterriza precisamente esta noche, así que quería empezar preguntándote cómo estás viviendo el día de hoy y cómo lo comparas con el día en que lanzaste “PTSD”.
Lo estoy sintiendo muy distinto porque son discos muy distintos: ambos giran en torno a una sensación, a un concepto, pero donde “PTSD” era más oscuro y más juguetón, creo que “Antes de Conocerte” viene de un lugar mucho más maduro, más sobrio. Mi relación con ambos proyectos y con el momento de enseñarlos es diferente, claro [risas].

Este es tu primer proyecto con Sonido Muchacho. ¿Cómo ha cambiado el proceso de creación y de promoción del álbum con el backing de una discográfica?
Evidentemente, he tenido mucho más apoyo para las ideas que quería desarrollar y he notado las facilidades que trae el poder contar con un equipo bien estructurado que poco a poco se ha ido incorporando en mi proyecto, pero en cuanto a mi proceso creativo tampoco ha sido un cambio drástico, porque la verdad es que yo voy muy a lo mío. Soy muy proteccionista con mi música, estoy yo con mis productores y poca cosa más. La diferencia en el “drop” sí ha sido abismal, porque me han ayudado a sacar cosas adelante —como el tema de los vinilos, la parte física de mi música— que yo creía que necesitaba para poder subir escalones y establecerme como artista, para dejar de sentir que me percibían como un nombre “menor”.

“La música y el arte en general consisten en evolucionar, en investigar qué quieres decir y cómo quieres decirlo”

En varias entrevistas te he leído decir que para ti lo de la música surgió de forma instintiva, que estabas pasando por un mal momento cuando empezaste a cantar y a rapear y que subconscientemente buscaste algo para poder canalizarlo. ¿Para ti esto sigue siendo igual, o ahora tu manera de escribir es más planificada?
Creo que en este tiempo he descubierto lo que realmente me gusta y he podido evolucionar en mi composición, intento coproducir más, pero en cuanto a planificar lo que escribo… eso sigue siendo similar. Ya te he dicho, soy muy proteccionista con mi arte y me atormenta la idea de que pueda verse “contaminado”, así que no me dejo influir por nada: ni por tiempos, ni por entregas, ni por tendencias. Simplemente voy al estudio siempre que puedo sin pensar en qué voy a hacer cuando llegue allí. Si es un feat con alguien o sé que me está esperando un beat concreto, suelo planificarlo más, pero por lo general mi arte es bastante orgánico y bastante directo: si me da por enfadarme, puede salirme algo más trap, pero quizá me da por ponerme a cantar con un arpa. Depende de cómo me sienta en cada momento.

Teniendo en cuenta que estás en una escena en la que las colaboraciones son habituales, ¿alguna vez has tenido problemas para comunicar tu visión o para ejecutarla con la gente con la que trabajas?
No, la verdad, porque normalmente la gente con la que trabajo confía mucho en lo que hago. Si alguien me llama para colaborar conmigo es porque ya me conoce y busca precisamente lo que yo tengo, lo que saben que puedo aportar. Pueden proponerme cosas nuevas, pero siempre tienen en cuenta mis registros, mi forma de cantar, mi perfil.

Antes me decías que para ti “Antes de Conocerte” es un álbum que brota de un lugar mucho más maduro, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. En este disco concretas el crecimiento que iniciaste con “PTSD”, en especial líricamente. ¿Es este estilo de composición, mucho más poético, por donde quieres seguir explorando artísticamente?
Sí, porque, de todo lo que hago, lo que más me gusta es escribir, y yo creo que no puedo rebajar mi propuesta en ese aspecto. Si quisiera podría escribir cosas más sencillas, más claras, para que todo el mundo me entendiera, pero a menudo me niego, porque creo que la música y el arte en general consisten en evolucionar, en investigar qué quieres decir y cómo quieres decirlo. Además, últimamente estoy escuchando música antigua y me doy cuenta de que cada vez me gusta menos cómo escribe la gente, así que prefiero acercarme a ese lado más poético, pero siempre estoy dividida: aunque no quiera reducirme y simplificarme, no me gusta que la gente no me comprenda, pero hay otra parte de mí a la que eso le da igual, y solo quiere ser fiel a sí misma.

