Metido en su propio estudio de La Luciérnaga, el gaditano aprovechó para seguir componiendo y registrando lo que se le pasaba por la cabeza. El resultado es “Folclore Sintético” (Flamingo Circus, 22), su disco más largo y experimental hasta la fecha, donde se fusionan sin complejos palmas, guitarras y cajones flamencos con todo tipo de sintetizadores.
El músico responde a nuestras preguntas al otro lado del teléfono, aprovechando un descanso de los maratonianos ensayos que se está pegando junto a su banda para preparar la presentación en directo de su nueva obra.
El título de tu nuevo disco, “Folclore Sintético”, explica su espíritu: tradición y modernidad. Instrumentos de madera y sintetizadores. ¿Era la idea desde su génesis?
Exacto, ésa era la idea un poquito. Mezclar la tradición con los sintetizadores, un concepto más moderno. Lo has descrito perfectamente.
Es la primera vez que grabas en tu propio estudio, La Luciérnaga. ¿Cómo es hacértelo en tu propia casa?
Un sueño hecho realidad. Toda la vida contando las horas en los estudios para intentar pagar lo menos posible haciéndolo lo mejor posible, y pasar de ahí a de repente tener tu estudio en el campo con toda la calma del mundo... Tiempo para experimentar, borrar y volver a empezar… Cambia mucho la historia. Te da la posibilidad realmente de investigar y buscar cosas.
¿Tuviste algún tipo de ayuda con la mesa de mezclas, o le dabas a grabar y te metías corriendo a la pecera…?
Mi estudio son tres salas, pero el control también es una sala. Está enfocado a la grabación en directo, cuando yo grabo allí grabo en el mismo control. Me monté allí mi nave espacial.
¿Es la razón por la que este LP, con hasta quince temas, es el más largo de tu carrera?
Exactamente. El hecho de poder grabar sin horas, junto a que hubo una pandemia de por medio, que retrasó bastante la salida del disco. Al final le metí un extra de cinco temas más, y al menos se ha hecho más amena la espera.
Uno de los temas del disco, “Domingo eterno”, lo grabaste y lanzaste durante el estado de alarma.
Sí, de hecho gran parte del disco se grabó en aquellos dos meses y medio, solo allí, fue como me entretuve. Lo metimos ahí porque se grabó en esta época, solo que ya le metimos una batería potente y unos metales a lo Fat Freddy, ha quedado muy guapo.
"Justo me pillas ensayando. Es la banda más grande que he tenido, y con muchas ganas, porque realmente no tocábamos desde hace dos años y medio"
El primer single fue “El tango de las ratas”, ¿querías advertir desde el principio del carácter experimental del trabajo?
Eso es, queríamos poner las cartas sobre la mesa desde primera hora. Es una vuelta de tuerca importante a mi sonido, quisimos arriesgar un poco y mostrar de qué iba la historia. Luego en el disco hay canciones más acústicas y tal, pero enseñar ese lado sintético, esa vuelta de tuerca gorda al sonido. Lanzamos este tango como single, con las baterías rollo drum&bass y las palmas por tangos, fue una declaración de intenciones.
El segundo es “Hierro”…
Sí, con una estética sonora medio vintage. Un poco más light, no tan agresivo como “El tango de las ratas”.
Ha habido varias colaboraciones, como la de Eddie Coopermen (Space Surimi).
Cuando escuché a Space Surimi me fliparon, una propuesta nueva y original dentro del rap, con las letras afiladas de Eddie y las bases ochenteras. Luego también Noelia Recalde, una cantautora de Córdoba (Argentina) que reside en Buenos Aires, ha colaborado a distancia. Me encanta cómo escribe, cómo toca la guitarra, cómo canta… Estoy muy contento porque la admiro mucho. Por otro lado se sumó al proyecto Diego Guerrero, otro tipo al que admiro muchísimo, es un pedazo de músico. Se vino aquí al estudio y compusimos el tema, las ventajas de tener tu propio estudio. Y además María del Tango, una chica granadina de un grupo que se llama Mundo Divino con el ex bajista de El Bicho, Carlos Elcalimbero. La chavala tiene un talento increíble cantando, una afinación que no veas.
Ésas han sido las cuatro colaboraciones, y luego de extra ha colaborado un pianista de jazz israelí que a mí me flipa, Shai Maestro, un tipo bastante potente en la escena internacional del jazz. Ha sido un puntazo que colaborara.
"Toda la gente que tengo trabajando en mi proyecto es gente que yo he elegido y en la que confío"
Ahora toca presentarlo en concierto. ¿Qué estáis preparando?
Ahí estamos, justo me pillas ensayando. Es la banda más grande que he tenido, y con muchas ganas, porque realmente no tocábamos desde hace dos años y medio por lo menos con la pandemia, o sea que estamos con muchas ganas, imagino que como todas las bandas.
Cuando arrancaste tu carrera en solitario decidiste pasar de managers y discográficas, ¿mantienes esa independencia?
Soy independiente desde el 2006, he aguantado la historia y formado un equipo de gente a mi alrededor, colegas desde hace muchísimos años en los que creo a la hora de currar. Toda la gente que tengo trabajando en mi proyecto es gente que yo he elegido y en la que confío, pasando de discográficas.
También has trabajado como colaborador de diversos músicos (Chico Ocaña, Los Delinqüentes…). ¿Mantienes esta faceta? ¿La compaginas con tu proyecto en solitario?
Ahora mismo en lo que estoy centrado es en producir. Mi estudio lleva ya tres años abierto y estoy produciendo a otros artistas, arreglando música, y trabajando como guitarrista, que llevo un par de años estudiando así más fuerte. Y haciendo colaboraciones también con otros artistas de vez en cuando, cuando me llaman y me apetece.
¿Con quién has trabajado últimamente?
Colaboraciones recientes que recuerde ahora con los Stay Homas, en su último LP, que también han colaborado Manu Chao, Rubén Blades y Vic Mirallas; con otro artista que se llama el Maka, que es bastante conocido; y con Rycardo Moreno, guitarrista del flamenco. Sigo haciendo cosillas.
Jesús Casañas
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