“Una inglesa que toca la trompeta, un español que toca el cajón y dos mexicanos que tocan la guitarra y el contrabajo se conocen en un tablao flamenco”. Parece el inicio de alguna historia para no dormir o chiste surrealista, pero es mucho mejor que eso: así nació hace algo más de una década Jenny & the Mexicats.
Decís que el objetivo central del disco es "pasarlo bien", y centrado en el baile y el disfrute. ¿Es una manera de reacción ante una situación sociopolítica cada vez más peligrosa?
Es una manera de intentar dar un respiro, como lo podría ser un buen libro, una película, o cualquier cosa de arte que te quite la mente de un mal día. Simplemente intentamos dar una pausa al mal rollo. Aunque somos conscientes de los eventos que suceden en cada país en el que tocamos.
Reivindicar el "pasarlo bien" también puede conllevar que haya quien os señale como un grupo despolitizado o que distrae la atención al hedonismo. ¿Teméis a esas opiniones?
No, porque, como antes mencionábamos, creemos que, de vez en cuando, todo el mundo se debe a sí mismo una pausa para coger aire y seguir tirando pa’lante. Es algo totalmente necesario, y creemos que nuestra misión no es difundir un mensaje de lucha, sino dar un break para que la gente descanse un segundo, no ataque a nadie, no se tire mierda, y luego siga su camino y su lucha particular.
La propia genética del grupo es muy apátrida y transfronteriza: tanto por variedad de estilos como por nacionalidades de los que formáis parte del proyecto. ¿Existe una lectura política también en esta genética que tenéis como banda?
Si hubiese alguna lectura política sería la de que no haya fronteras: si personas tan distintas y de diversos países han logrado juntarse para formar algo con tanto amor, no veo por qué el nacer en un sitio diferente pueda llegar a convertirse en un problema para trabajar juntos.
Contáis con colaboraciones de artistas muy reconocidos en España como Vetusta Morla y El Kanka. De hecho, el proyecto nació tras conoceros en un tablao flamenco en España. ¿Es el español el circuito con el que más conectáis artísticamente?
Frecuentemente sí, ya que pasamos mucho tiempo en España y México, y tenemos grandes amigos e influencias de los dos países. Se nos da de una manera muy natural sentirnos parte del circuito de ambos países.
Rendís tributo a Selena, que, tras su trágica muerte con solo 23 años, se convirtió en una diva y un referente de la canción tex-mex. ¿Qué hay de Selena en el espíritu de Jenny & the Mexicats?
La mezcla de los dos idiomas, el amor por el género de la cumbia, el respeto a nuestros ancestros y el amor por la música es algo compartido entre Selena y nosotros.
¿Cuáles diríais que son los aspectos más claros de esa influencia 'ancestral', de costumbres de otra época?
Nos encanta recordar a nuestros ancestros y nuestras raíces. Es una parte fundamental el aprender de nuestros ancestros; si no, estaríamos condenados a repetir sus errores.
Estuvisteis cerca de un año grabando y produciendo el disco. Una producción que se hizo en medio de giras constantes. ¿Hasta qué punto esa sensación de grabación itinerante, o de grabación entre-viajes ha influido en el espíritu y el sonido del disco?
Ha influido bastante, ya que cada país que visitamos nos aportaba algo nuevo que queríamos dejar plasmado en este disco. Y nos ha dado tiempo a escucharlo en muchos viajes para decidir qué tenía que formar parte del disco y qué no: los viajes nos han dado mayor perspectiva y profundidad en relación tanto a las canciones como el disco a nivel global. Se podría decir que se terminó el disco volando (y no nos referimos a una cuestión de velocidad o de rapidez; si no literalmente volando).
¿Habéis encontrado en el tándem mexicano-argentino de Juan García y Juan Pablo Toch una especie de "miembro invisible" y de aliados definitivos para lo que queréis conseguir a nivel producción? ¿U os planteáis en algún momento probar con otros productores?
De momento, de todos los productores con los que hemos tenido la suerte y la posibilidad de haber trabajado, creemos que han sido los que mejor han entendido nuestra “forma de hablar” artísticamente; así que, al menos por ahora, estamos contentos tanto con Juan como con Juan Pablo, y no nos planteamos trabajar con otros.
Aunque mantenéis el estilo 'mexicat', sí que incorporáis más sonidos de sintetizadores, e incluso baterías, entre algunos de los nuevos elementos. ¿Es una manera de ir abriendo un nuevo espectro sonoro? ¿Os estabais empezando a aburrir de trabajar siempre con los mismos materiales?
¡Para nada aburridos! (risas) De hecho, gran parte de la culpa de haber incorporado sintetizadores y guitarras eléctricas es culpa de Jorchy, Guille y Juanma de Vetusta Morla… ellos nos propusieron la idea de meter esta instrumentación que no estamos acostumbrados a tener en nuestras producciones, y nos encantó. Nos gusta mucho cómo queda en directo, también; así que aprendimos y lo incorporamos, como siempre.
El año pasado cumplisteis 10 años. No sé si fue un momento bisagra, si os replanteasteis cosas como banda, si ayudó a poder analizar lo conseguido y lo que os queda por conseguir.
Claro que sí. Cada vez que pasa un año es como un milestone, un logro que reconocer, apreciar y agradecer a la vida; y al trabajo de todos los que están involucrados en el proyecto.
¿Qué podremos ver en la gira que os traerá estos días a Madrid y Barcelona?
Esos shows serán el comienzo, el pistoletazo de salida de lo que nosotros llamamos “Fiesta ancestral”. Además, justo coincide con que el día del concierto en La Riviera de Madrid se publica el disco tanto en formato físico como en plataformas digitales. Estamos muy emocionados por este gran paso que hemos dado tanto a nivel musical como también en la concepción del show, que esperamos que podáis disfrutar con nosotros.
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