Entre “To sing your Apple tres” y “Blood Bitch” hay diez años de diferencia. ¿Qué diferencias hay entre Rockettothesky y Jenny Hval?
Diez años de vida dan mucha confianza, es así de sencillo. Sigo haciendo lo que llevo haciendo toda mi vida: trato de expresar lo que siento ante la curiosidad, sensualidad y rarezas del mundo que me rodea. De lo que hacía hace más de diez años a lo que hago hoy en día, no hay mucha diferencia, tan solo es una cuestión
"Cualquier acto creativo puede ser interpretado de mil formas, y a veces lo apolítico es lo más político".
Hablemos de tu sonido. Influencias, etc.
No me gusta ocultar ideas detrás de mi música, básicamente porque no me gusta ocultar nada. La música en mis canciones es la parte más profunda del entramado, por supuesto: conecta el sonido las palabras, los pensamientos, arte… y para construir esta música tiro tanto de composición como de improvisación, tras lo cual hay, obviamente, un proceso. Normalmente consiste en: empiezo a hacer algo, escucho sonidos, siento cosas; y entonces siento la urgencia de crear algo que merece la pena enseñar a los demás.
En “Blood Bitch” al principio pensaba solo en hacer cosas bonitas. La temática vampiresca vino después, porque me vicié a películas de horror de culto mientras grababa el disco. Al final reo que estas pelis han condicionado más el disco que las ideas que tenía al principio. Por supuesto, hay mucha influencia musical también: Cosi Fanni Tutti, Tangerine Dream, Phill Collins, Tears for Fears, Arthur Russell…
Has vuelto a trabajar con Lasse (productor de Apocalypse, Girl)
Sí, sentí que en Apocalypse, Girl ambos empezábamos una conversación que no se terminaba en el disco, así que le pedí que trabajase conmigo como si fuera el director de una película.
Leí hace poco una conversación que teníais ambos en la que hablabais del black metal noruego. ¿Cuánta herencia noruega hay en tu sonido?
No tengo ni idea, lo cierto es que cuando era pequeña la música noruega no tenía mucha presencia en mi vida. Nunca he sido muy fan del black metal (últimamente estoy escuchando bastante), pero siempre me ha fascinado lo extremo de su estética y expresión visual. Aunque siempre me ha echado para atrás lo masculina que es la escena, además de estar un poco anticuada de ideas. Pero en lo que atañe a lo musical, me gusta.
A pesar de los grandes avances del pensamiento feminista, en lo mainstream la menstruación sigue siendo un tema bastante tabú. Tú, sin embargo, has decidido centrar el álbum en ese tema, sin tapujos.
En realidad no decidí tratar esa temática con “Blood Bitch”, simplemente vino de la mano de todas las películas de horror que estaba viendo. Una parte importante de mi trabajo es que no quiero que sea tan simple como “hablar sobre feminismo” o “luchar contra los tabúes”. Yo canto mis temas y la interpretación que viene después toma una forma abstracta que, con suerte, se convierte en una pieza más de un lenguaje empoderado y creativo.
También haces muchas críticas al capitalismo y neoliberalismo en tus letras.
No creo que mi música sea más política que un tema de música instrumental. Cualquier acto creativo puede ser interpretado de mil formas, y a veces lo apolítico es lo más político. Supongo que es el vocabulario que tengo, y así sale de mi boca. Y es verdad que mis principales intereses a la hora de leer son la teoría política, la poesía, el activismo, y la crítica.
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