Hay grupos que, con la distancia del tiempo, van ganando más y más ecos en el carrusel pop. Seguramente, en los últimas cuatro décadas no ha habido formación que haya visto engrandecida tanto su estela como Joy Division, que en 1980 publicaban “Closer” tras el trágico suicidio de su solista, Ian Curtis. Nada más conocerse su fallecimiento, nació la leyenda de un grupo que, más allá de la misma, sobrevivió al dolor mediante New Order, la resurrección más inteligente de la historia del pop. Algunas de las claves de su vida posterior al capítulo Ian Curtis ya se encontraban entre los surcos de “Closer”. Cortes como “Isolation” y “Heart And Soul” abrieron la ventanas a sonidos sintetizados que fueron perfeccionando después de “Movement” (1981), su irregular disco de debut.
La influencia de “Closer” va mucho más allá de la historia de Bernard Sumner, Peter Hook, Stephen Morris y Gilliam Gilbert. Es tan vasta que, lo mínimo, era celebrar su aniversario de forma especial. Algo que queda de manifiesto gracias a la lujosa reedición en vinilo que se publica este 17 de julio del testamento final de Joy Division. Y que corre a cargo de Warner Music, en colaboración con Parlophone Records y Rhino Records. La cosa no queda aquí, ya que también correrán idéntica suerte doce pulgadas como “Love Will Tear Us Apart”, “Transmission” y “Atmosphere”. La guinda final a esta serie de novedades llega mediante “Una luz abrasadora, el sol y todo lo demás” (Reservoir Books, 20), libro del brillante periodista británico Jon Savage, que ha construido la biografía definitiva del grupo a través del relato de sus propios miembros. Con todos estos ingredientes, nos pusimos en contacto con Stephen Morris, el armazón rítmico en la sombra del grupo, que nos explica el porqué de la relevancia de lo que consiguieron en aquellos años de investigación y autodescubrimiento, a partes iguales.
“Everything’s Gone Green” fue nuestro primer paso real para dejar de ser Joy Division y convertirnos en New Order”.
Cuarenta años después de la publicación de “Closer”, ¿cómo contemplas el álbum bajo la perspectiva del tiempo?
Cuando estábamos haciendo el disco, nunca pensamos que fuera a ser nuestro último álbum. Lo disfrutamos, la verdad. Una de las cosas sobre Joy Division y New Order es que estábamos caminando, single a single, buscando algo. Siempre intentábamos anticiparnos a lo que hacíamos, a ver cómo sería el siguiente disco. Para nosotros, siempre era una obsesión hacer algo muy bueno, no precisamente algo con lo que buscar el éxito, pero sí que en nuestras mentes siempre estaba la idea de hacer algo realmente fantástico.
En “Closer, hay sintetizadores y tú tocas la batería electrónica en cuatro de los temas del álbum. Con la entrada de estos elementos electrónicos, ¿qué cambió en vuestra manera de componer?
En “Unknown Pleasures”, no hicimos sonidos como luego sí hicimos para “Closer”. Lo que tenía “Unknown Pleasures” es que, al fin y al cabo, era un disco rock. Fue solamente cuando ya tuvimos los sintetizadores que empezamos a interesarnos por esta vía más electrónica. Hasta “I Remember Nothing”, la última canción de “Unknown Pleasures”, nunca los habíamos utilizado. Esa clase de espacio que teníamos en esa canción era prácticamente ambient. Y cuando ya tienes un montón de espacio en la música, gracias a que la guitarra nos está presente todo el tiempo, se abren las canciones.
Al igual que ocurrió con “Unknown Pleasures”, el grupo no quedó satisfecho con el trabajo de Martin Hannett en la producción de “Closer”. Pero ¿qué valor le das ahora al trabajo que Martin hizo en su momento?
(Risas) Sí, no nos gustó a nadie. Esa es la realidad. Cuando te escuchas en el disco, y no te puedes reconocer, lo odias. Hoy en día, me gusta su sonido. Era tan tan diferente. Fue muy inteligente conseguir ese sonido y colocarlo en un lugar como “Unknown Pleasures”, que casi sonaba como si proviniera de otro planeta. Nunca me imaginé que, con el paso del tiempo, pudiera acabar apreciando el trabajo de Martin. Con “Closer”, nos pasó lo mismo. Tampoco nos gustó. (risas) Todo el mundo lo odiaba. Nos enfadamos muchísimo.
Es interesante esto que me comentas porque en “Movement” aún está Martin Hannett con vosotros en el disco, pero en “Power, Corruption & Lies” ya no está ahí. ¿Qué cambió para vosotros a la hora de trabajar sin Martin?
Con Martin Hannett se trataba de investigar. Nos fijábamos en lo que él hacía. Estábamos muy interesados en la video tecnología y en la manera de hacer los discos. Aprendimos cómo trabajar en el estudio y a utilizar la tecnología para conseguir el sonido que queríamos. Fue con el paso del tiempo cuando nos empezamos a interesar por ésta. Fue genial la importancia que fue cobrando para nosotros de “Movement” en adelante. Y la acabamos aplicando en “Power, Corruption & Lies”.
