“No hace falta ser un monstruo para crear un monstruo”
EntrevistasJaviera Mena

“No hace falta ser un monstruo para crear un monstruo”

Álex Jerez — 29-06-2018
Fotografía — Juan Queirolo

Tras llenarse de aplausos con Otra Era (Unión del Sur, 2014), Javiera Mena se escapa un poco de la pista de baile y vuelve a un terreno más introspectivo con Espejo (Sony, 2018). Un cuarto álbum que además lanza por primera vez de la mano de un sello multinacional y con el apoyo en la producción de numerosos artistas españoles. Busca conectar con la melancolía que desprendían sus primeras etapas, indagar en la tristeza, seguir creciendo como artista haciendo lo que realmente cree que debe hacer, sin barreras de por medio, y a la vez disfrutar de una de sus mejores etapas vitales.


Se trata de un álbum más introspectivo pero a la vez has aprendido a hablar menos de ti y más de los temas comunes a todo ser humano.
Bueno yo creo que obviamente tengo más edad, como dicen ustedes “una edad” (risas), y David Lynch dice que no hay que tener una mente súper perturbada para hacer películas de gente súper perturbada. No hace falta ser un monstruo para crear un monstruo. Siempre perseguí esa capacidad de abstraerse de escritores como Emily Brontë que no llegó nunca a enamorarse y pudo escribir sobre el amor. Así que es eso, poder hablar de determinados temas sin necesariamente caer en la auto-biografía.

Es un disco que conecta más con Mena (Unión del Sur, 2010) por aquello del uso de los medios tiempos y te has desvinculado de Cristián Heyne. ¿Por qué tantos cambios?
Cuando sacas un disco empiezas a beber de lo que te dicen ya que es muy difícil siendo tú el artista sacar tu propia opinión. Así que sí, me han dicho que se esperaban un disco como mucho más arriba y el cambio es hacia abajo. Por otro lado, mi separación de Cristián fue un proceso natural. Ya en Otra Era me di cuenta de que la cosa estaba un poquito tirante y era hora de cambiar. Sin mala onda, eso sí, solo son procesos que llegan a su fin. Y yo tenía muchas ganas de trabajar con el Guincho, apareció Alizzz, se renovó la energía y con ello mis partners.

Te has unido a nombres que suenan con fuerza en la actualidad de la industria musical nacional.
Con el Guincho hace tiempo que quería colaborar. Estábamos en un festival y dijimos trabajemos juntos y fue como “dale”. Y bueno, por otro lado escuché las cosas de Tangana más electrónicas, porque esa beta era la que más me interesaba de él, y me pareció que la producción estaba muy bien simplificada. Tenía muchas ganas de hacer un cd con diferentes productores pero unificando el sonido para que no quedara una cosa demasiado variopinta.

"La gente ve el matrimonio como algo que te va a encadenar. Yo creo que una soltería eterna también es un encadenamiento"

Firmas por primera vez con una multinacional, nuevos límites a la hora de crear. ¿Has sentido algún tipo de presión extra?
He hecho lo que he querido, yo no podría disfrutar de hacer un álbum si tuviera gente planeando el proyecto. Yo no llegué a Sony para convertirme en una super estrella que va a vender muchos discos, obviamente sí para potenciarme, pero me atrajo de ellos que querían variedad en su catálogo. Por más que en Latinoamérica, y bueno aquí también, lo que se lleva y lo rompa es el urbano. Ellos saben que yo soy una artista diferente, me valoran, y pude elegir con quién trabajar, hacer los videos con quien quiera. Todo de lujo.

Vas a saltos agigantados con tan solo cuatro discos. ¿No te da miedo perder por completo ese acercamiento artesanal a la electrónica que siempre te ha caracterizado y acabar como una artista de masas?
Es que yo no veo que sea así, yo veo todo súper lentito. Como han sido lanzados en tanto tiempo yo no he vivido como otros artistas esa explosión repentina. Todo ha sido más bien como un avión que va despegando lentamente y entonces por eso quizás yo los pasos que he dado han sido siempre siendo consciente de todo lo que ocurre a mi alrededor.