Dices que estás escuchando música más antigua… ¿Qué estás escuchando que te inspire ahora mismo?
Mucho flamenco y mucha copla, que me viene de mi madre y de mi abuela. Estoy descubriendo también mucha música latina, sobre todo salsa: Héctor Lavoe, El Gran Combo de Puerto Rico… Todos estos son géneros muy sentidos, con maneras distintas de expresarse, y eso es algo que me atrae, que considero que me enriquece.

De la misma forma que describías “PTSD” como el producto final de una relación tóxica y un proceso de curación, ¿cuál es la narrativa que dirige “Antes de Conocerte”? Y, ¿a qué hace referencia el subtítulo de “Premonición”?
Después de haber superado una relación absurdamente mala, estuve mucho tiempo creyendo que no podría volver a sentir el amor como algo positivo, que no podría volver a enamorarme. Y, después, conocí a alguien que me hizo recuperar esa fe, me hizo volver a conectar con el amor sano, incluso idealizado. Me duró pocos meses, pero me permitió alejarme de ese convencimiento de que el “amor bueno” se había acabado para mí. Aunque haya surgido sin un plan y haya visto posteriormente que todo estaba ordenado por el mismo hilo conductor (por eso el subtítulo es “Premonición”, porque lo presentí antes de que ocurriera), eso es lo que he plasmado en el álbum: el momento en que te das cuenta de que existe una esperanza, una luz al final del túnel, el siguiente paso en el proceso de curación.

Las portadas de los sencillos y del disco las ha hecho Charlie Smits, y todas juegan con el mismo imaginario, pero la ilustración del álbum en concreto está plagada de símbolos. ¿Qué habéis querido transmitir con las portadas y cómo conectan con el proyecto en sí? ¿Podrías descifrarnos algunos de los símbolos?
Charlie es mi amigo desde los 13 o 14 años, y siempre nos entendemos muy bien. Conceptualmente, yo quería pasar del rojo que definía “PTSD”, que es un color indicativo de peligro, al azul. Históricamente, las épocas azules de los artistas siempre se han asociado a episodios depresivos, pero yo quería darle la vuelta, darle una connotación de tranquilidad, de suavidad, de oasis. Esta idea era muy importante para mí, pero también quería cargar las ilustraciones de poder: en la portada de “YUCTON” aparezco descomunal, como una bruja cogiendo a los hombres que vienen a quemarme, porque soy una mujer andaluza, de origen humilde, y dentro de esta industria de vez en cuando siento que tengo que trabajar el doble de duro, que soy yo contra el mundo. La portada de “La última vez” es todo provocación, es una manera de reivindicar que puedo hacer lo que quiera con mi cuerpo, y la de “SOLOS” representa el momento del enamoramiento que más define el disco. La portada del álbum esconde muchísimos símbolos, casi todos relacionados con la superstición: un trébol en el agua, un ojo turco, tres velas (un ritual que mi madre y yo compartimos), o siete ovejas, porque el siete es el número de la suerte.

No tienes miedo a colaborar constantemente con gente nueva, pero sí es verdad que cuentas con tus productores fetiche: PMP, Nadddot, o antes Blackthoven. ¿Cómo de involucrada estás en tu proceso de producción?
Depende de con quién esté trabajando, la verdad. Pedro (PMP) es la persona con la que más me atrevo, porque nos entendemos muy bien: aunque no tenga nociones técnicas de música o de Ableton, a él le puedo comunicar las ideas que yo saco de oído y él sabe ejecutarlas. Disfruto de participar, pero no puedo hacerlo con todo el mundo, aunque cada vez me gusta estar más presente.

