(Consulta la agenda de conciertos de Judeline al final de esta entrevista)
Han sido años de desarrollo creativo, de búsqueda, encontrar la forma e historia perfecta que fuera capaz de reproducir el gran universo que retumbaba en la cabeza de Lara Blanco. Un mundo que huele y sabe a sur, a tardes en Cádiz mirando el mar y dejando volar la mente. Que escapa de cualquier tipo de clichés, que expulsa autenticidad y busca la hermandad entre fronteras. Pero en el que también hay mucho dolor, sangre, ansiedad, toxicidad, obsesión, muerte del alma... Todo aquello que ha acabado perfectamente resumido en “Bodhiria”, el álbum debut de Judeline y el principio de un nuevo “cuentecito”, como ella lo llama, en la industria actual cuyo final tiene bastante buena pinta. Quedamos con Lara en Madrid, dentro de su apretada agenda de promoción, para conocer un poco más el peso que tiene este álbum en su presente como artista. “Si te soy sincera no hay nada personal en este álbum. Yo quería crear una historia y la verdad es que me ha ayudado mucho. Lo hago así porque me resulta más fácil escribir y componer. Obviamente hay sentimientos en este disco que yo también siento, pero no diría que es personal”, nos cuenta una Lara nerviosa en la semana de lanzamiento de este esperado proyecto y a la espera de saber cómo el público abraza lo que se puede convertir en la llave maestra para el futuro de la artista. “Al final llevas tanto tiempo esperando el momento de sacarlo que cuando llega no sabes muy bien qué sentir y estás como llena de: qué voy a hacer después cuando salga, cómo lo van a recibir, cómo me voy a sentir yo una vez que esté fuera, qué va a ocupar mi cabeza después de todo esto”.
Para huir de la destructiva relación de amor que define “Bodhiria”, Lara decidió construir un nuevo alter ego bajo el nombre de Angel-A con el que marcar distancias y protegerse. “Siento que, a veces, en algunas relaciones tóxicas, cuando te vas de la vida de alguien como que quieres seguir estando presente en su cabeza. Y como que quieres seguir siendo importante en su mente, aunque sea haciéndole daño”. Ese es un discurso que ya estaba cuando Judeline lanzó “Canijo”, en aquella figura que sufría por la ausencia del amor y la dependencia. “La verdad es que gran parte del álbum lo tenía hecho creativamente antes de sacar ‘Canijo’ incluso. O sea, tenía muchas canciones ya encaminadas. Ha sido un proceso largo y han ido saliendo poco a poco. En el viaje a Los Ángeles salieron otras, en una sesión que hicimos con Drummie salieron más”. Una producción liderada absolutamente por Tuiste y Mayo, colaboradores esenciales de Lara, quien también ha contado con muchos más nombres que han llevado el proyecto a un lugar muy especial. “Al final es eso, friends and family, coleguitas que nos han ayudado a terminar esta cosa. La producción es entera de Tuiste y Mayo, ellos han hecho todo el álbum. Y luego sí que es verdad que nos juntamos con Drummie que nos ayudó bastante, con Rob Bisel en Los Ángeles, con Ralphie, rusowsky o Saint”.
El papel de rusowsky en el albúm además es bastante especial. La voz masculina en “Heavenly” desde la que habla esa persona que tras la “pérdida” Angel-A no está dispuesta a soltar. “En mi cabeza rusowsky representa un poco a él, no sé en su cabeza. Como que él puede hablar desde su parte y me hace como ilusión. Además, tiene una voz que encaja mucho con la mía y todo quedó super bonito”. Otro de los temas que marca el álbum y desconcierta al oyente desde la primera escucha es ese “JOROPO” en el que Lara se entrega al desgarro de su protagonista. “Tenía muchas ganas de meter un tema potente y esta canción representa muy bien este despecho. Para mí era importante meter algo de cultura venezolana, de sonido llanero, y mezclarlo también con un sonido flamenco. Sacar la voz que tengo dentro y que casi nunca saco”. Y es que “Bodhiria” es un disco de ruptura de cadenas, de prejuicios, un álbum para jugar, disfrutar y expresarse a todos los niveles. “Quería un poco rendir homenaje a lo que son mis raíces y creo que tanto en el video de ‘INRI’, como en el de ‘mangata’ está representada lo que es la estética andaluza sin caer en el cliché. Porque era algo que me preocupaba, no quería poner aquí palmitas, flamenco, olé, no. Y luego está esa parte de ciencia ficción que describe bien la portada, que me encanta como ha quedado".
Ahora que el “planetita” de “Bodhiria” está fuera hay mucho que pensar alrededor de la buena acogida que está teniendo por parte del público. Pero, Lara tiene claro que le apetece disfrutar a lo grande de una gira que promete un enorme peso teatral, para luego vivir una etapa de aprendizaje y desconexión. “Más o menos me imagino por dónde voy a tirar ahora. Pero creo que el álbum ha tenido un peso muy grande y voy un poco a relajarme la verdad. Creo que he tenido mucha presión en el estudio y ahora voy a experimentar, a crear tranquila, sin tener una presión de tener que sacar ya nada… Tengo muchas ganas de trabajar con productores distintos y creo que puede venir una etapa como más de aprendizaje”.
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