Tanto con Joy Division como con New Order, siempre he pensado en vuestra doble cara, como una banda de singles y LP's, al mismo tiempo. Y una de las cosas que siempre me he imaginado es cómo habrían cambiado vuestros discos de haber incluido singles como “Temptation”, “Transmission”, “Thieves Like Us” o “Confusion”. Por ejemplo, en la época de “Closer”, siempre me vienen a la mente canciones como “Love Will Tear Us Apart”, “Ceremony” y “In A Lonely Place”.
Para nosotros, los singles eran singles y los álbumes eran álbumes. Según nuestra manera de verlo, era diferente trabajar en un álbum que en un single. En el trabajo que hacíamos para los singles, se trataba de potenciar los ganchos, de hacer algo que se pudiera escuchar una y otra vez, una y otra vez. Y así todas las veces que se quieran. Cuando pensábamos en un álbum, era algo distinto. Para nosotros, un álbum contraía una relación a largo plazo con el disco tanto cuando lo hacíamos como después de haberlo hecho. Con los singles, se trataba de algo muy del momento, de su contexto. Y siempre trabajábamos en un corto periodo de tiempo. Teníamos una idea muy de los años sesenta. No estábamos de acuerdo en mezclar los singles y las canciones de un álbum bajo un mismo concepto. Introducir un single en el álbum iba contra nuestra propia idea de cómo trabajar.
"En “Closer”, fue muy extraña la manera en la que fueron surgiendo las canciones. Simplemente, sucedían. No estábamos todo el rato pensando las cosas. Sencillamente, sucedían".
Más allá de las referencias musicales que se pueden extraer de escuchar a Joy Division y a New Order, siempre me han venido a la mente referencias visuales, incluso, cinematográficas. El propio Bernard Sumner cuenta que veía películas de Michael Powell durante la grabación de “Power, Corruption & Lies” para inspirarse. Por ejemplo, “Age Of Consent” también es el título de una de sus películas. En este sentido, aparte de la música ¿qué referencias cinematográficas teníais?
Sí, es una observación muy interesante. Estábamos muy interesados en el cine. Películas como “Apocalypse Now” fueron de gran influencia para nosotros. David Lynch también nos atraía mucho. Michael Powell también fue muy importante en nuestra forma de componer. Creo que cuando escucho una pieza de música, es como si estuviera visualizando un trozo de película. Para mí, nuestras canciones son como pequeñas películas.
Nunca me gustó dividir New Order de Joy Division. Siempre los he contemplado como dos fases de un mismo conjunto. De hecho, siempre tuve la sensación de que canciones como “Leave Me Alone” o “We All Stand” podrían haber sido cantadas por Ian Curtis. Pero ¿cuándo tuvisteis la sensación de que New Order ya era New Order y no el grupo que vino después de Joy Division?
Eso ocurrió hacia el final de “Movement”. Una de las primeras cosas que hicimos en ese momento fue hacernos con una caja de ritmos. Comenzamos a escribir canciones de una manera que nunca habíamos hecho antes, cuando estábamos en Joy Division y con “Movement”. Tuvimos la idea de tocar la caja de ritmos con el sintetizador, y a ver qué pasaba. Y lo que surgió fue un sonido muy interesante. Los sintetizadores se convirtieron en parte central de nuestras composiciones. El sonido electrónico fue nuestra vía, y la primera canción con la que nos comenzamos a sentir como otro grupo fue “Everything’s Gone Green”, que no era una clásica canción pensada para ser single, pero tampoco estaba en “Movement”. Pero fue nuestro primer paso real para dejar de ser Joy Division y convertirnos en New Order. Definitivamente, “Everything’s Gone Green” fue la canción que marcó la línea a seguir del estilo New Order.
Cuando escucho discos como “Closer”, me viene a la mente una idea de sonido telepático. Durante el proceso creativo del disco, ¿cómo funcionabais los cuatro?
En Joy Division, había mucho trabajo a la hora de escribir las canciones,. Todo el mundo cambiaba cosas en el mismo momento en el que se hacían. En “Closer”, fue muy extraña la manera en la que fueron surgiendo las canciones. Simplemente, sucedían. No estábamos todo el rato pensando las cosas. Sencillamente, sucedían. Prácticamente, no era necesario hablar sobre ello. Fue muy muy extraño. Y luego, cuando tuvimos todas las canciones juntas, tuvimos la idea de seguir adelante con el disco.
Canciones como “Isolation” y “Heart And Soul” definen la vía techno pop que luego tomasteis con New Order. Pero, si Joy Division hubiera seguido después de “Closer”, ¿este era el camino que ya teníais en mente para el futuro?
Sí, puedo recordar cuando hicimos “Isolation”, una canción que, de la manera en la que surgió, fue muy emocional. Y sí, esa era la dirección que habríamos tomado. Eso sí, creo que, en vez de haber tomado una línea más de música disco, habríamos seguido una más ambient.
Ya por último, quería saber tu opinión sobre el retrato que Michael Winterbottom hizo de Joy Division y New Order en “24 Hour Party People”.
La primera vez que la vi, me gustó. La segunda vez también me gustó. Pero en la escena en la que salgo yo en el tejado, parece que Martin hizo un gran trabajo. En ese sentido, creo no explica bien mi relación laboral con Martin Hannett. (risas)
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