Desligándose del corsé de cantautor americano que le situaba a la sombra de Springsteen o Ryan Adams, Jesé Malin entrega, por fin, “Love It To Life”, el disco enérgico y positivo que esperábamos de él desde hace tiempo. “Hicimos la base durante tres días en los Mission Studios en Brooklyn. Teníamos hasta veintitrés canciones preparadas, que se quedaron en diez. Fue un proceso rápido, directo y barato, pero siempre trabajando de manera seria. Ted Hutt es un gran productor, con lo que hacer este disco con él fue tan fácil como preparar un margarita”. El músico neoyorquino parece renovado, con ganas de dar guerra otra vez, luciendo de nuevo pose de músico punk que necesita decir cuatro verdades. “A veces estoy tranquilo y necesito trabajar a bajas revoluciones, pero en otros momentos me siento excitado, frenético, y mi cuerpo no puede estarse quieto. Necesito esa adrenalina. Por eso estas canciones están escritas pensando en la gira, en tocarlas con una banda. De todos modos, esa energía positiva siempre me ha acompañado, en D-Generation, Heart Attack o discos míos como ‘The Heat’ o ‘The Finger’, un disco que me apasiona y que reivindico”. Para darle forma a “Love It To Life”, Malin ha contado con el apoyo de miembros de The Hold Steady y The Gaslight Anthem, sobre todo con el de Brian Fallon, músico con el que tiene muchos puntos en común, sobre todo cuando echamos la vista atrás y vemos al Malin que se quería comer el mundo con D-Generation. “Cuando me miro en el espejo de D-Generation me dan ganas de destrozarlo. Fue un periodo de absoluta autodestrucción. Casi pierdo a todos mis amigos, y lo cierto es que les perdí durante un tiempo. Creo que Brian Fallon tiene una visión más positiva. Me encanta su nueva canción, ‘Queen Of Lower Chelsea’. Es un compositor enorme, y obviamente tiene buen gusto y un gran estilo”. Orgulloso de ser neoyorquino, Malin rinde tributo en el disco a uno de los barrios y las calles más emblemáticas de New York. “Ahora St. Mark’s Place se parece a Tokio. Todo el mundo necesita encontrar una calle o un sitio en el que encontrarse a si mismos, vestirse como quieran, pensar libremente, comprar discos y zapatos cool. Eso es lo que supone para mí St. Mark, una historia que va de poetas a profetas, de punks a gente con cierta pose”. Ya desde su título, el nuevo disco indica hasta qué punto Jesse Malin ha renacido de sus cenizas. “Me gusta ese título, es muy positivo. Joe Strummer escribió eso en una entrada de un concierto suyo hace muchos años, y la frase se me quedó grabada en la memoria”.
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