Sobre vuestra última gira habéis dicho en Facebook que ha tenido “surrealismo, risas y unas cuantas birras. Algo que recordaremos cuando seamos viejos”. ¿Podéis ser más concretos y decirnos por qué os ha marcado tanto?
Más bien ha sido una minigira. Ha sido importante porque era la primera vez que tocábamos cuatro días seguidos y viajábamos juntos tan lejos. Lo del surrealismo viene porque en Figueres visitamos el Museu Dalí. Este hombre estaba más loco que un pimiento, todo lleno de barras de pan, cucharillas y ojetes. Fue muy inspirador. Además, dos de las canciones de “Caléndula” hablan sobre Cadaqués y Cap de Creus. Lo mejor fue estar echando unas cervezas en Cap de Creus viendo atardecer los cuatro juntos antes de tocar en Cadaqués.
Hay grupos que sólo disfrutan tocando en directo, otros que detestan salir de gira, los que sufren/lo gozan en un estudio… ¿En qué punto estaría Juárez?
Juárez ahora mismo está en su mejor momento. Nos lo hemos currado mucho. No ha sido fácil, pero está claro que confiamos mucho los unos en los otros. Y eso, junto con las canciones, nos ha dado fuerza para seguir adelante con el proyecto. Como acabamos de sacar el disco estamos con muchas ganas de salir a tocar por ahí. Seguiremos trabajando para conseguir más bolos y, en el camino, hacer más canciones.
He tenido que mirar en Google para ver cuáles son las propiedades de la caléndula. ¿El título del disco es un símil entre los beneficios medicinales de la planta y la de la música?
Elegimos el título por la sonoridad de la palabra. Nos pareció bonita. Luego vimos que tenía propiedades cicatrizantes y que la llaman "flor de difuntos" y acabó de cobrar sentido por completo. Hay cosas que pasan así.
Decía Leonard Cohen que “hay una grieta en todo y que es así como sale la luz”. Creo que define bastante bien el alma del grupo.
Puede ser, dentro de la oscuridad que aparentemente desprenden las canciones hay mucha luz en realidad.
¿De dónde viene vuestra fijación por las ilustraciones antiguas? Tanto las portadas de la demo, “Escafandra”, como la de vuestro primer LP comparten gusto por lo añejo y onírico.
La atracción viene de las profundidades marinas, hay algo acuático en Juárez, incluso en su sonido. Todo empezó con “Escafandra”. A partir de ahí hemos ido investigando más y más sobre el mundo submarino. Hemos utilizado una ilustración de Ernst Haeckel, naturalista y filósofo alemán del siglo XIX y principios del XX, porque cuando lo descubrimos nos fascinaron sus ilustraciones.
Igual es porque ambos sois de Pamplona, pero veo bastantes similitudes entre la cara oscura y más western del último LP de Kokoshca y vuestra música. ¿Os gustan? ¿Tenéis algún tipo de relación?
Lo de las similitudes no lo acabamos de ver. Hacemos música muy diferente desde nuestro punto de vista. Claro que nos gustan. Alguna vez nos hemos emborrachado juntos… Solemos coincidir en algún concierto.
Desde fuera uno tiene la sensación de que en Pamplona hay más grupos que público y que buena parte del underground se mueve alrededor del Nébula. ¿Es esto cierto?
Los grupos también somos público así que no hay problema. La verdad es que Pedro (Nébula) se está currando mucho la programación y están pasando por Pamplona grupos que antes era inimaginable que pasaran. El Nébula mola, se está muy a gusto. Nosotros cuando salimos solemos ir y sí que ves a gente de otras bandas, de ahí a que el Nébula sea el centro de algo… No sé que decirte. Pedro, en cambio, si que es el centro del mundo.
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