Bueno, es otra vía para poder plasmar tu visión de forma más clara, más completa. ¿Te gustaría continuar formándote, aprender a producir?
Totalmente, me encantaría poder producir algo, por pequeño que sea, pero para aprender a usar las herramientas hay que tener mucha paciencia y mucho tiempo.

"Me encanta que haya infinidad de propuestas, me encanta esa efervescencia, pero llega un punto en el que la audiencia se satura"

Ahora que hablamos de producción, otro elemento que ya se sugería en “PTSD” y has continuado trabajando en “Antes de Conocerte” es la instrumentación orgánica, un sonido más cálido, y también te escuchamos cantar mucho más en este largo, como en los temas “Cuando el río suena agua lleva” u “11.11”. ¿A qué se debe el acercamiento a estos formatos?
Vuelvo a lo mismo que he dicho antes, pero es que es la verdad: una mujer tiene que demostrar las cosas más de una vez, y a mí no me gusta que se me encasille, que se asuma que canto con autotune porque no tengo otros registros: quiero que la gente me escuche cantar, ya no solo porque es lo que me apetece en este momento, sino porque quiero enseñar esta otra versión de mí.

A pesar de esto, en el álbum hay temas como “Pluto BAE” o “Yeah12x / Bubbaloo” que siguen mostrando a la Juicy trapera, más irreverente, más agresiva. ¿Ha sido complicado equilibrar estos dos tonos en el disco?
El álbum es un viaje, y a alguien que lo escuche por primera vez le puede parecer caótico o desconcertante, pero ha sido intencional, porque eso es lo que yo soy: puedo estar escuchando una canción de Future, que inspira “Pluto BAE”, y que inmediatamente después me salten Falete o Rocío Jurado. Si me voy a Miami, tanto puedo salir con un “Aye, what’s popping?” como con un “Claro que sí, miarma”. Es algo que se deja ver en mi personalidad y una dualidad que quería recoger en el proyecto.

Estamos en un momento en el pop, y hablo de pop como cualquier cosa que entre mínimamente dentro del mainstream, en el que se reconoce y se recompensa a los artistas que toman riesgos, que experimentan y, sobre todo, la hibridación, de géneros, de sonidos, de estéticas. ¿Qué opinas de ello, por qué crees que es así?
Creo que es porque estamos sobreexpuestos: es todo fast music, constantemente, y a mí me encanta que haya infinidad de propuestas, me encanta esa efervescencia, pero llega un punto en el que la audiencia se satura, se cansa, y ya no escucha las cosas, no presta atención. Para que realmente alguien se pare a escucharte, a verte, a apreciarte, tienes que hacer algo diferente. Yo siento que a veces hago cosas que no gustan o no se entienden de primeras, que no son tan fáciles de digerir, pero que si le dedicas algo de tiempo puedes darte cuenta de que esconden oro. Veo algo parecido en la gente joven que está destacando ahora, como Rusowsky o Ralphie Choo, que apuesta por cosas arriesgadas que, sin embargo, el público está abrazando. Eso es la clave, yo creo: buscar tu hueco, buscar qué es lo que puedes aportar tú que nadie más puede.

Ahora mismo estás de gira en Latinoamérica. ¿Cómo está siendo la experiencia, te sientes arropada en el mercado latino?
En Latinoamérica está todo bastante conquistado, la verdad, pero me siento muy respetada y arropada por la gente, la acogida de los conciertos y también por productores y otros artistas… Sobre todo en Argentina, cada vez que vengo digo que es como mi segundo país.

Al título de “Antes de Conocerte” le sigue el interesantísimo paréntesis de “Parte 1”. ¿Hay secuelas planeadas para este álbum?
Mi intención inicial era la de hacer un disco larguísimo, pero al parecer eso hoy en día no funciona, o por lo menos en España. Así que sí, hay una segunda parte que ya se está cocinando con todo lo que no he podido incluir en esta primera. Si este lanzamiento se subtitula “Premonición”, porque cuenta la historia desde el presagio, la secuela lo hará desde la retrospección.

 

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