Espejo es un disco reflexivo que igual te coloca en la ilusión de una relación como te habla de la soledad. ¿Cómo ve el amor la Javiera de ahora tras haber luchado por su libertad y derechos?
¿El amor de pareja? Yo creo que es una lección diaria de la elección de tener una pareja. Es como una larga reflexión en la que como dice la canción Intuición a veces hay mucha fantasía y uno no ve lo que realmente tiene. A veces la gente tiene la imagen del matrimonio, o la pareja estable, como algo que te va a encadenar. Y yo creo que una soltería eterna, de conquista tras conquista, también es un encadenamiento, una trampa. En este momento estoy en una etapa super estable. Bueno, ya solté la frase típica de revista “Hola” (risas). Pero, es así, y me siento con bastante libertad. Me da libertad creativa y de hacer lo que yo quiero estando en pareja.

Y hablando de lucha. ¿Qué te parece toda esta oleada para visibilizar la figura de la mujer en los aspectos técnicos de la industria como la producción? Tú además co-produces el nuevo álbum.
No se valora igual porque la mujer se ve más como una figura soñadora que está mirando la luna, muy lunática. Obviamente una mujer como ser que genera algo más matemático todavía la prensa no la valora. Siempre sueltan lo de a ver quién es el hombre que trabaja contigo, que está detrás, dímelo, dímelo. Y obviamente yo trabajo con hombres, y me gusta que también tengan el mérito, pero siento que todo lo técnico es para ellos siendo el trabajo de la mujer igual.

Sigues con el electro-pop como bandera pero potencias el sonido más latino en Intuición con Li Saumet. ¿Te ves en el futuro tirando por ese camino?
Mucha gente me ha dicho de repente “oye ahora hiciste un reggaeton porque es lo que se lleva” y no es cierto, yo he hecho reggaetones antes. De hecho en mi primer disco hay uno cuando recién fue el boom de La Gasolina. Es un ritmo que me encanta y tiene también mucho que ver con lo árabe, un ritmo que nos acompaña en la historia desde África. Pero creo que yo nunca voy a ser una artista urbana por algo más de estética, está híper sexualizada, y lo mío va más por un lado muy metafórico frente a la moda de hoy de soltar directamente lo que piensas.

Hablas de la honestidad, la verdad, lo primitivo. ¿A la hora de crear te impones una meta o dejas que todo fluya?
Mi principal crítica soy yo y mi meta que las canciones me emocionen. Y esa es mi base principal, provocar emociones como cualquier artista.

"No se valora igual a una mujer que trabaja en los aspectos técnicos porque se ve como una figura lunática"

Hay muchos comentarios que dicen que la segunda parte del disco es menos potente que la primera. ¿Cómo te afectan las críticas?
Antes quizás me daba rabia, y bueno, ahora he aprendido a relacionarme con la crítica. Hay un libro de Óscar Wilde que se llama Sobre el arte y el artista, él es como mi copiloto, habla mucho de la crítica y me ha servido para relacionarme mejor con ellos. Muchas veces los críticos no se internalizan en los discos y pienso que para una persona que le gustan los hits si puede ser la segunda mitad del nuevo álbum más débil ya que es más introspectiva. Es todo tan relativo, y a mí siempre me pasa que los discos que me gustan tienen mala crítica. La música no se puede medir como el fútbol.

Hay tristeza en este álbum aún estando lleno de pop bailable. ¿Cómo es posible viniendo de una etapa tan increíble como Otra Era?
Hoy en día vivimos en una cultura que valoramos mucho el éxtasis continuo, como esa cosa de estar todo el día drogado. Y yo quería hablar de la tristeza que es un tema incómodo. Creo que me interesaba tocar otros temas y la tristeza me parece potente. Buscaba conectar con Esquemas Juveniles (Indice Virgen, 2006) o Mena (Unión del Sur, 2010) los escuché y valoré esa cosa más melancólica que tenía antes.

Y enfrentándote a todos estos cambios que arrastra el lanzamiento de Espejo. ¿Qué es lo más importante para seguir con los pies en la tierra?
Lo más importante es no caer en el veneno de la arrogancia. Es muy fácil cuando todos te adulan y también te pueden tirar para abajo. Yo creo que no hay que volverse loco con los comentarios, no hay que sentir miedo de nada. Hay que conseguir encontrar un equilibrio y eso es complejo de lograr.

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